“En Cochabamba hay total desintitucionalidad”, respondió el actual presidente del Comité Cívico de Cochabamba, David Torrelio, al periodista Cristian Angulo Andia cuando fue entrevistado en el programa “Mirada Profunda” de TVU la noche del 11 de junio. La gente se pregunta ¿Hay justicia? ¿La ley se cumple? El eslogan dice: “Todos somos iguales ante la ley”. Pero cuando la administración de justicia se politiza y la política se judicializa, la ley sufre distorsión, se desnaturaliza y todo se desinstitucionaliza.
Según el dirigente cívico, habrá justicia cuando la ley se cumpla y no sea violentada a capricho, Sería ideal que las instituciones que administran los intereses de Cochabamba dejen de lado su visión de antagonismo partidario.
David Torrelio, tiene legalidad y legitimidad. Fue elegido democráticamente en congreso y de acuerdo a Estatuto, por consiguiente está obligado a transigir en defensa de Cochabamba sin confrontación innecesaria. Diálogo abierto, franco y sin ambages con el Gobernador Iván Canelas y con la Alcaldesa en funciones Karen Suárez. La razón debe imperar para debatir y solucionar problemas de fondo, como el Pacto Fiscal o el Estatuto Autonómico. Precisamente ya auspició con éxito el Foro sobre el Pacto Fiscal y ahora organiza el Foro del Agua.
También es obligación coadyuvar a dinamizar el aparato productivo regional, el desarrollo tecnológico y científico; infraestructura básica sanitaria, dotación integral de agua potable, descontaminación, ordenamiento territorial de mercados y transporte público masivo. Igualmente coadyuvar al empresariado privado en su propósito de promover el “turismo deportivo”. Tenemos clima y altura sin competencias para generar deportes de alto rendimiento. Nuestros hospitales brindan medicina de excelencia para fomentar “turismo de salud” y somos capital gastronómica. La meta del CC deberá ser impulsar el desarrollo armónico entre campo y ciudad con unidad y tolerancia.
Ingratamente, desde el 11 de enero de 2007 Cochabamba aún respira confrontación silenciosa entre campo y ciudad, perversa en marcadas oportunidades y violenta en otras. La herida “del once” no cicatrizó y se visibiliza en la pugna partidaria de dos fuerzas que se disputan influencia sobre la ciudadanía hacia las elecciones presidenciales de 2019 y sub nacionales después. Poco importa hacer gestión; prevalece más la politiquería.
Dos alcaldes con notable popularidad en Cochabamba están alejados de sus cargos por denuncias de corrupción y es incierto su retorno por la complejidad del escenario político-judicial. El antagonismo es cruel por el fuego cruzado de oficialistas y opositores, mientras La línea partidaria sigue la misma dinámica; controlar organizaciones y dirigentes por canonjías económicas sin ética ni decencia: “el fin justifica los medios”. El fenómeno político tiende a dividir a la sociedad en dos grandes campos, derecha-izquierda. “Ellos o nosotros”, Sin embargo, creo que la democracia como sistema político sigue siendo el “bien mayor” y no debe desmoronarse por ambición de políticos fraudulentos que persiguen una derecha indolente o un socialismo utópico.
Aunque parece una ironía, Roger Revuelta, apostó en el pasado con los ex presidentes cívicos Oscar Bakir y Tito Vargas, que el rio Rocha seguiría igual dentro de 20 años y no se equivocó. Así como el rio urbano, otros problemas siguen latentes. Planteó durante su gestión construir un muro perimetral en torno a la Coronilla, hubo el Decreto Supremo, sin embargo hasta hoy nada se hizo.
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