CRISTOBAL CORSO CRUZ
CRISTOBAL CORSO CRUZ
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TEMAScbba publicó semblanzas de Gonzalo Rivero, Ruth Sánchez Alvarado, Juan García Guzmán y César Terrazas Pardo. Hoy, conoceremos parte de la trayectoria de otros famosos artistas plásticos y escritores como Cristóbal Corso Cruz, Gerardo Zurita Ovando, Ramiro Ortega y René Gamboa Soria.
Constantino Rojas Burgos
1 de septiembre de 2024
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TALENTO Y TRADICIÓN: La vida de artistas plásticos en Memorias que perduran

Las artes plásticas implican la pintura, la acuarela, el dibujo, la escultura, el tallado, en fin, una serie de habilidades y destrezas que las personas con talento, van descubriendo el potencial que cada uno tiene para expresar de diversas formas, aquello que se refleja en la naturaleza o que surge de una inspiración interna, que permite manifestar la creatividad para recrear diversos temas que pueden compartir con el público, entre ellos, personas que sobresalen en alguna actividad, naturaleza, montañas, cerros nevados, ríos tranquilos o caudalosos, paisajes con diferentes temáticas, que permiten al artista retratar un hecho o un acontecimiento, con los ojos con que mira la realidad y el contexto en el que se mueve el artista.

En Memorias que perduran, recuperamos el aporte de al menos ocho artistas plásticos nacionales, que dan rienda suelta a su creatividad desde lo que saben hacer y que comparten en el programa sus historias de vida, que ahora es posible publicar un resumen de su actividad, gracias a la iniciativa de mi amigo y colega periodista Simón Figueroa, editor de la Revista digital TEMAScbba, que asumió la decisión de publicar semblanzas de vida de una gran cantidad de personalidades —al menos 360 a la fecha— que nos inspiran a compartir esas vivencias, en unos casos anécdotas, recuerdos del pasado que inspiran talentos y vocaciones para tomar en cuenta a futuro.

Por tanto, compartimos uno a uno, estas historias de vida de artistas plásticos que contribuyen con su talento y creatividad, a retratar casos de la vida real para expresar esas vivencias, cuadros, pinturas, dibujos, tallados, cuentos, libros, obras de arte, etc., que engalanan espacios físicos y geográficos, otros que se cuelgan en las paredes de las viviendas o de coleccionistas personales o que requieren ser leídos por niños en edad escolar y que constituyen siempre un aporte a la cultura, la tradición, las costumbres, el relato, la narración, desde el talento y la creatividad que expresan los artistas a través de lo mejor que saben hacer para contribuir en el desarrollo intelectual de nuestro país.

CRISTOBAL CORSO CRUZ Y CONSTANTINO ROJAS

Los mil y un oficios de un artista que lleva el talento en sus venas, poeta, escritor de cuentos infantiles, músico, restaurador, escultor, caricaturista, acuarelista; además licenciado en Artes Plásticas, pero también padre, esposo y abuelo dedicado a su familia y apasionado por la ciudad de Potosí donde radica ahora y aporta con su sabiduría para una mejor comprensión del aporte histórico y cultural que tiene el departamento para el país y el mundo. Un personaje a todo dar.

El Potoquito es el ícono que logró posicionar Cristóbal Corso Cruz en la ciudad de Potosí, un personaje creado para caricatura y que se publica en el periódico El Potosí y que se refiere a los intereses sociales, políticos, económicos y culturales de la vida cotidiana del potosino, incidiendo en las reivindicaciones ciudadanas con humor e ironía que se le podría ocurrir al que siente un cariño especial por la ciudad donde vive.

Cristóbal Corso Cruz, hijo de minero nacido en Animas, dependiente de la Empresa Minera Quechisla en tiempos de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), estudió la primaria en la Escuela José Antonio de Sucre en Animas, el ciclo secundario en el Colegio Nacional Mixto Chichas en Telamayu, donde destacaba en la interpretación de diferentes instrumentos musicales, pero también tenía una notoria destreza para el dibujo y la pintura con acuarela, actividades que le ocupaban su tiempo.

Si bien vivía cerca de la cancha de fútbol, el deporte en general no era de su especial predilección, siendo adolescente, en la parroquia del distrito de Animas enseñaba a jóvenes de su edad, la interpretación del charango, quena, zampoña y la guitarra con entusiasmo y dedicación.

En sus distintas facetas de artista Corso Cruz se encargó de restaurar templos y santos, tanto en la mina de San Cristóbal, Gran Chocaya donde existe una capilla desde la colonia y se encuentra la Virgen del Rosario, lo mismo en Atocha Vieja donde cada enero se festeja a Nuestro Señor de Burgos, que cuenta con una Capilla restaurada y muy bien conservada, pero también el templo de Atocha por encargo del sacerdote que se dedica a la investigación histórica de la región. En su condición de músico contribuyó en la conformación del conjunto folklórico los Ecos del Sur, logrando participar en diferentes festivales mineros representando a la Empresa Minera Quechisla.

CRISTÓBAL CORSO CRUZ

El año ’70 concluido el bachillerato en el Colegio Nacional Mixto Chichas después de intentar quedarse en Cochabamba para estudiar la carrera de Arquitectura, decidió radicar en Potosí, muy cerca del Cerro Rico y la mina de Pailaviri donde las calles huelen a Copajira, así como sentía en el distrito minero de Animas, “era como volver a mis raíces” señala Corso de la ciudad de Potosí que lo cobija por espacio de 49 años y que desde su actividad multifacética, contribuye a resaltar lo inconmensurable que es Potosí desde su cultura, las tradiciones y la misma historia a través de libros e investigaciones realizadas en los archivos históricos a los cuales logró acceder.

En su libro Chocaya Animas. Territorio libre. Vida, huelga y masacre publicado en octubre de 2012 la primera edición y en marzo de 2014 la segunda, presenta una serie de testimonios de la tradición oral, pero también fruto de la experiencia de su propia vida en el campamiento minero, donde narra las dificultades que viven los mineros y de concatenar con sucesos históricos que ocurrieron en la dictadura militar, donde los mineros que siempre fueron el sostén de la economía nacional sufrieron represión, tortura, exilio, despido de sus fuentes de trabajo, los más olvidados y perjudicados del poder central.

Cristóbal Corso Cruz en su vida profesional recibió innumerables premios: Medalla de Oro, Condecoración al Mérito Profesional en Periodismo Gráfico, Homenaje el Mérito Cultural, Premio a la Libertad de Expresión en la Caricatura, Es director de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Tomás Frías de Potosí, participa de Congresos, Seminarios, Exposiciones de Libros. Toda una vida dedicada al arte.

Los mil y un oficios de un artista que lleva el talento en sus venas, poeta, escritor de cuentos infantiles, músico, restaurador, escultor, caricaturista, acuarelista; además licenciado en Artes Plásticas, pero también padre, esposo y abuelo dedicado a su familia y apasionado por la ciudad de Potosí donde radica ahora y aporta con su sabiduría para una mejor comprensión del aporte histórico y cultural que tiene el departamento para el país y el mundo. Un personaje a todo dar.

El Potoquito es el ícono que logró posicionar Cristóbal Corso Cruz en la ciudad de Potosí, un personaje creado para caricatura y que se publica en el periódico El Potosí y que se refiere a los intereses sociales, políticos, económicos y culturales de la vida cotidiana del potosino, incidiendo en las reivindicaciones ciudadanas con humor e ironía que se le podría ocurrir al que siente un cariño especial por la ciudad donde vive.

Cristóbal Corso Cruz, hijo de minero nacido en Animas, dependiente de la Empresa Minera Quechisla en tiempos de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), estudió la primaria en la Escuela José Antonio de Sucre en Animas, el ciclo secundario en el Colegio Nacional Mixto Chichas en Telamayu, donde destacaba en la interpretación de diferentes instrumentos musicales, pero también tenía una notoria destreza para el dibujo y la pintura con acuarela, actividades que le ocupaban su tiempo.

Si bien vivía cerca de la cancha de fútbol, el deporte en general no era de su especial predilección, siendo adolescente, en la parroquia del distrito de Animas enseñaba a jóvenes de su edad, la interpretación del charango, quena, zampoña y la guitarra con entusiasmo y dedicación.

En sus distintas facetas de artista Corso Cruz se encargó de restaurar templos y santos, tanto en la mina de San Cristóbal, Gran Chocaya donde existe una capilla desde la colonia y se encuentra la Virgen del Rosario, lo mismo en Atocha Vieja donde cada enero se festeja a Nuestro Señor de Burgos, que cuenta con una Capilla restaurada y muy bien conservada, pero también el templo de Atocha por encargo del sacerdote que se dedica a la investigación histórica de la región. En su condición de músico contribuyó en la conformación del conjunto folklórico los Ecos del Sur, logrando participar en diferentes festivales mineros representando a la Empresa Minera Quechisla.

El año ’70 concluido el bachillerato en el Colegio Nacional Mixto Chichas después de intentar quedarse en Cochabamba para estudiar la carrera de Arquitectura, decidió radicar en Potosí, muy cerca del Cerro Rico y la mina de Pailaviri donde las calles huelen a Copajira, así como sentía en el distrito minero de Animas, “era como volver a mis raíces” señala Corso de la ciudad de Potosí que lo cobija por espacio de 49 años y que desde su actividad multifacética, contribuye a resaltar lo inconmensurable que es Potosí desde su cultura, las tradiciones y la misma historia a través de libros e investigaciones realizadas en los archivos históricos a los cuales logró acceder.

En su libro Chocaya Animas. Territorio libre. Vida, huelga y masacre publicado en octubre de 2012 la primera edición y en marzo de 2014 la segunda, presenta una serie de testimonios de la tradición oral, pero también fruto de la experiencia de su propia vida en el campamiento minero, donde narra las dificultades que viven los mineros y de concatenar con sucesos históricos que ocurrieron en la dictadura militar, donde los mineros que siempre fueron el sostén de la economía nacional sufrieron represión, tortura, exilio, despido de sus fuentes de trabajo, los más olvidados y perjudicados del poder central.

Cristóbal Corso Cruz en su vida profesional recibió innumerables premios: Medalla de Oro, Condecoración al Mérito Profesional en Periodismo Gráfico, Homenaje el Mérito Cultural, Premio a la Libertad de Expresión en la Caricatura, Es director de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Tomás Frías de Potosí, participa de Congresos, Seminarios, Exposiciones de Libros. Toda una vida dedicada al arte.

CRISTÓBAL CORSO CRUZ
CRISTOBAL CORSO CRUZ Y CONSTANTINO ROJAS

Los mil y un oficios de un artista que lleva el talento en sus venas, poeta, escritor de cuentos infantiles, músico, restaurador, escultor, caricaturista, acuarelista; además licenciado en Artes Plásticas, pero también padre, esposo y abuelo dedicado a su familia y apasionado por la ciudad de Potosí donde radica ahora y aporta con su sabiduría para una mejor comprensión del aporte histórico y cultural que tiene el departamento para el país y el mundo. Un personaje a todo dar.

El Potoquito es el ícono que logró posicionar Cristóbal Corso Cruz en la ciudad de Potosí, un personaje creado para caricatura y que se publica en el periódico El Potosí y que se refiere a los intereses sociales, políticos, económicos y culturales de la vida cotidiana del potosino, incidiendo en las reivindicaciones ciudadanas con humor e ironía que se le podría ocurrir al que siente un cariño especial por la ciudad donde vive.

Cristóbal Corso Cruz, hijo de minero nacido en Animas, dependiente de la Empresa Minera Quechisla en tiempos de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), estudió la primaria en la Escuela José Antonio de Sucre en Animas, el ciclo secundario en el Colegio Nacional Mixto Chichas en Telamayu, donde destacaba en la interpretación de diferentes instrumentos musicales, pero también tenía una notoria destreza para el dibujo y la pintura con acuarela, actividades que le ocupaban su tiempo.

Si bien vivía cerca de la cancha de fútbol, el deporte en general no era de su especial predilección, siendo adolescente, en la parroquia del distrito de Animas enseñaba a jóvenes de su edad, la interpretación del charango, quena, zampoña y la guitarra con entusiasmo y dedicación.

En sus distintas facetas de artista Corso Cruz se encargó de restaurar templos y santos, tanto en la mina de San Cristóbal, Gran Chocaya donde existe una capilla desde la colonia y se encuentra la Virgen del Rosario, lo mismo en Atocha Vieja donde cada enero se festeja a Nuestro Señor de Burgos, que cuenta con una Capilla restaurada y muy bien conservada, pero también el templo de Atocha por encargo del sacerdote que se dedica a la investigación histórica de la región. En su condición de músico contribuyó en la conformación del conjunto folklórico los Ecos del Sur, logrando participar en diferentes festivales mineros representando a la Empresa Minera Quechisla.

CRISTÓBAL CORSO CRUZ
CRISTOBAL CORSO CRUZ Y CONSTANTINO ROJAS

El año ’70 concluido el bachillerato en el Colegio Nacional Mixto Chichas después de intentar quedarse en Cochabamba para estudiar la carrera de Arquitectura, decidió radicar en Potosí, muy cerca del Cerro Rico y la mina de Pailaviri donde las calles huelen a Copajira, así como sentía en el distrito minero de Animas, “era como volver a mis raíces” señala Corso de la ciudad de Potosí que lo cobija por espacio de 49 años y que desde su actividad multifacética, contribuye a resaltar lo inconmensurable que es Potosí desde su cultura, las tradiciones y la misma historia a través de libros e investigaciones realizadas en los archivos históricos a los cuales logró acceder.

En su libro Chocaya Animas. Territorio libre. Vida, huelga y masacre publicado en octubre de 2012 la primera edición y en marzo de 2014 la segunda, presenta una serie de testimonios de la tradición oral, pero también fruto de la experiencia de su propia vida en el campamiento minero, donde narra las dificultades que viven los mineros y de concatenar con sucesos históricos que ocurrieron en la dictadura militar, donde los mineros que siempre fueron el sostén de la economía nacional sufrieron represión, tortura, exilio, despido de sus fuentes de trabajo, los más olvidados y perjudicados del poder central.

Cristóbal Corso Cruz en su vida profesional recibió innumerables premios: Medalla de Oro, Condecoración al Mérito Profesional en Periodismo Gráfico, Homenaje el Mérito Cultural, Premio a la Libertad de Expresión en la Caricatura, Es director de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Tomás Frías de Potosí, participa de Congresos, Seminarios, Exposiciones de Libros. Toda una vida dedicada al arte.

CRISTOBAL CORSO CRUZ Y CONSTANTINO ROJAS
CRISTÓBAL CORSO CRUZ

Los mil y un oficios de un artista que lleva el talento en sus venas, poeta, escritor de cuentos infantiles, músico, restaurador, escultor, caricaturista, acuarelista; además licenciado en Artes Plásticas, pero también padre, esposo y abuelo dedicado a su familia y apasionado por la ciudad de Potosí donde radica ahora y aporta con su sabiduría para una mejor comprensión del aporte histórico y cultural que tiene el departamento para el país y el mundo. Un personaje a todo dar.

El Potoquito es el ícono que logró posicionar Cristóbal Corso Cruz en la ciudad de Potosí, un personaje creado para caricatura y que se publica en el periódico El Potosí y que se refiere a los intereses sociales, políticos, económicos y culturales de la vida cotidiana del potosino, incidiendo en las reivindicaciones ciudadanas con humor e ironía que se le podría ocurrir al que siente un cariño especial por la ciudad donde vive.

Cristóbal Corso Cruz, hijo de minero nacido en Animas, dependiente de la Empresa Minera Quechisla en tiempos de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), estudió la primaria en la Escuela José Antonio de Sucre en Animas, el ciclo secundario en el Colegio Nacional Mixto Chichas en Telamayu, donde destacaba en la interpretación de diferentes instrumentos musicales, pero también tenía una notoria destreza para el dibujo y la pintura con acuarela, actividades que le ocupaban su tiempo.

Si bien vivía cerca de la cancha de fútbol, el deporte en general no era de su especial predilección, siendo adolescente, en la parroquia del distrito de Animas enseñaba a jóvenes de su edad, la interpretación del charango, quena, zampoña y la guitarra con entusiasmo y dedicación.

En sus distintas facetas de artista Corso Cruz se encargó de restaurar templos y santos, tanto en la mina de San Cristóbal, Gran Chocaya donde existe una capilla desde la colonia y se encuentra la Virgen del Rosario, lo mismo en Atocha Vieja donde cada enero se festeja a Nuestro Señor de Burgos, que cuenta con una Capilla restaurada y muy bien conservada, pero también el templo de Atocha por encargo del sacerdote que se dedica a la investigación histórica de la región. En su condición de músico contribuyó en la conformación del conjunto folklórico los Ecos del Sur, logrando participar en diferentes festivales mineros representando a la Empresa Minera Quechisla.

El año ’70 concluido el bachillerato en el Colegio Nacional Mixto Chichas después de intentar quedarse en Cochabamba para estudiar la carrera de Arquitectura, decidió radicar en Potosí, muy cerca del Cerro Rico y la mina de Pailaviri donde las calles huelen a Copajira, así como sentía en el distrito minero de Animas, “era como volver a mis raíces” señala Corso de la ciudad de Potosí que lo cobija por espacio de 49 años y que desde su actividad multifacética, contribuye a resaltar lo inconmensurable que es Potosí desde su cultura, las tradiciones y la misma historia a través de libros e investigaciones realizadas en los archivos históricos a los cuales logró acceder.

En su libro Chocaya Animas. Territorio libre. Vida, huelga y masacre publicado en octubre de 2012 la primera edición y en marzo de 2014 la segunda, presenta una serie de testimonios de la tradición oral, pero también fruto de la experiencia de su propia vida en el campamiento minero, donde narra las dificultades que viven los mineros y de concatenar con sucesos históricos que ocurrieron en la dictadura militar, donde los mineros que siempre fueron el sostén de la economía nacional sufrieron represión, tortura, exilio, despido de sus fuentes de trabajo, los más olvidados y perjudicados del poder central.

Cristóbal Corso Cruz en su vida profesional recibió innumerables premios: Medalla de Oro, Condecoración al Mérito Profesional en Periodismo Gráfico, Homenaje el Mérito Cultural, Premio a la Libertad de Expresión en la Caricatura, Es director de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Tomás Frías de Potosí, participa de Congresos, Seminarios, Exposiciones de Libros. Toda una vida dedicada al arte.

CRISTOBAL CORSO CRUZ Y CONSTANTINO ROJAS
CRISTÓBAL CORSO CRUZ
CRISTOBAL CORSO CRUZ Y CONSTANTINO ROJAS

Los mil y un oficios de un artista que lleva el talento en sus venas, poeta, escritor de cuentos infantiles, músico, restaurador, escultor, caricaturista, acuarelista; además licenciado en Artes Plásticas, pero también padre, esposo y abuelo dedicado a su familia y apasionado por la ciudad de Potosí donde radica ahora y aporta con su sabiduría para una mejor comprensión del aporte histórico y cultural que tiene el departamento para el país y el mundo. Un personaje a todo dar.

El Potoquito es el ícono que logró posicionar Cristóbal Corso Cruz en la ciudad de Potosí, un personaje creado para caricatura y que se publica en el periódico El Potosí y que se refiere a los intereses sociales, políticos, económicos y culturales de la vida cotidiana del potosino, incidiendo en las reivindicaciones ciudadanas con humor e ironía que se le podría ocurrir al que siente un cariño especial por la ciudad donde vive.

Cristóbal Corso Cruz, hijo de minero nacido en Animas, dependiente de la Empresa Minera Quechisla en tiempos de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), estudió la primaria en la Escuela José Antonio de Sucre en Animas, el ciclo secundario en el Colegio Nacional Mixto Chichas en Telamayu, donde destacaba en la interpretación de diferentes instrumentos musicales, pero también tenía una notoria destreza para el dibujo y la pintura con acuarela, actividades que le ocupaban su tiempo.

Si bien vivía cerca de la cancha de fútbol, el deporte en general no era de su especial predilección, siendo adolescente, en la parroquia del distrito de Animas enseñaba a jóvenes de su edad, la interpretación del charango, quena, zampoña y la guitarra con entusiasmo y dedicación.

En sus distintas facetas de artista Corso Cruz se encargó de restaurar templos y santos, tanto en la mina de San Cristóbal, Gran Chocaya donde existe una capilla desde la colonia y se encuentra la Virgen del Rosario, lo mismo en Atocha Vieja donde cada enero se festeja a Nuestro Señor de Burgos, que cuenta con una Capilla restaurada y muy bien conservada, pero también el templo de Atocha por encargo del sacerdote que se dedica a la investigación histórica de la región. En su condición de músico contribuyó en la conformación del conjunto folklórico los Ecos del Sur, logrando participar en diferentes festivales mineros representando a la Empresa Minera Quechisla.

El año ’70 concluido el bachillerato en el Colegio Nacional Mixto Chichas después de intentar quedarse en Cochabamba para estudiar la carrera de Arquitectura, decidió radicar en Potosí, muy cerca del Cerro Rico y la mina de Pailaviri donde las calles huelen a Copajira, así como sentía en el distrito minero de Animas, “era como volver a mis raíces” señala Corso de la ciudad de Potosí que lo cobija por espacio de 49 años y que desde su actividad multifacética, contribuye a resaltar lo inconmensurable que es Potosí desde su cultura, las tradiciones y la misma historia a través de libros e investigaciones realizadas en los archivos históricos a los cuales logró acceder.

En su libro Chocaya Animas. Territorio libre. Vida, huelga y masacre publicado en octubre de 2012 la primera edición y en marzo de 2014 la segunda, presenta una serie de testimonios de la tradición oral, pero también fruto de la experiencia de su propia vida en el campamiento minero, donde narra las dificultades que viven los mineros y de concatenar con sucesos históricos que ocurrieron en la dictadura militar, donde los mineros que siempre fueron el sostén de la economía nacional sufrieron represión, tortura, exilio, despido de sus fuentes de trabajo, los más olvidados y perjudicados del poder central.

Cristóbal Corso Cruz en su vida profesional recibió innumerables premios: Medalla de Oro, Condecoración al Mérito Profesional en Periodismo Gráfico, Homenaje el Mérito Cultural, Premio a la Libertad de Expresión en la Caricatura, Es director de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Tomás Frías de Potosí, participa de Congresos, Seminarios, Exposiciones de Libros. Toda una vida dedicada al arte.

. Redacción:
Constantino Rojas Burgos

Periodista, Investigador y Docente Universitario, miembro de la Sociedad de Editores y Redactores l SER Cochabamba

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