El contundente fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en contra de la demanda boliviana tiene que ser acatado sin prejuicios ni derrotas anticipadas, si bien, Chile no tiene “obligación” de negociar una salida soberana al Pacífico, la CIJ plantea una “invocación” para continuar el diálogo y encontrar una solución pacífica de conflictos entre estados de acuerdo a clausulas contenidas en la carta de NN.UU. sin alterar la paz y la seguridad en el hemisferio. Chile acata el fallo con satisfacción, no obstante que en primera instancia, su gobierno pidió a la CIJ “declararse sin competencia” para conocer la demanda boliviana, luego se vio obligado a concurrir al Salón de la Paz de la CIJ, para escuchar que sí “tenía competencia” y cuando menos lo esperaba sorpresivamente La Haya falló a su favor.
Es verdad, era notable la tristeza en el rostro del presidente Evo Morales, cuando habló con la prensa al salir de la CIJ, pero reflejó dignidad de estadista cuando anunció que Bolivia acatará el fallo y seguirá buscando una solución mediante el diálogo sin renunciar al derecho de salida soberana al Océano Pacifico y recordó que llevar a Chile ante la CIJ, fue útil para que los pueblos del mundo conozcan que Chile arrebató el mar boliviano mediante una invasión militar y luego una guerra injusta. El presidente Morales dio lectura a un párrafo del documento donde se halla inscrita la palabra “invocación”, y se apoyó en ella para anunciar que seguirá propiciando una negociación constructiva que beneficie a las dos naciones.
En un mundo globalizado los pueblos se necesitan y trabajan para desarrollarse y progresar juntos. En algún momento Chile solicitará a Bolivia un diálogo sincero y de buena fe. Además está pendiente de resolución en la CIJ una demanda de Chile contra Bolivia sobre el uso de las aguas del Silala, aguas que son utilizadas gratuitamente por empresas chilenas por más de un siglo como si fueran aguas de curso internacional siendo que sus fuentes naturales nacen en territorio boliviano como bofedales . Si la CIJ falla en contra de Chile, esa nación está obligada a cumplir sin atenuantes el fallo de La Haya. Sin perder la esperanza y con la fe puesta en Dios, si ese fallo fuera favorable a Bolivia, Chile tendría que pagar millones de dólares en compensación por el uso indebido del agua dulce del Silalala. Entonces se vivirá otra realidad porque el norte de Chile, verdaderamente necesita consumir esas aguas. Siempre habrá oportunidades y suficiente tiempo para abrir nuevos caminos de negociación.
Bolivia, tiene que cambiar su estrategia desde el punto de vista geopolítico. Por ejemplo, hay excelentes relaciones diplomáticas y económicas con Perú para seguir avanzando conjuntamente en la ampliación del complejo portuario de Ilo, donde Bolivia todavía conserva simbólicamente una franja de costa llamada “Bolivia Mar” de 5 kilómetros de longitud que fue impulsada por los gobiernos de Jaime Paz Zamora y Alberto Fujimori en la década de los 90. Actualmente los gobiernos de Bolivia y Perú trabajan juntos en el proyecto del mega puerto de Ilo que permitirá atracar barcos de menor calado con carga internacional de importación y exportación. Perú ya modificó su Ley de Cabotaje que permitiría inclusive a Bolivia contar con sus propias empresas navieras, sean propiedad del Estado, empresa privada nacional, mixtas y extranjeras que lleven bandera boliviana. Ilo se convertirá en el puerto más próximo para los empresarios bolivianos, quienes han sufrido a lo largo de varios años, extorsión, chantaje y sabotaje en puertos Chilenos de Iquique y Arica.
El Tren Bioceánico hoy es nuestra nueva estrategia (no armas) sino estrategia para que los gobernantes chilenos entiendan que ya no somos la Bolivia sumisa. Hoy Chile, con un gobierno conservador a la cabeza de Sebastián Piñera, probablemente tampoco hubiera aceptado la obligación de negociar con un Presidente indígena, si el fallo de la CIJ favorecía a Bolivia, seamos realistas. Chile siempre subestimó a Bolivia al extremo de la indignación. ¿Se acuerdan cuando el almirante chileno Toribio Merino nos llamó auquénidos cuando fracasó el “Abrazo de Charaña” durante la negociación entre Banzer y Pinochet? La Bolivia democrática de hoy tiene suficiente dignidad para negociar en cualquier escenario con Chile hoy o mañana. La guerra diplomática continúa.
Llevamos a Chile a una Corte Internacional de Justicia y con argumentos sólidos, históricos y jurídicos durante cinco años con un equipo profesional altamente competente, los mejores juristas bolivianos e internacionales y un extraordinario vocero que trabajaron exhaustivamente en la redacción de la memoria. Paradójicamente el fallo fue frustrante. Perdimos, sí, como en la guerra, sí, pero después de la caída hay que sacudirse y seguir, no hay tiempo para lamentarse, ni aprovechar el hecho para provocar crisis interna buscando culpables. Este tiempo exige medidas inteligentes y adecuadas. No olvidemos que la CIJ reconoció hoy ante el mundo que Bolivia nació a su vida republicana con una costa marítima después de la emancipación de España.
Desde La Paz, el vicepresidente Álvaro García Linera, también dijo que la CIJ reconoció que el tratado de 1904 no solucionó el tema marítimo, entonces sigue siendo una cuestión pendiente entre dos naciones. La Haya “no puso ningún candado”, todo lo contrario, sugirió más opciones para seguir dialogando y negociando. El ponderado jurista internacional Remiro Brotons,igualmente dijo que la Corte “anima a seguir negociando”, entonces “aquí no se cierra nada”.
En el frente interno, es verdad, Evo Morales pierde puntos en sus aspiraciones de re postulación, pero no se equivocó cuando tomó la decisión de demandar a Chile ante la Corte Internacional de Justicia, su actitud fue valiente, sincera y de buena fe, y él como la mayoría de los bolivianos hemos confiado en la CIJ después de tantos fracasos que otros gobiernos también soportaron. Es otra batalla perdida, pero no la guerra. ¡¡Nunca renunciaremos al derecho de retornar al mar nuestro con soberanía y dignidad!!
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