PERIODISMO DE SOLUCIONES EN TIEMPOS CRITICOS
PERIODISMO DE SOLUCIONES EN TIEMPOS CRITICOS
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Internet y redes sociales son medios de educación científica, cultural e histórica, indispensables como herramienta de conocimiento en todos los ámbitos del saber humano.
Simón Alberto Figueroa Reynaga
11 de septiembre de 2018
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PERIODISMO DE SOLUCIONES EN TIEMPOS CRITICOS

“Hoy son más necesarios que nunca los medios de comunicación y periodistas fieles a su función democrática, a su responsabilidad ética y sus compromisos morales de autonomía, independencia y conciencia crítica, sobre la base de la honestidad” (1)

Los grandes medios masivos de comunicación siempre influyentes y dominantes ciertamente soportaron un bajón en la última década por la dinámica de Internet y redes sociales convertidas, ahora, en transmedias interactivas e instantáneas. Afortunadamente los medios tradicionales utilizan hoy nuevas tecnologías de la información y la comunicación digitales para competir y mantener su estándar histórico. Diarios escritos, radiodifusoras y canales de televisión de Bolivia, tienen sus propias páginas web y publican simultáneamente noticias escritas y audiovisuales en formato DVD en Internet y redes sociales. Por supuesto hay revistas y diarios digitales que usan mayormente Facebook, allí están red, ERBOL, Rimay Pampa, Temas, etc.

Experimentados periodistas ahora convocan a reafirmar valores y principios del verdadero periodismo frente a la posverdad que permite emitir mentiras, chismografía y banalidad que aparecen en redes sociales como memes identificadas por la comunidad digital como noticia falsa.

“Hoy periodistas con experiencia de años en el oficio se ven interpelados por ciudadanos que mimetizan técnicas periodísticas, son testigos excepcionales de hechos noticiosos o producen informaciones que las audiencias urgidas de estar al tanto de lo que sucede, pueden confundir los relatos periodísticos con las narrativas testimoniales en razón de la instantaneidad, la súbita emocionalidad o el carácter referencial que tiene los dispositivos móviles que usan”, (1) expresa el periodista Mario Morales, profesor adjunto del Departamento de Comunicación de la Universidad Pontifica Javeriana y columnista de El Espectador de Colombia, publicado en su artículo “La ética periodística 2.0 en tiempos de incertidumbre”. (fnpi.org/es/24/7/18)

La periodista Leslie Lafuente, directora del diario Opinión, periódico que nació el 13 de enero de 1985 y es parte de la mayor cooperativa del país, COBOCE, confirmó este extremo: “Acorde al avance de la tecnología, Opinión incursionó en el periodismo digital y hoy también informa a través de su página web opinion.com.bo. Asimismo, está presente en las redes sociales Facebook (Opinión Bolivia), Twitter (@Diario Opinión) e Instagram (Diario Opinión).Con miras a consolidar la multimedia, desde noviembre de 2017 también informa a través de la radio San Rafael, con la que tiene una alianza estratégica”. Destaca que experiencias similares se realiza con Univalle Televisión.

El político y analista boliviano, Iván Arias se preguntó en una entrevista en el programa “Micrófono Abierto” de radio Panamericana de alcance nacional e internacional (27/8/18/) ¿Todo lo que se difunde en redes sociales es verdadero? ¡No! se dijo asimismo y explicó que algunos memes, cookies y links, son eufemismos creados por el mismo gobierno como si fueran obra de la oposición. Se trata de una posverdad que les permite contraatacar con otras falacias para subestimar a sus enemigos como mentirosos.

Un periodismo con credibilidad convence al público, por ejemplo, cuando los grandes medios colocan en primera plana hechos de corrupción como ocurrió en Brasil con el caso Lava Jato (lavado de dinero) También los bullados casos de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht que llevó a la cárcel a ex presidentes acusados de recibir sobornos. Los periodistas con principios morales y éticos suelen llegar hasta el final en sus investigaciones y conocen el entresijo que existe entre los poderes político y judicial. En este marco, la publicación de un hecho de corrupción comprobado no podrá ser desmentida, porque sus pruebas tendrán la fuerza de la evidencia y serán incontrastables.

“Hoy la audiencia se entera a través de las redes sociales de lo que está sucediendo, pero necesita ir a las grandes antenas que conoce toda la vida para ratificar que lo que se está enterando es real o no. El rol de los grandes medios es ser los analistas y quienes ayuden a entender y comprender lo que está sucediendo diferenciando una noticia real de una fake news, dice Damián Kirzner, consultor argentino del Foro de Comunicación Mediamorfosis, en entrevista con la revista Oh! (Los Tiempos 26/8/18)

“Lamentablemente hay personas que utilizan internet y redes sociales con otros fines y para ello acuden, por ejemplo, a las noticias falsas”, señala la periodista Lafuente y agrega: “La gente debe aprender a diferenciar las noticias e informarse por los medios que gozan de alta credibilidad. Un rumor que se viraliza puede ocasionar graves problemas, por ello antes de compartir se debe verificar si es cierto. Opinión y los medios impresos en Bolivia gozan de alta credibilidad. Opinión está presente en distintas plataformas informativas, por lo que hoy podemos decir que Opinión es más que un periódico”.

Los periodistas Morales, Kitzner y Lafuente, coinciden en su apreciación: los grandes medios, los conocidos y reconocidos por su seriedad y credibilidad, tienen responsabilidad ética de ser últimos referentes de orientación sobre la verdad de un suceso. A su vez la directora de Opinión avala la credibilidad de los periódicos: “Son responsables en la labor que realizan, no por nada el índice de usuarios de cada uno de ellos es cada vez mayor. Por eso es importante que las personas se informen a través de los medios conocidos que tienen alto grado de credibilidad o de páginas y cuentas oficiales. En caso de acudir a otros portales digitales, las personas deben indagar su grado de confiabilidad”.

Recuerda que en reiteradas oportunidades, por ejemplo, se han difundido noticias falsas sobre el fallecimiento de una personalidad. Para evitar caer en dicha nota, es preciso verificar y acudir a medios confiables, portales oficiales, cuentas o muros personales y confirmados, entre otros. Los periodistas responsables basan la información que difunden en fuente y datos confiables y no en rumores.

“En periodismo las grandes historias casi siempre son las más pequeñas, las más cercanas, las que tocan la vida cotidiana de la gente. Por eso son tan importantes los periodistas que están lejos de los focos pero cerca de las noticias. El nuevo ecosistema de la información, Internet y las redes, son hoy una gran oportunidad para aumentar las visibilidad y repercusión de este trabajo tan valioso”, dice a su vez, Gumersindo Lafuente, periodistas español, Premio José Manuel Porquet, Subdirector de eldiario.es

“Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, agrega la directora de Opinión.

COMPROMISO MORAL Y HONESTIDAD

En Bolivia las falsas noticias o distorsiones de la verdad conocidas como posverdad (2) son parte de la guerra mediática ante la proximidad de las elecciones presidenciales de 2019, la validez o no del fallo constitucional del Referendo del 21F y la reciente Ley de Partidos Políticos. En las pantallas de los celulares aparecen de súbito, comunicados con logos de instituciones oficiales, empresariales y organizaciones sociales con diversas denuncias o llamados a protestas, sin embargo los mensajes membretados son falsos. “Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, dice la directora de Opinión.

El uso tendencioso y burdo de los que se aprovechan del poderoso medio (Internet) menoscaba su verdadero valor. (Posverdad o mentira emotiva es un neologismo? que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales,? en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, Wikipedia) (2)

Hay medios de comunicación y periodistas estigmatizados como oficialistas y opositores. El Estado boliviano controla decenas de medios que difunden programas afines a la política e ideología que sustenta. En tanto, los medios opositores y los autodefinidos independientes denuncian constantemente errores y debilidades del gobierno, pero igual tienen acceso a la publicidad estatal porque la línea neutral es delgada y propensa a la autocensura. Propietarios de medios, gremios de la prensa y conductores autogestionarios de espacios en radio y televisión denunciaron que el gobierno sabe cómo asfixiarlos mediante la publicidad estatal. Por cierto, el presupuesto publicitario del Estado es millonario.

“¿Hasta qué punto un editor debe sucumbir ante las amenazas económicas, penales e incluso de seguridad y dejar de publicar una información? La conclusión: un periodista es necesario precisamente porque publica noticias que el poder no quiere que se sepan. Por desgracia, en algunos países de la región eso no siempre es posible”, explica el periodista Michael Reíd, editor sénior de The Economist, Inglaterra. (fnpi.org/es.)

Actualmente vivimos en un mundo dominado por la Posverdad, palabra definida por el diccionario Oxford para calificar acciones como por ejemplo el triunfo de Donald Trump o la salida del Reino Unido de Europa(Brexit).Ambos hechos siguen en debate cuestionados por el uso de datos falsos en las publicaciones. ¿Cómo encarar con éxito las siguientes campañas electorales, siendo que la desafección y el descrédito de la política crecen en todo el mundo?, se pregunta a su vez, el periodista chileno Felipe Vergara Maldonado en una conferencia magistral en La Paz, citado por la periodista Ivanna Torrico.

50 años atrás en los congresos de la prensa boliviana se comentaba con ironía: “Los medios de comunicación son de derecha y los periodistas que escriben son de izquierda”. La máxima conquista entonces de los gremios de la prensa era la “Columna Sindical”, que permitía a los periodistas expresar sus ideas sin ninguna censura en los grandes medios escritos. Los columnistas y articulistas solían ser profesionales con criterio formado y vasta cultura para orientar con responsabilidad. Hoy, todos opinan mediante redes sociales sobre lo que ven y sienten en forma instantánea, incluso sin respeto a la gramática y su regla elemental, la ortografía.

“Hablar de política y políticos se asocia con la palabra corrupción y abuso de poder”, comenta Felipe Cano, un activista de una Plataforma en Cochabamba. Una mayoría de la juventud boliviana, igual que en otras latitudes es generación Milenio, ciberactivista de las plataformas en redes. Se movilizan en las calles auto convocados para protestar por respeto a la democracia, derechos humanos, justicia social y defensa del medio ambiente. Hacen política, sin jefe ni partido político, aunque líderes fracasados vinculados con la partidocracia desprestigiada se mimetizan entre ellos.

Las plataformas crecieron como hongos en Bolivia tras la consigna del 21F, exigen respeto a la Constitución para frenar la re postulación del presidente Evo Morales, pero hoy enfrentan el reto de la nueva Ley de Partidos Políticos, que virtualmente les fragmentaría y obligaría a organizarse en partido político o cerrar alianzas con los partidos políticos con vigencia y convertirse en militantes que una mayoría de sus integrantes no aspira ni de lejos.

El juego político-electoral comenzó con ventaja para el gobierno. Las plataformas dicen: “la democracia se recupera en las calles” y preparan su estrategia que no será sino la confrontación y las redes sociales serán armas mortíferas para el ataque y descrédito. Aquí es donde tiene valor la función social del periodismo que construye. Los grandes medios de comunicación y los periodistas tienen que ser fieles a sus principios democráticos y orientar en favor de la paz y la justicia. Internet y redes sociales son poderosos medios de educación científica, cultural e histórica, casi imprescindible como herramienta de conocimiento en todos los ámbitos del saber humano.

GUERRA MEDIATICA Y POSVERDAD

Un periodismo con credibilidad convence al público, por ejemplo, cuando los grandes medios colocan en primera plana hechos de corrupción como ocurrió en Brasil con el caso Lava Jato (lavado de dinero) También los bullados casos de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht que llevó a la cárcel a ex presidentes acusados de recibir sobornos. Los periodistas con principios morales y éticos suelen llegar hasta el final en sus investigaciones y conocen el entresijo que existe entre los poderes político y judicial. En este marco, la publicación de un hecho de corrupción comprobado no podrá ser desmentida, porque sus pruebas tendrán la fuerza de la evidencia y serán incontrastables.

“Hoy la audiencia se entera a través de las redes sociales de lo que está sucediendo, pero necesita ir a las grandes antenas que conoce toda la vida para ratificar que lo que se está enterando es real o no. El rol de los grandes medios es ser los analistas y quienes ayuden a entender y comprender lo que está sucediendo diferenciando una noticia real de una fake news, dice Damián Kirzner, consultor argentino del Foro de Comunicación Mediamorfosis, en entrevista con la revista Oh! (Los Tiempos 26/8/18)

“Lamentablemente hay personas que utilizan internet y redes sociales con otros fines y para ello acuden, por ejemplo, a las noticias falsas”, señala la periodista Lafuente y agrega: “La gente debe aprender a diferenciar las noticias e informarse por los medios que gozan de alta credibilidad. Un rumor que se viraliza puede ocasionar graves problemas, por ello antes de compartir se debe verificar si es cierto. Opinión y los medios impresos en Bolivia gozan de alta credibilidad. Opinión está presente en distintas plataformas informativas, por lo que hoy podemos decir que Opinión es más que un periódico”.

Los periodistas Morales, Kitzner y Lafuente, coinciden en su apreciación: los grandes medios, los conocidos y reconocidos por su seriedad y credibilidad, tienen responsabilidad ética de ser últimos referentes de orientación sobre la verdad de un suceso. A su vez la directora de Opinión avala la credibilidad de los periódicos: “Son responsables en la labor que realizan, no por nada el índice de usuarios de cada uno de ellos es cada vez mayor. Por eso es importante que las personas se informen a través de los medios conocidos que tienen alto grado de credibilidad o de páginas y cuentas oficiales. En caso de acudir a otros portales digitales, las personas deben indagar su grado de confiabilidad”.

Recuerda que en reiteradas oportunidades, por ejemplo, se han difundido noticias falsas sobre el fallecimiento de una personalidad. Para evitar caer en dicha nota, es preciso verificar y acudir a medios confiables, portales oficiales, cuentas o muros personales y confirmados, entre otros. Los periodistas responsables basan la información que difunden en fuente y datos confiables y no en rumores.

“En periodismo las grandes historias casi siempre son las más pequeñas, las más cercanas, las que tocan la vida cotidiana de la gente. Por eso son tan importantes los periodistas que están lejos de los focos pero cerca de las noticias. El nuevo ecosistema de la información, Internet y las redes, son hoy una gran oportunidad para aumentar las visibilidad y repercusión de este trabajo tan valioso”, dice a su vez, Gumersindo Lafuente, periodistas español, Premio José Manuel Porquet, Subdirector de eldiario.es

“Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, agrega la directora de Opinión.

En Bolivia las falsas noticias o distorsiones de la verdad conocidas como posverdad (2) son parte de la guerra mediática ante la proximidad de las elecciones presidenciales de 2019, la validez o no del fallo constitucional del Referendo del 21F y la reciente Ley de Partidos Políticos. En las pantallas de los celulares aparecen de súbito, comunicados con logos de instituciones oficiales, empresariales y organizaciones sociales con diversas denuncias o llamados a protestas, sin embargo los mensajes membretados son falsos. “Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, dice la directora de Opinión.

El uso tendencioso y burdo de los que se aprovechan del poderoso medio (Internet) menoscaba su verdadero valor. (Posverdad o mentira emotiva es un neologismo? que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales,? en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, Wikipedia) (2)

Hay medios de comunicación y periodistas estigmatizados como oficialistas y opositores. El Estado boliviano controla decenas de medios que difunden programas afines a la política e ideología que sustenta. En tanto, los medios opositores y los autodefinidos independientes denuncian constantemente errores y debilidades del gobierno, pero igual tienen acceso a la publicidad estatal porque la línea neutral es delgada y propensa a la autocensura. Propietarios de medios, gremios de la prensa y conductores autogestionarios de espacios en radio y televisión denunciaron que el gobierno sabe cómo asfixiarlos mediante la publicidad estatal. Por cierto, el presupuesto publicitario del Estado es millonario.

“¿Hasta qué punto un editor debe sucumbir ante las amenazas económicas, penales e incluso de seguridad y dejar de publicar una información? La conclusión: un periodista es necesario precisamente porque publica noticias que el poder no quiere que se sepan. Por desgracia, en algunos países de la región eso no siempre es posible”, explica el periodista Michael Reíd, editor sénior de The Economist, Inglaterra. (fnpi.org/es.)

Actualmente vivimos en un mundo dominado por la Posverdad, palabra definida por el diccionario Oxford para calificar acciones como por ejemplo el triunfo de Donald Trump o la salida del Reino Unido de Europa(Brexit).Ambos hechos siguen en debate cuestionados por el uso de datos falsos en las publicaciones. ¿Cómo encarar con éxito las siguientes campañas electorales, siendo que la desafección y el descrédito de la política crecen en todo el mundo?, se pregunta a su vez, el periodista chileno Felipe Vergara Maldonado en una conferencia magistral en La Paz, citado por la periodista Ivanna Torrico.

50 años atrás en los congresos de la prensa boliviana se comentaba con ironía: “Los medios de comunicación son de derecha y los periodistas que escriben son de izquierda”. La máxima conquista entonces de los gremios de la prensa era la “Columna Sindical”, que permitía a los periodistas expresar sus ideas sin ninguna censura en los grandes medios escritos. Los columnistas y articulistas solían ser profesionales con criterio formado y vasta cultura para orientar con responsabilidad. Hoy, todos opinan mediante redes sociales sobre lo que ven y sienten en forma instantánea, incluso sin respeto a la gramática y su regla elemental, la ortografía.

“Hablar de política y políticos se asocia con la palabra corrupción y abuso de poder”, comenta Felipe Cano, un activista de una Plataforma en Cochabamba. Una mayoría de la juventud boliviana, igual que en otras latitudes es generación Milenio, ciberactivista de las plataformas en redes. Se movilizan en las calles auto convocados para protestar por respeto a la democracia, derechos humanos, justicia social y defensa del medio ambiente. Hacen política, sin jefe ni partido político, aunque líderes fracasados vinculados con la partidocracia desprestigiada se mimetizan entre ellos.

Las plataformas crecieron como hongos en Bolivia tras la consigna del 21F, exigen respeto a la Constitución para frenar la re postulación del presidente Evo Morales, pero hoy enfrentan el reto de la nueva Ley de Partidos Políticos, que virtualmente les fragmentaría y obligaría a organizarse en partido político o cerrar alianzas con los partidos políticos con vigencia y convertirse en militantes que una mayoría de sus integrantes no aspira ni de lejos.

El juego político-electoral comenzó con ventaja para el gobierno. Las plataformas dicen: “la democracia se recupera en las calles” y preparan su estrategia que no será sino la confrontación y las redes sociales serán armas mortíferas para el ataque y descrédito. Aquí es donde tiene valor la función social del periodismo que construye. Los grandes medios de comunicación y los periodistas tienen que ser fieles a sus principios democráticos y orientar en favor de la paz y la justicia. Internet y redes sociales son poderosos medios de educación científica, cultural e histórica, casi imprescindible como herramienta de conocimiento en todos los ámbitos del saber humano.

COMPROMISO MORAL Y HONESTIDAD
GUERRA MEDIATICA Y POSVERDAD
PLATAFORMAS Y PARTIDOS POLITICOS

Un periodismo con credibilidad convence al público, por ejemplo, cuando los grandes medios colocan en primera plana hechos de corrupción como ocurrió en Brasil con el caso Lava Jato (lavado de dinero) También los bullados casos de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht que llevó a la cárcel a ex presidentes acusados de recibir sobornos. Los periodistas con principios morales y éticos suelen llegar hasta el final en sus investigaciones y conocen el entresijo que existe entre los poderes político y judicial. En este marco, la publicación de un hecho de corrupción comprobado no podrá ser desmentida, porque sus pruebas tendrán la fuerza de la evidencia y serán incontrastables.

“Hoy la audiencia se entera a través de las redes sociales de lo que está sucediendo, pero necesita ir a las grandes antenas que conoce toda la vida para ratificar que lo que se está enterando es real o no. El rol de los grandes medios es ser los analistas y quienes ayuden a entender y comprender lo que está sucediendo diferenciando una noticia real de una fake news, dice Damián Kirzner, consultor argentino del Foro de Comunicación Mediamorfosis, en entrevista con la revista Oh! (Los Tiempos 26/8/18)

“Lamentablemente hay personas que utilizan internet y redes sociales con otros fines y para ello acuden, por ejemplo, a las noticias falsas”, señala la periodista Lafuente y agrega: “La gente debe aprender a diferenciar las noticias e informarse por los medios que gozan de alta credibilidad. Un rumor que se viraliza puede ocasionar graves problemas, por ello antes de compartir se debe verificar si es cierto. Opinión y los medios impresos en Bolivia gozan de alta credibilidad. Opinión está presente en distintas plataformas informativas, por lo que hoy podemos decir que Opinión es más que un periódico”.

Los periodistas Morales, Kitzner y Lafuente, coinciden en su apreciación: los grandes medios, los conocidos y reconocidos por su seriedad y credibilidad, tienen responsabilidad ética de ser últimos referentes de orientación sobre la verdad de un suceso. A su vez la directora de Opinión avala la credibilidad de los periódicos: “Son responsables en la labor que realizan, no por nada el índice de usuarios de cada uno de ellos es cada vez mayor. Por eso es importante que las personas se informen a través de los medios conocidos que tienen alto grado de credibilidad o de páginas y cuentas oficiales. En caso de acudir a otros portales digitales, las personas deben indagar su grado de confiabilidad”.

Recuerda que en reiteradas oportunidades, por ejemplo, se han difundido noticias falsas sobre el fallecimiento de una personalidad. Para evitar caer en dicha nota, es preciso verificar y acudir a medios confiables, portales oficiales, cuentas o muros personales y confirmados, entre otros. Los periodistas responsables basan la información que difunden en fuente y datos confiables y no en rumores.

“En periodismo las grandes historias casi siempre son las más pequeñas, las más cercanas, las que tocan la vida cotidiana de la gente. Por eso son tan importantes los periodistas que están lejos de los focos pero cerca de las noticias. El nuevo ecosistema de la información, Internet y las redes, son hoy una gran oportunidad para aumentar las visibilidad y repercusión de este trabajo tan valioso”, dice a su vez, Gumersindo Lafuente, periodistas español, Premio José Manuel Porquet, Subdirector de eldiario.es

“Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, agrega la directora de Opinión.

COMPROMISO MORAL Y HONESTIDAD

En Bolivia las falsas noticias o distorsiones de la verdad conocidas como posverdad (2) son parte de la guerra mediática ante la proximidad de las elecciones presidenciales de 2019, la validez o no del fallo constitucional del Referendo del 21F y la reciente Ley de Partidos Políticos. En las pantallas de los celulares aparecen de súbito, comunicados con logos de instituciones oficiales, empresariales y organizaciones sociales con diversas denuncias o llamados a protestas, sin embargo los mensajes membretados son falsos. “Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, dice la directora de Opinión.

El uso tendencioso y burdo de los que se aprovechan del poderoso medio (Internet) menoscaba su verdadero valor. (Posverdad o mentira emotiva es un neologismo? que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales,? en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, Wikipedia) (2)

Hay medios de comunicación y periodistas estigmatizados como oficialistas y opositores. El Estado boliviano controla decenas de medios que difunden programas afines a la política e ideología que sustenta. En tanto, los medios opositores y los autodefinidos independientes denuncian constantemente errores y debilidades del gobierno, pero igual tienen acceso a la publicidad estatal porque la línea neutral es delgada y propensa a la autocensura. Propietarios de medios, gremios de la prensa y conductores autogestionarios de espacios en radio y televisión denunciaron que el gobierno sabe cómo asfixiarlos mediante la publicidad estatal. Por cierto, el presupuesto publicitario del Estado es millonario.

“¿Hasta qué punto un editor debe sucumbir ante las amenazas económicas, penales e incluso de seguridad y dejar de publicar una información? La conclusión: un periodista es necesario precisamente porque publica noticias que el poder no quiere que se sepan. Por desgracia, en algunos países de la región eso no siempre es posible”, explica el periodista Michael Reíd, editor sénior de The Economist, Inglaterra. (fnpi.org/es.)

Actualmente vivimos en un mundo dominado por la Posverdad, palabra definida por el diccionario Oxford para calificar acciones como por ejemplo el triunfo de Donald Trump o la salida del Reino Unido de Europa(Brexit).Ambos hechos siguen en debate cuestionados por el uso de datos falsos en las publicaciones. ¿Cómo encarar con éxito las siguientes campañas electorales, siendo que la desafección y el descrédito de la política crecen en todo el mundo?, se pregunta a su vez, el periodista chileno Felipe Vergara Maldonado en una conferencia magistral en La Paz, citado por la periodista Ivanna Torrico.

50 años atrás en los congresos de la prensa boliviana se comentaba con ironía: “Los medios de comunicación son de derecha y los periodistas que escriben son de izquierda”. La máxima conquista entonces de los gremios de la prensa era la “Columna Sindical”, que permitía a los periodistas expresar sus ideas sin ninguna censura en los grandes medios escritos. Los columnistas y articulistas solían ser profesionales con criterio formado y vasta cultura para orientar con responsabilidad. Hoy, todos opinan mediante redes sociales sobre lo que ven y sienten en forma instantánea, incluso sin respeto a la gramática y su regla elemental, la ortografía.

“Hablar de política y políticos se asocia con la palabra corrupción y abuso de poder”, comenta Felipe Cano, un activista de una Plataforma en Cochabamba. Una mayoría de la juventud boliviana, igual que en otras latitudes es generación Milenio, ciberactivista de las plataformas en redes. Se movilizan en las calles auto convocados para protestar por respeto a la democracia, derechos humanos, justicia social y defensa del medio ambiente. Hacen política, sin jefe ni partido político, aunque líderes fracasados vinculados con la partidocracia desprestigiada se mimetizan entre ellos.

Las plataformas crecieron como hongos en Bolivia tras la consigna del 21F, exigen respeto a la Constitución para frenar la re postulación del presidente Evo Morales, pero hoy enfrentan el reto de la nueva Ley de Partidos Políticos, que virtualmente les fragmentaría y obligaría a organizarse en partido político o cerrar alianzas con los partidos políticos con vigencia y convertirse en militantes que una mayoría de sus integrantes no aspira ni de lejos.

El juego político-electoral comenzó con ventaja para el gobierno. Las plataformas dicen: “la democracia se recupera en las calles” y preparan su estrategia que no será sino la confrontación y las redes sociales serán armas mortíferas para el ataque y descrédito. Aquí es donde tiene valor la función social del periodismo que construye. Los grandes medios de comunicación y los periodistas tienen que ser fieles a sus principios democráticos y orientar en favor de la paz y la justicia. Internet y redes sociales son poderosos medios de educación científica, cultural e histórica, casi imprescindible como herramienta de conocimiento en todos los ámbitos del saber humano.

GUERRA MEDIATICA Y POSVERDAD
COMPROMISO MORAL Y HONESTIDAD

Un periodismo con credibilidad convence al público, por ejemplo, cuando los grandes medios colocan en primera plana hechos de corrupción como ocurrió en Brasil con el caso Lava Jato (lavado de dinero) También los bullados casos de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht que llevó a la cárcel a ex presidentes acusados de recibir sobornos. Los periodistas con principios morales y éticos suelen llegar hasta el final en sus investigaciones y conocen el entresijo que existe entre los poderes político y judicial. En este marco, la publicación de un hecho de corrupción comprobado no podrá ser desmentida, porque sus pruebas tendrán la fuerza de la evidencia y serán incontrastables.

“Hoy la audiencia se entera a través de las redes sociales de lo que está sucediendo, pero necesita ir a las grandes antenas que conoce toda la vida para ratificar que lo que se está enterando es real o no. El rol de los grandes medios es ser los analistas y quienes ayuden a entender y comprender lo que está sucediendo diferenciando una noticia real de una fake news, dice Damián Kirzner, consultor argentino del Foro de Comunicación Mediamorfosis, en entrevista con la revista Oh! (Los Tiempos 26/8/18)

“Lamentablemente hay personas que utilizan internet y redes sociales con otros fines y para ello acuden, por ejemplo, a las noticias falsas”, señala la periodista Lafuente y agrega: “La gente debe aprender a diferenciar las noticias e informarse por los medios que gozan de alta credibilidad. Un rumor que se viraliza puede ocasionar graves problemas, por ello antes de compartir se debe verificar si es cierto. Opinión y los medios impresos en Bolivia gozan de alta credibilidad. Opinión está presente en distintas plataformas informativas, por lo que hoy podemos decir que Opinión es más que un periódico”.

Los periodistas Morales, Kitzner y Lafuente, coinciden en su apreciación: los grandes medios, los conocidos y reconocidos por su seriedad y credibilidad, tienen responsabilidad ética de ser últimos referentes de orientación sobre la verdad de un suceso. A su vez la directora de Opinión avala la credibilidad de los periódicos: “Son responsables en la labor que realizan, no por nada el índice de usuarios de cada uno de ellos es cada vez mayor. Por eso es importante que las personas se informen a través de los medios conocidos que tienen alto grado de credibilidad o de páginas y cuentas oficiales. En caso de acudir a otros portales digitales, las personas deben indagar su grado de confiabilidad”.

Recuerda que en reiteradas oportunidades, por ejemplo, se han difundido noticias falsas sobre el fallecimiento de una personalidad. Para evitar caer en dicha nota, es preciso verificar y acudir a medios confiables, portales oficiales, cuentas o muros personales y confirmados, entre otros. Los periodistas responsables basan la información que difunden en fuente y datos confiables y no en rumores.

“En periodismo las grandes historias casi siempre son las más pequeñas, las más cercanas, las que tocan la vida cotidiana de la gente. Por eso son tan importantes los periodistas que están lejos de los focos pero cerca de las noticias. El nuevo ecosistema de la información, Internet y las redes, son hoy una gran oportunidad para aumentar las visibilidad y repercusión de este trabajo tan valioso”, dice a su vez, Gumersindo Lafuente, periodistas español, Premio José Manuel Porquet, Subdirector de eldiario.es

“Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, agrega la directora de Opinión.

GUERRA MEDIATICA Y POSVERDAD

En Bolivia las falsas noticias o distorsiones de la verdad conocidas como posverdad (2) son parte de la guerra mediática ante la proximidad de las elecciones presidenciales de 2019, la validez o no del fallo constitucional del Referendo del 21F y la reciente Ley de Partidos Políticos. En las pantallas de los celulares aparecen de súbito, comunicados con logos de instituciones oficiales, empresariales y organizaciones sociales con diversas denuncias o llamados a protestas, sin embargo los mensajes membretados son falsos. “Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, dice la directora de Opinión.

El uso tendencioso y burdo de los que se aprovechan del poderoso medio (Internet) menoscaba su verdadero valor. (Posverdad o mentira emotiva es un neologismo? que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales,? en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, Wikipedia) (2)

Hay medios de comunicación y periodistas estigmatizados como oficialistas y opositores. El Estado boliviano controla decenas de medios que difunden programas afines a la política e ideología que sustenta. En tanto, los medios opositores y los autodefinidos independientes denuncian constantemente errores y debilidades del gobierno, pero igual tienen acceso a la publicidad estatal porque la línea neutral es delgada y propensa a la autocensura. Propietarios de medios, gremios de la prensa y conductores autogestionarios de espacios en radio y televisión denunciaron que el gobierno sabe cómo asfixiarlos mediante la publicidad estatal. Por cierto, el presupuesto publicitario del Estado es millonario.

“¿Hasta qué punto un editor debe sucumbir ante las amenazas económicas, penales e incluso de seguridad y dejar de publicar una información? La conclusión: un periodista es necesario precisamente porque publica noticias que el poder no quiere que se sepan. Por desgracia, en algunos países de la región eso no siempre es posible”, explica el periodista Michael Reíd, editor sénior de The Economist, Inglaterra. (fnpi.org/es.)

Actualmente vivimos en un mundo dominado por la Posverdad, palabra definida por el diccionario Oxford para calificar acciones como por ejemplo el triunfo de Donald Trump o la salida del Reino Unido de Europa(Brexit).Ambos hechos siguen en debate cuestionados por el uso de datos falsos en las publicaciones. ¿Cómo encarar con éxito las siguientes campañas electorales, siendo que la desafección y el descrédito de la política crecen en todo el mundo?, se pregunta a su vez, el periodista chileno Felipe Vergara Maldonado en una conferencia magistral en La Paz, citado por la periodista Ivanna Torrico.

50 años atrás en los congresos de la prensa boliviana se comentaba con ironía: “Los medios de comunicación son de derecha y los periodistas que escriben son de izquierda”. La máxima conquista entonces de los gremios de la prensa era la “Columna Sindical”, que permitía a los periodistas expresar sus ideas sin ninguna censura en los grandes medios escritos. Los columnistas y articulistas solían ser profesionales con criterio formado y vasta cultura para orientar con responsabilidad. Hoy, todos opinan mediante redes sociales sobre lo que ven y sienten en forma instantánea, incluso sin respeto a la gramática y su regla elemental, la ortografía.

PLATAFORMAS Y PARTIDOS POLITICOS

“Hablar de política y políticos se asocia con la palabra corrupción y abuso de poder”, comenta Felipe Cano, un activista de una Plataforma en Cochabamba. Una mayoría de la juventud boliviana, igual que en otras latitudes es generación Milenio, ciberactivista de las plataformas en redes. Se movilizan en las calles auto convocados para protestar por respeto a la democracia, derechos humanos, justicia social y defensa del medio ambiente. Hacen política, sin jefe ni partido político, aunque líderes fracasados vinculados con la partidocracia desprestigiada se mimetizan entre ellos.

Las plataformas crecieron como hongos en Bolivia tras la consigna del 21F, exigen respeto a la Constitución para frenar la re postulación del presidente Evo Morales, pero hoy enfrentan el reto de la nueva Ley de Partidos Políticos, que virtualmente les fragmentaría y obligaría a organizarse en partido político o cerrar alianzas con los partidos políticos con vigencia y convertirse en militantes que una mayoría de sus integrantes no aspira ni de lejos.

El juego político-electoral comenzó con ventaja para el gobierno. Las plataformas dicen: “la democracia se recupera en las calles” y preparan su estrategia que no será sino la confrontación y las redes sociales serán armas mortíferas para el ataque y descrédito. Aquí es donde tiene valor la función social del periodismo que construye. Los grandes medios de comunicación y los periodistas tienen que ser fieles a sus principios democráticos y orientar en favor de la paz y la justicia. Internet y redes sociales son poderosos medios de educación científica, cultural e histórica, casi imprescindible como herramienta de conocimiento en todos los ámbitos del saber humano.

COMPROMISO MORAL Y HONESTIDAD

Un periodismo con credibilidad convence al público, por ejemplo, cuando los grandes medios colocan en primera plana hechos de corrupción como ocurrió en Brasil con el caso Lava Jato (lavado de dinero) También los bullados casos de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht que llevó a la cárcel a ex presidentes acusados de recibir sobornos. Los periodistas con principios morales y éticos suelen llegar hasta el final en sus investigaciones y conocen el entresijo que existe entre los poderes político y judicial. En este marco, la publicación de un hecho de corrupción comprobado no podrá ser desmentida, porque sus pruebas tendrán la fuerza de la evidencia y serán incontrastables.

“Hoy la audiencia se entera a través de las redes sociales de lo que está sucediendo, pero necesita ir a las grandes antenas que conoce toda la vida para ratificar que lo que se está enterando es real o no. El rol de los grandes medios es ser los analistas y quienes ayuden a entender y comprender lo que está sucediendo diferenciando una noticia real de una fake news, dice Damián Kirzner, consultor argentino del Foro de Comunicación Mediamorfosis, en entrevista con la revista Oh! (Los Tiempos 26/8/18)

“Lamentablemente hay personas que utilizan internet y redes sociales con otros fines y para ello acuden, por ejemplo, a las noticias falsas”, señala la periodista Lafuente y agrega: “La gente debe aprender a diferenciar las noticias e informarse por los medios que gozan de alta credibilidad. Un rumor que se viraliza puede ocasionar graves problemas, por ello antes de compartir se debe verificar si es cierto. Opinión y los medios impresos en Bolivia gozan de alta credibilidad. Opinión está presente en distintas plataformas informativas, por lo que hoy podemos decir que Opinión es más que un periódico”.

Los periodistas Morales, Kitzner y Lafuente, coinciden en su apreciación: los grandes medios, los conocidos y reconocidos por su seriedad y credibilidad, tienen responsabilidad ética de ser últimos referentes de orientación sobre la verdad de un suceso. A su vez la directora de Opinión avala la credibilidad de los periódicos: “Son responsables en la labor que realizan, no por nada el índice de usuarios de cada uno de ellos es cada vez mayor. Por eso es importante que las personas se informen a través de los medios conocidos que tienen alto grado de credibilidad o de páginas y cuentas oficiales. En caso de acudir a otros portales digitales, las personas deben indagar su grado de confiabilidad”.

Recuerda que en reiteradas oportunidades, por ejemplo, se han difundido noticias falsas sobre el fallecimiento de una personalidad. Para evitar caer en dicha nota, es preciso verificar y acudir a medios confiables, portales oficiales, cuentas o muros personales y confirmados, entre otros. Los periodistas responsables basan la información que difunden en fuente y datos confiables y no en rumores.

“En periodismo las grandes historias casi siempre son las más pequeñas, las más cercanas, las que tocan la vida cotidiana de la gente. Por eso son tan importantes los periodistas que están lejos de los focos pero cerca de las noticias. El nuevo ecosistema de la información, Internet y las redes, son hoy una gran oportunidad para aumentar las visibilidad y repercusión de este trabajo tan valioso”, dice a su vez, Gumersindo Lafuente, periodistas español, Premio José Manuel Porquet, Subdirector de eldiario.es

“Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, agrega la directora de Opinión.

En Bolivia las falsas noticias o distorsiones de la verdad conocidas como posverdad (2) son parte de la guerra mediática ante la proximidad de las elecciones presidenciales de 2019, la validez o no del fallo constitucional del Referendo del 21F y la reciente Ley de Partidos Políticos. En las pantallas de los celulares aparecen de súbito, comunicados con logos de instituciones oficiales, empresariales y organizaciones sociales con diversas denuncias o llamados a protestas, sin embargo los mensajes membretados son falsos. “Los ciudadanos deben aprender a distinguir una noticia falsa y desconfiar de notas sorprendentes. Por lo general estas son exageradas, despiertan curiosidad, temor, entre otros”, dice la directora de Opinión.

El uso tendencioso y burdo de los que se aprovechan del poderoso medio (Internet) menoscaba su verdadero valor. (Posverdad o mentira emotiva es un neologismo? que describe la distorsión deliberada de una realidad, con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales,? en la que los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales, Wikipedia) (2)

Hay medios de comunicación y periodistas estigmatizados como oficialistas y opositores. El Estado boliviano controla decenas de medios que difunden programas afines a la política e ideología que sustenta. En tanto, los medios opositores y los autodefinidos independientes denuncian constantemente errores y debilidades del gobierno, pero igual tienen acceso a la publicidad estatal porque la línea neutral es delgada y propensa a la autocensura. Propietarios de medios, gremios de la prensa y conductores autogestionarios de espacios en radio y televisión denunciaron que el gobierno sabe cómo asfixiarlos mediante la publicidad estatal. Por cierto, el presupuesto publicitario del Estado es millonario.

“¿Hasta qué punto un editor debe sucumbir ante las amenazas económicas, penales e incluso de seguridad y dejar de publicar una información? La conclusión: un periodista es necesario precisamente porque publica noticias que el poder no quiere que se sepan. Por desgracia, en algunos países de la región eso no siempre es posible”, explica el periodista Michael Reíd, editor sénior de The Economist, Inglaterra. (fnpi.org/es.)

Actualmente vivimos en un mundo dominado por la Posverdad, palabra definida por el diccionario Oxford para calificar acciones como por ejemplo el triunfo de Donald Trump o la salida del Reino Unido de Europa(Brexit).Ambos hechos siguen en debate cuestionados por el uso de datos falsos en las publicaciones. ¿Cómo encarar con éxito las siguientes campañas electorales, siendo que la desafección y el descrédito de la política crecen en todo el mundo?, se pregunta a su vez, el periodista chileno Felipe Vergara Maldonado en una conferencia magistral en La Paz, citado por la periodista Ivanna Torrico.

50 años atrás en los congresos de la prensa boliviana se comentaba con ironía: “Los medios de comunicación son de derecha y los periodistas que escriben son de izquierda”. La máxima conquista entonces de los gremios de la prensa era la “Columna Sindical”, que permitía a los periodistas expresar sus ideas sin ninguna censura en los grandes medios escritos. Los columnistas y articulistas solían ser profesionales con criterio formado y vasta cultura para orientar con responsabilidad. Hoy, todos opinan mediante redes sociales sobre lo que ven y sienten en forma instantánea, incluso sin respeto a la gramática y su regla elemental, la ortografía.

. Redacción:
Simón Alberto Figueroa Reynaga

Periodista, Editor General Revista TEMAS cbba

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