HIPOTÉTICA RECTA ELECTORAL
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Desiderio Paredes
9 de enero de 2019
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HIPOTÉTICA RECTA ELECTORAL

La recta final en la preferencia electoral hacia octubre sería disputada por Carlos Mesa y Evo Morales con mayor claridad en las grandes ciudades del eje geográfico nacional, Santa Cruz, Cochabamba y La Paz configurando hacia el futuro una positiva conformación de conglomerados sociales con tendencias políticas definidas que fortalecerán el sistema de partidos políticos cualificando su rol de representación de la sociedad en la administración del Estado, según analistas políticos.

También otras dos alianzas político-partidarias con posibilidades de alcanzar porcentajes significativos serían BDN (Bolivia Dijo No) del senador Oscar Ortiz y UCS (Unidad Cívica Solidaridad) con Víctor Hugo Cárdenas que sobrepasarían el 6% de la votación general y no perderían su personería jurídica que exige mínimo un 3%. Ortiz, consecuente militante fundador del Partido Social Democrático, conocido como Demócratas tiene fuerte presencia en la región oriental, Santa Cruz, Beni y Pando. Cárdenas ex fundador del katarismo revolucionario y la corriente intelectual aimara en el Altiplano en las décadas 80 y 90 conseguiría suficiente votación en occidente y oriente con apoyo sorprendente de las iglesias cristianas representadas por el pastor evangélico Jaime Peinado, líder de una plataforma ciudadana de Santa Cruz.

Con cuatro actores políticos estaría garantizado el proceso electoral de octubre del presente año, amén de la participación de los otros partidos que muy probablemente abandonarían la carrera electoral presidencial apostando garantizar la vigencia de sus siglas para las elecciones sub nacionales referidas a gobernaciones y alcaldías municipales autónomas calificadas como vitales para el control de espacios políticos territoriales post Evo Morales.

La lucha electoral enfrenta fuertes tensiones por la constante acción de la oposición política de algunos dirigentes de plataformas ciudadanas y el CONADE revivido por el rector de la UMSA Waldo Albarracín autodefinidos como auténtica oposición cívica de la mayoría nacional que intentan boicotear las elecciones primarias solicitando la renuncia irrevocable de los vocales del TPE acusados de pro masistas, carentes de solvencia moral para ser árbitros de los comicios de octubre, además de atribuirse la facultad arbitraria de convocar a los jefes de partidos a una cumbre donde se planea emplazarles a dejar la carrera electoral y convocar a un nuevo referéndum para consultar sobre el derecho electoral del binomio Evo – Álvaro.

El oficialismo califica la impugnación al TPE como normal en democracia donde se respeta las opiniones contrarias aunque sean injustas y otorga legalidad y legitimidad a los vocales elegidos por seis años en la Asamblea Legislativa Nacional que sujetos a ley trabajan sin inmutarse en el cumplimiento de plazos establecidos para conformar alianzas como sucedió en octubre de 2018 y ahora preparan las históricas primeras elecciones primarias de los binomios habilitados para el 27 del presente mes, suceso indispensable para conocer en rigor de verdad el número de militantes de cada partido o alianza y fuentes de financiamiento para sus campañas.

Carlos Mesa fue el primero en inscribirse al Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) recién aprobada la Ley de Organizaciones Políticas, LOP, y se convirtió en el primer candidato de oposición registrándose legalmente ante el TPE como Comunidad Ciudadana integrada por SOLBO de Luis Revilla y una veintena de plataformas ciudadanas. Capitaliza tras de sí el descontento de gran parte de la población buscando desplazar del poder al MAS que cumplirá 13 años en el poder estigmatizado como gobierno autoritario salpicado por la corrupción. Mesa capitalizó mayor popularidad desde su cargo como vocero de la Causa Marítima tras una exitosa entrevista en un canal nacional de Chile defendiendo el derecho boliviano de retornar a las costas del Pacífico con soberanía y en carrera electoral se perfila como candidato providencial para reemplazar al caudillo del MAS.

Morales mantiene por dos décadas un respaldo militante y juramentado de los productores de hoja de coca del trópico cochabambino, su primer anillo, pero amplió su base electoral en las áreas rurales donde en los últimos años llegó personalmente con diferentes obras sociales para ayudar al progreso de pueblos casi invisibles postrados en la pobreza dotándoles de agua potable, viviendas populares, infraestructura caminera y sistemas de riego para elevar la producción agrícola. El voto duro que representa un 35% que siempre ostentó en anteriores elecciones, aumentó para 2019 a un 54% según estrategas electorales de su partido. La oposición sustenta, que el voto duro de Evo bajó a 20% y tiene por tanto un camino difícil de recorrer frente a la nueva preferencia electoral de Mesa. Un sumun de enfoques realizados por conocidos analistas políticos publicados en los grandes diarios de circulación nacional, “influencers” de las redes sociales hasta simples “opinólogos” de café coinciden que las elecciones primarias deben realizarse para vigorizar la campaña electoral hacia el 27 de octubre y conocer en definitiva a “ciencia cierta” la validez jurídica de cada partido y su potencial cuantitativo.

El costo económico de las elecciones primarias se justificaría por sus resultados que se expresarían en el perfeccionamiento de la estructura jurídica de los partidos políticos, registro legal de militancia y construcción de una moderna democracia con sistema de contrapesos que garantice mayor confianza y libertad a la hora de votar por sus candidatos. En esa perspectiva la apuesta racional tendría que ser la participación mayoritaria de la población en cada consulta democrática, escrutinio de los gobernantes y contrato social donde el poder le rinda cuentas al ciudadano.

Promover la violencia en las calles o la desobediencia civil sería un salto al vacío cuando las reglas democráticas todavía permiten debate civilizado y contienda electoral con los mismos derechos y obligaciones. Así parece entender el senador Oscar Ortiz que comenzó su campaña electoral mediática dando la cara como candidato de las nuevas generaciones que no precisamente son las plataformas ciudadanas, aun cuando su sigla “Bolivia dijo no” refleje la consigna del 21F. Los Demócratas quieren vencer a Evo en elecciones limpias con el valor necesario, es decir con dignidad después de sentir la traición del jefe de la Unidad Nacional, Samuel Doria Medina su antiguo aliado que ahora anticipa que Ortiz no conseguirá ni siquiera el 10% de votación. El calendario electoral convoca a la ciudadanía a ser el factor decisivo para mantener, fortalecer y profundizar la democracia participativa, redistribución de la riqueza nacional con equidad y mayor justicia social.

. Redacción:
Desiderio Paredes

Sociólogo, miembro de la Sociedad de Editores y Redactores SER Cochabamba

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