El nuevo poder mediático controlado por el capital financiero transnacional cambió la histórica función del periodismo al imponer un modelo ideológico y de mercado en el manejo de la Información.
“La ideología no se ve, pero nos maneja. Estudiar la interacción ideología-lenguaje puede servir para entender desde las relaciones entre médicos y pacientes hasta cómo se justifica una guerra”, dice la investigadora australiana, especialista en lingüística, Annabelle Lukin. https://www.unl.edu.ar/noticias/news/view/
Otro estudioso del fenómeno mediático, el periodista y escritor español, Ignacio Ramonet, sostiene: “La información se ha convertido en una mercancía. Ya no tiene una función cívica. La nueva ideología de la comunicación total, esa especie de imperialismo comunicacional empieza a ejercer una auténtica opresión sobre los ciudadanos”. (LA TIRANÍA DE LA COMUNICACIÓN, Editorial Debate, Madrid, 1998)
Los estados modernos consideraban la Información como parte substancial del sistema de principios y valores, como conquistas de tercera generación en el ámbito del respeto a los derechos humanos, la dignidad y el medio ambiente. Este objetivo hoy no se cumple y no existe Información de calidad, en consecuencia, tampoco hay democracia de calidad, según los expertos.
Internet, redes sociales, plataformas digitales, aplicaciones de inteligencia artificial, cadenas de radio y televisión de alcance planetario suministrando información hiperabundante y gratuita las 24 horas en tiempo real, es el nuevo poder mediático. Y en este conglomerado, también funcionan sitios Web difundiendo falsas noticias sin control ni fiscalización de ningún ente regulador.
Las corporaciones hegemónicas controlan la comunicación y la información con un modelo estándar de acumulación de riqueza exaltando bondades de la economía de libre mercado proclamando “libertad” y “democracia” como el mejor sistema de convivencia civilizada. Rechazan el “totalitarismo” del Estado centralista y su sistema de control socialista de la economía, en cuyas relaciones, la pugna es constante y provoca implícito fanatismo político.
¿Frente a esta realidad, los profesionales de la información, pueden ejercer periodismo ético?
Mario Morales, periodista colombiano reflexiona: “Hoy son más necesarios que nunca los medios de comunicación y periodistas fieles a su función democrática, a su responsabilidad ética y sus compromisos morales de autonomía, independencia y conciencia crítica, sobre la base de la honestidad”. (La ética periodística 2.0 en tiempos de incertidumbre, Fnpi.org/es/)
Pero, el reconocido periodista y escritor francés, Jean Schwoebel, fundador y director del legendario semanario Le Monde, tiene un criterio más definido. Antes se buscaba “cohesión moral” y “equilibrio financiero”, hoy es imposible mantener tales principios, aunque los medios proclamen a los cuatro vientos “independencia y neutralidad”.
Schowoebel, también sustenta: “La prensa es libre cuando no depende del poder gubernamental ni de los poderes del dinero, sino únicamente de la conciencia de los periodistas y lectores”. “La dignidad de la prensa, es la dignidad del público”. (LA PRENSA, EL PODER Y EL DINERO, Pág. 93, Editiones du Seui, DOPESA, 1971)
INFORMACION Y MANIPULACION
Para Vladimir Ilich Lenin, jefe de la Revolución Rusa, en 1917, el periódico no debía limitarse a difundir ideas, educar políticamente a las masas y ganar aliados; sino ser un agitador y organizador colectivo para formar cuadros revolucionarios. El líder bolchevique y creador de los “soviet”, ya en ese tiempo concluía: “la Información no es independiente, libertad de prensa, objetividad y neutralidad, son ilusorias e hipócritas”. Decía, además, “el funcionamiento de la información será siempre manipulado por la clase dominante”. (LA INFORMACIÓN DE CLASE, Pág. 8, editorial Siglo XXI, México 1978)
El periodista y académico chileno, Camilo Taufic, comparte un concepto similar acerca del rol de la Información. “Se informa para orientar en determinado sentido. No hay tal inocencia, tal apoliticismo, o tal neutralidad. Y es necesario recordarlo y tenerlo muy presente si se quiere utilizar los medios de masas para fines progresistas o revolucionarios” (PERIODISMO Y LUCHA DE CLASES, págs.11, 27 y 30, Gráfica Garamond, Buenos Aires, 1974)
Taufic, también cita a Carlos Marx y Federico Engeles, quienes sostienen, “la clase que dispone de los medios de producción material, dispone, a la vez, de los medios de producción intelectual”. (LA IDEOLOGÍA ALEMANA, Ed. Pueblos Unidos, Montevideo, 1959)
El libro de Camilo Taufic, fue quemado por su contenido subversivo y la Editora Nacional Quimantú, asaltada y saqueada durante el golpe de estado del Gral. Augusto Pinochet, en septiembre de l973. Probablemente, a la misma hora, los militares golpistas asesinaban al presidente socialista Salvador Allende, en su despacho del Palacio de la Moneda.
La grandes medios de comunicación controlados por poderosos empresarios privados aliados al capital financiero internacional, habían cooperado con Pinochet y elogiaban la figura del nuevo dictador castrense reconociéndole título de “héroe” por haber recuperado la “libertad” y la “democracia” de manos del “totalitarismo” socialista.
De entonces, al presente, el poder mediático privado se fortaleció y convirtió la Información en dirección política.
El prestigioso lingüista y politólogo norteamericano, Noam Chomsky, hoy confirma las premoniciones de los intelectuales del pasado: “grandes empresas de información controlan todos los medios de difusión globales. Estas empresas a su vez tienen nexos con distintas entidades políticas, sociales, industriales y económicas, cuya tarea principal es retroalimentar sus ideologías y pensamientos en la población. De esta manera se impide el surgimiento de medios alternativos que no representen a estas grandes instituciones”. https://es.wikipedia.org/wiki/Manipulación mediática//
Y el periodista brasileño Pedro Doria, durante un debate auspiciado por la Fundación Gabriel García Márquez, en Cartagena de Indias, también aportó ideas sobre la advertencia de muchos investigadores acerca del periodismo ideologizado al servicio de las transnacionales mediáticas: “hoy la plaza pública está controlada por cinco compañías que usan algoritmos basados en inteligencia artificial bajo directriz de un programador en Facebook o Google, manteniendo a la gente indignada siempre: emociones fuertes, indignación por los periodistas, por políticos, por la iglesia. Y se han vuelto máquinas económicas formidables”. “Hay una ola de pseudoperiodismo ideológico, impulsada por expertos en desinformación”.
El desafío está planteado, es urgente precautelar los valores éticos de la información.
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