TRES MILAGROS EUCARISTICOS EVIDENCIAN EFUSION DE SANGRE
TRES MILAGROS EUCARISTICOS EVIDENCIAN EFUSION DE SANGRE
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La ciencia y la fe se complementan, afirma el doctor Ricardo Castañón Gómez en su libro “Crónica de un Milagro Eucarístico” y presenta el documental “Mi Cuerpo es Vida”.
Simón Alberto Figueroa Reynaga
10 de marzo de 2019
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TRES MILAGROS EUCARISTICOS EVIDENCIAN EFUSION DE SANGRE

Tuve la oportunidad de escuchar la charla del célebre conferencista del Grupo Internacional para la Paz, Dr. Ricardo Castañón Gómez en el interior de la Iglesia de San Ildefonso de Quillacollo la tarde del domingo 3 de marzo –un día para hablar de Dios- y ver un video documental titulado “Mi Cuerpo es Vida” que muestra imágenes y testimonios acerca de tres milagros eucarísticos después de la Consagración de la Hostia suscitados en Buenos Aires, Argentina en dos oportunidades y otro similar en Tixtla, Municipio de Chilpancingo-Chilapa, Capital del Estado de Guerrero en México.

Los tres casos fehacientemente comprobados registran “efusión de sangre” de la Hostia Consagrada después que el sacerdote pronuncia las palabras que Jesús dijo a sus discípulos durante La Última Cena: “Esto es mi Cuerpo…Esta es mi Sangre…” El equipo de expertos presidido por el Dr. Castañón, evidenció científicamente con pruebas realizadas en laboratorio que los restos del líquido rojizo existentes en las hostias consagradas en Argentina y México son sangre correspondiente al tipo sanguíneo AB, igual al encontrado en la “Sábana Santa de Turín”, también después de varias pruebas científicas por otros expertos.

“Ricardo Castañón Gómez, Ph.D., es doctor en psicología clínica. Especializado en medicina psicosomática, neuro-fisiología cognitiva, psicoterapia, bioquímica cerebral y licenciado en filosofía. Su pensamiento ha sido difundido a través de 17 libros y más de 2300 conferencias en los cinco Continentes”. Así engalana la contratapa de su último libro “Crónica de un Milagro Eucarístico” en su segunda edición, de cuya magistral obra tomaré referencias acerca de un postulado vehemente que nos contagia Castañón sobre la relación Ciencia y Fe para acercarnos más a Dios. No me cabe la menor duda –lo confieso sinceramente- que esta obra en mis manos, es una nueva revelación acerca de la presencia de Jesús en mi vida.

En la parroquia de Santa María de Buenos Aire (calle La Plata) ocurrió el primer suceso en 2002 y otro similar en el mismo lugar en 2006. El Dr. Castañón fue autorizado por el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco, a iniciar las investigaciones. “Luego de haber presentado los resultados en marzo de 2006, el Cardenal Bergoglio en una conversación privada, me había alentado a hablar de estos hallazgos donde fuera posible”. En la página 22 se lee: “Más de seis años de aguda investigación definieron que las sustancia era sangre humana con la respectiva presencia de ADN. Los tejidos identificados correspondían a miocardio, ventrículo izquierdo, o sea que, se trataba de corazón. Se identificaron glóbulos blancos intactos. Y el corazón, el instante en el que yo tomaba la muestra, según el médico cardiólogo forense, registraba actividad dinámica, como si se encontrara en un organismo vivo.

En México, los estudios se iniciaron el día 27 de octubre de 2009 y concluyeron el día 25 de febrero de 2013. “Cuando visite la parroquia de San Martín de Tours en Tixtla, la Hostia Consagrada se reservaba en el Tabernáculo de la misma Iglesia”, registra Castañón al nombrar al sacerdote Raymundo Reina Esteban conocido como “Padre Rayito”, en manos de quien sangró la Hostia Consagrada.

“El concilio de Trento, resume la fe católica cuando afirma: Por la consagración del pan y del vino se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio Transubstanciación”.

Según el libro, un 8 de septiembre de 1264, se registró la primera efusión de sangre en una Hostia Consagrada. Su Santidad Urbano IV, entonces estableció la hoy reconocida Fiesta de Corpus Christi.

MISTERIO DE LA TRANSUBSTANCIACION

“El Cristo que Llora” está en una pequeña capilla privada de la calle Belzú, en Cochabamba, adquirida en marzo de 1995 del Bazar Borda por la familia Arébalo-Urquidi. Los primeros hallazgos de sangre en las lágrimas del Cristo fueron evidenciados por el Dr. Castañón a invitación de monseñor René Fernández, entonces Arzobispo de la Arquidiócesis, en 2005, y comprometió una investigación científica.

En su charla con los fieles, el Dr. Castañón, señaló que el “El Cristo sigue llorando hasta hoy. Está sólo y muchos lo han olvidado”. El rostro de Jesucristo es una escultura de yeso común. Aunque parezca paradójico para ateos y agnósticos, los grumos rojizos aparentemente secos en el rostro del Cristo guardarían sangre viva en su interior, lo que en rigor de resultados de investigaciones científicas evidenciarían que es otro “Signo Milagroso”.

En su libro, el autor recuerda: “He estudiado durante 18 años una imagen de Cristo que sangra en Cochabamba-Bolivia, desde marzo de l995. Hasta el presente, se calcula un número de 800 efusiones. Los estudios científicos, también dirigidos por mi persona junto a investigadores del “Grupo Internacional para la Paz”, demostraron la realidad del suceso al identificar sangre y ADN humanos, hemoglobina, glóbulos rojos y mucho más”. Agrega que resulta otra vez curioso, extraño e insinuativo que en distintas fechas del año 2004, la imagen de la Santa Madre que se encuentra en la misma capilla y a lado del “Cristo Sangrante”, empezara a exudar sangre en distintas ocasiones. “Yo no intervine en estas investigaciones, pero sí escuche al Arzobispo en función monseñor Tito Solari declarar a través de medios públicos que en un estudio solicitado por él mismo había identificado la presencia de hemoglobina, aquella Heteroproteina que lleva oxigeno a los tejidos e interviene, en otro, en la eliminación de anhídrido carbónico”. (Ibídem, pág.107)

El Dr. Castañón, dijo que fue ateo en su juventud, seguidor del filósofo francés Jean-Paúl Sartre. En su libro confiesa: “Por la importancia de los argumentos tratados, debo explicar que, a pesar del ateísmo sartriano que orientó mi vida universitaria y buena parte de mi actividad académica en Europa, hoy, me he adherido a la fe cristiana como consecuencia de todo el itinerario investigativo que realizo desde hace 22 años”. (Ibídem, pág. 10) “La verdad espiritual y la verdad científica son complementarias, porque ambas, al final, se encontrarán en el lugar donde reside la única Verdad: Dios”, afirma luego. (Ibídem, pág. 15)

Ciertamente, Castañón es un intelectual honesto, pues en su reciente libro, reflexiona sobre los cuestionamientos a la fe católica de respetados investigadores, científicos, médicos, físicos, biólogos y filósofos. Refleja también hasta las expresiones sardónicas del filósofo alemán Friedrich Nietzsche acerca de la búsqueda de Dios. No olvida mencionar la hipótesis de la Evolución de las Especies de Charles Darwin. Hace referencia a la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y su famosa carta a su colega científico Max Born, Premio Nobel a quien le dice “tú crees en el Dios que juega a los dados” (en el Universo) hasta el descubrimiento de la física cuántica con Max Plank, cuyas investigaciones científicas al presente vienen demostrando que la energía cuántica ayuda a comprender mejor la dimensión espiritual basada en la primacía de la conciencia, así como sobre grandes fenómenos galácticos como el Big Bang y evidencias científicas de la existencia divina por el estudio de las partículas subatómicas.

“En una sociedad tan globalizada y polifacética, el creyente debería estimular mayormente la firmeza de su fe”, dice Castañón y recuerda las palabras del apóstol Pablo: “los frutos del espíritu son el amor, la paz, la armonía”.

“EL CRISTO QUE LLORA”

En la parroquia de Santa María de Buenos Aire (calle La Plata) ocurrió el primer suceso en 2002 y otro similar en el mismo lugar en 2006. El Dr. Castañón fue autorizado por el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco, a iniciar las investigaciones. “Luego de haber presentado los resultados en marzo de 2006, el Cardenal Bergoglio en una conversación privada, me había alentado a hablar de estos hallazgos donde fuera posible”. En la página 22 se lee: “Más de seis años de aguda investigación definieron que las sustancia era sangre humana con la respectiva presencia de ADN. Los tejidos identificados correspondían a miocardio, ventrículo izquierdo, o sea que, se trataba de corazón. Se identificaron glóbulos blancos intactos. Y el corazón, el instante en el que yo tomaba la muestra, según el médico cardiólogo forense, registraba actividad dinámica, como si se encontrara en un organismo vivo.

En México, los estudios se iniciaron el día 27 de octubre de 2009 y concluyeron el día 25 de febrero de 2013. “Cuando visite la parroquia de San Martín de Tours en Tixtla, la Hostia Consagrada se reservaba en el Tabernáculo de la misma Iglesia”, registra Castañón al nombrar al sacerdote Raymundo Reina Esteban conocido como “Padre Rayito”, en manos de quien sangró la Hostia Consagrada.

“El concilio de Trento, resume la fe católica cuando afirma: Por la consagración del pan y del vino se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio Transubstanciación”.

Según el libro, un 8 de septiembre de 1264, se registró la primera efusión de sangre en una Hostia Consagrada. Su Santidad Urbano IV, entonces estableció la hoy reconocida Fiesta de Corpus Christi.

“El Cristo que Llora” está en una pequeña capilla privada de la calle Belzú, en Cochabamba, adquirida en marzo de 1995 del Bazar Borda por la familia Arébalo-Urquidi. Los primeros hallazgos de sangre en las lágrimas del Cristo fueron evidenciados por el Dr. Castañón a invitación de monseñor René Fernández, entonces Arzobispo de la Arquidiócesis, en 2005, y comprometió una investigación científica.

En su charla con los fieles, el Dr. Castañón, señaló que el “El Cristo sigue llorando hasta hoy. Está sólo y muchos lo han olvidado”. El rostro de Jesucristo es una escultura de yeso común. Aunque parezca paradójico para ateos y agnósticos, los grumos rojizos aparentemente secos en el rostro del Cristo guardarían sangre viva en su interior, lo que en rigor de resultados de investigaciones científicas evidenciarían que es otro “Signo Milagroso”.

En su libro, el autor recuerda: “He estudiado durante 18 años una imagen de Cristo que sangra en Cochabamba-Bolivia, desde marzo de l995. Hasta el presente, se calcula un número de 800 efusiones. Los estudios científicos, también dirigidos por mi persona junto a investigadores del “Grupo Internacional para la Paz”, demostraron la realidad del suceso al identificar sangre y ADN humanos, hemoglobina, glóbulos rojos y mucho más”. Agrega que resulta otra vez curioso, extraño e insinuativo que en distintas fechas del año 2004, la imagen de la Santa Madre que se encuentra en la misma capilla y a lado del “Cristo Sangrante”, empezara a exudar sangre en distintas ocasiones. “Yo no intervine en estas investigaciones, pero sí escuche al Arzobispo en función monseñor Tito Solari declarar a través de medios públicos que en un estudio solicitado por él mismo había identificado la presencia de hemoglobina, aquella Heteroproteina que lleva oxigeno a los tejidos e interviene, en otro, en la eliminación de anhídrido carbónico”. (Ibídem, pág.107)

El Dr. Castañón, dijo que fue ateo en su juventud, seguidor del filósofo francés Jean-Paúl Sartre. En su libro confiesa: “Por la importancia de los argumentos tratados, debo explicar que, a pesar del ateísmo sartriano que orientó mi vida universitaria y buena parte de mi actividad académica en Europa, hoy, me he adherido a la fe cristiana como consecuencia de todo el itinerario investigativo que realizo desde hace 22 años”. (Ibídem, pág. 10) “La verdad espiritual y la verdad científica son complementarias, porque ambas, al final, se encontrarán en el lugar donde reside la única Verdad: Dios”, afirma luego. (Ibídem, pág. 15)

Ciertamente, Castañón es un intelectual honesto, pues en su reciente libro, reflexiona sobre los cuestionamientos a la fe católica de respetados investigadores, científicos, médicos, físicos, biólogos y filósofos. Refleja también hasta las expresiones sardónicas del filósofo alemán Friedrich Nietzsche acerca de la búsqueda de Dios. No olvida mencionar la hipótesis de la Evolución de las Especies de Charles Darwin. Hace referencia a la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y su famosa carta a su colega científico Max Born, Premio Nobel a quien le dice “tú crees en el Dios que juega a los dados” (en el Universo) hasta el descubrimiento de la física cuántica con Max Plank, cuyas investigaciones científicas al presente vienen demostrando que la energía cuántica ayuda a comprender mejor la dimensión espiritual basada en la primacía de la conciencia, así como sobre grandes fenómenos galácticos como el Big Bang y evidencias científicas de la existencia divina por el estudio de las partículas subatómicas.

“En una sociedad tan globalizada y polifacética, el creyente debería estimular mayormente la firmeza de su fe”, dice Castañón y recuerda las palabras del apóstol Pablo: “los frutos del espíritu son el amor, la paz, la armonía”.

MISTERIO DE LA TRANSUBSTANCIACION
“EL CRISTO QUE LLORA”
CIENCIA Y FE SE COMPLEMENTAN

En la parroquia de Santa María de Buenos Aire (calle La Plata) ocurrió el primer suceso en 2002 y otro similar en el mismo lugar en 2006. El Dr. Castañón fue autorizado por el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco, a iniciar las investigaciones. “Luego de haber presentado los resultados en marzo de 2006, el Cardenal Bergoglio en una conversación privada, me había alentado a hablar de estos hallazgos donde fuera posible”. En la página 22 se lee: “Más de seis años de aguda investigación definieron que las sustancia era sangre humana con la respectiva presencia de ADN. Los tejidos identificados correspondían a miocardio, ventrículo izquierdo, o sea que, se trataba de corazón. Se identificaron glóbulos blancos intactos. Y el corazón, el instante en el que yo tomaba la muestra, según el médico cardiólogo forense, registraba actividad dinámica, como si se encontrara en un organismo vivo.

En México, los estudios se iniciaron el día 27 de octubre de 2009 y concluyeron el día 25 de febrero de 2013. “Cuando visite la parroquia de San Martín de Tours en Tixtla, la Hostia Consagrada se reservaba en el Tabernáculo de la misma Iglesia”, registra Castañón al nombrar al sacerdote Raymundo Reina Esteban conocido como “Padre Rayito”, en manos de quien sangró la Hostia Consagrada.

“El concilio de Trento, resume la fe católica cuando afirma: Por la consagración del pan y del vino se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio Transubstanciación”.

Según el libro, un 8 de septiembre de 1264, se registró la primera efusión de sangre en una Hostia Consagrada. Su Santidad Urbano IV, entonces estableció la hoy reconocida Fiesta de Corpus Christi.

MISTERIO DE LA TRANSUBSTANCIACION

“El Cristo que Llora” está en una pequeña capilla privada de la calle Belzú, en Cochabamba, adquirida en marzo de 1995 del Bazar Borda por la familia Arébalo-Urquidi. Los primeros hallazgos de sangre en las lágrimas del Cristo fueron evidenciados por el Dr. Castañón a invitación de monseñor René Fernández, entonces Arzobispo de la Arquidiócesis, en 2005, y comprometió una investigación científica.

En su charla con los fieles, el Dr. Castañón, señaló que el “El Cristo sigue llorando hasta hoy. Está sólo y muchos lo han olvidado”. El rostro de Jesucristo es una escultura de yeso común. Aunque parezca paradójico para ateos y agnósticos, los grumos rojizos aparentemente secos en el rostro del Cristo guardarían sangre viva en su interior, lo que en rigor de resultados de investigaciones científicas evidenciarían que es otro “Signo Milagroso”.

En su libro, el autor recuerda: “He estudiado durante 18 años una imagen de Cristo que sangra en Cochabamba-Bolivia, desde marzo de l995. Hasta el presente, se calcula un número de 800 efusiones. Los estudios científicos, también dirigidos por mi persona junto a investigadores del “Grupo Internacional para la Paz”, demostraron la realidad del suceso al identificar sangre y ADN humanos, hemoglobina, glóbulos rojos y mucho más”. Agrega que resulta otra vez curioso, extraño e insinuativo que en distintas fechas del año 2004, la imagen de la Santa Madre que se encuentra en la misma capilla y a lado del “Cristo Sangrante”, empezara a exudar sangre en distintas ocasiones. “Yo no intervine en estas investigaciones, pero sí escuche al Arzobispo en función monseñor Tito Solari declarar a través de medios públicos que en un estudio solicitado por él mismo había identificado la presencia de hemoglobina, aquella Heteroproteina que lleva oxigeno a los tejidos e interviene, en otro, en la eliminación de anhídrido carbónico”. (Ibídem, pág.107)

El Dr. Castañón, dijo que fue ateo en su juventud, seguidor del filósofo francés Jean-Paúl Sartre. En su libro confiesa: “Por la importancia de los argumentos tratados, debo explicar que, a pesar del ateísmo sartriano que orientó mi vida universitaria y buena parte de mi actividad académica en Europa, hoy, me he adherido a la fe cristiana como consecuencia de todo el itinerario investigativo que realizo desde hace 22 años”. (Ibídem, pág. 10) “La verdad espiritual y la verdad científica son complementarias, porque ambas, al final, se encontrarán en el lugar donde reside la única Verdad: Dios”, afirma luego. (Ibídem, pág. 15)

Ciertamente, Castañón es un intelectual honesto, pues en su reciente libro, reflexiona sobre los cuestionamientos a la fe católica de respetados investigadores, científicos, médicos, físicos, biólogos y filósofos. Refleja también hasta las expresiones sardónicas del filósofo alemán Friedrich Nietzsche acerca de la búsqueda de Dios. No olvida mencionar la hipótesis de la Evolución de las Especies de Charles Darwin. Hace referencia a la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y su famosa carta a su colega científico Max Born, Premio Nobel a quien le dice “tú crees en el Dios que juega a los dados” (en el Universo) hasta el descubrimiento de la física cuántica con Max Plank, cuyas investigaciones científicas al presente vienen demostrando que la energía cuántica ayuda a comprender mejor la dimensión espiritual basada en la primacía de la conciencia, así como sobre grandes fenómenos galácticos como el Big Bang y evidencias científicas de la existencia divina por el estudio de las partículas subatómicas.

“En una sociedad tan globalizada y polifacética, el creyente debería estimular mayormente la firmeza de su fe”, dice Castañón y recuerda las palabras del apóstol Pablo: “los frutos del espíritu son el amor, la paz, la armonía”.

“EL CRISTO QUE LLORA”
MISTERIO DE LA TRANSUBSTANCIACION

En la parroquia de Santa María de Buenos Aire (calle La Plata) ocurrió el primer suceso en 2002 y otro similar en el mismo lugar en 2006. El Dr. Castañón fue autorizado por el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco, a iniciar las investigaciones. “Luego de haber presentado los resultados en marzo de 2006, el Cardenal Bergoglio en una conversación privada, me había alentado a hablar de estos hallazgos donde fuera posible”. En la página 22 se lee: “Más de seis años de aguda investigación definieron que las sustancia era sangre humana con la respectiva presencia de ADN. Los tejidos identificados correspondían a miocardio, ventrículo izquierdo, o sea que, se trataba de corazón. Se identificaron glóbulos blancos intactos. Y el corazón, el instante en el que yo tomaba la muestra, según el médico cardiólogo forense, registraba actividad dinámica, como si se encontrara en un organismo vivo.

En México, los estudios se iniciaron el día 27 de octubre de 2009 y concluyeron el día 25 de febrero de 2013. “Cuando visite la parroquia de San Martín de Tours en Tixtla, la Hostia Consagrada se reservaba en el Tabernáculo de la misma Iglesia”, registra Castañón al nombrar al sacerdote Raymundo Reina Esteban conocido como “Padre Rayito”, en manos de quien sangró la Hostia Consagrada.

“El concilio de Trento, resume la fe católica cuando afirma: Por la consagración del pan y del vino se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio Transubstanciación”.

Según el libro, un 8 de septiembre de 1264, se registró la primera efusión de sangre en una Hostia Consagrada. Su Santidad Urbano IV, entonces estableció la hoy reconocida Fiesta de Corpus Christi.

“EL CRISTO QUE LLORA”

“El Cristo que Llora” está en una pequeña capilla privada de la calle Belzú, en Cochabamba, adquirida en marzo de 1995 del Bazar Borda por la familia Arébalo-Urquidi. Los primeros hallazgos de sangre en las lágrimas del Cristo fueron evidenciados por el Dr. Castañón a invitación de monseñor René Fernández, entonces Arzobispo de la Arquidiócesis, en 2005, y comprometió una investigación científica.

En su charla con los fieles, el Dr. Castañón, señaló que el “El Cristo sigue llorando hasta hoy. Está sólo y muchos lo han olvidado”. El rostro de Jesucristo es una escultura de yeso común. Aunque parezca paradójico para ateos y agnósticos, los grumos rojizos aparentemente secos en el rostro del Cristo guardarían sangre viva en su interior, lo que en rigor de resultados de investigaciones científicas evidenciarían que es otro “Signo Milagroso”.

En su libro, el autor recuerda: “He estudiado durante 18 años una imagen de Cristo que sangra en Cochabamba-Bolivia, desde marzo de l995. Hasta el presente, se calcula un número de 800 efusiones. Los estudios científicos, también dirigidos por mi persona junto a investigadores del “Grupo Internacional para la Paz”, demostraron la realidad del suceso al identificar sangre y ADN humanos, hemoglobina, glóbulos rojos y mucho más”. Agrega que resulta otra vez curioso, extraño e insinuativo que en distintas fechas del año 2004, la imagen de la Santa Madre que se encuentra en la misma capilla y a lado del “Cristo Sangrante”, empezara a exudar sangre en distintas ocasiones. “Yo no intervine en estas investigaciones, pero sí escuche al Arzobispo en función monseñor Tito Solari declarar a través de medios públicos que en un estudio solicitado por él mismo había identificado la presencia de hemoglobina, aquella Heteroproteina que lleva oxigeno a los tejidos e interviene, en otro, en la eliminación de anhídrido carbónico”. (Ibídem, pág.107)

CIENCIA Y FE SE COMPLEMENTAN

El Dr. Castañón, dijo que fue ateo en su juventud, seguidor del filósofo francés Jean-Paúl Sartre. En su libro confiesa: “Por la importancia de los argumentos tratados, debo explicar que, a pesar del ateísmo sartriano que orientó mi vida universitaria y buena parte de mi actividad académica en Europa, hoy, me he adherido a la fe cristiana como consecuencia de todo el itinerario investigativo que realizo desde hace 22 años”. (Ibídem, pág. 10) “La verdad espiritual y la verdad científica son complementarias, porque ambas, al final, se encontrarán en el lugar donde reside la única Verdad: Dios”, afirma luego. (Ibídem, pág. 15)

Ciertamente, Castañón es un intelectual honesto, pues en su reciente libro, reflexiona sobre los cuestionamientos a la fe católica de respetados investigadores, científicos, médicos, físicos, biólogos y filósofos. Refleja también hasta las expresiones sardónicas del filósofo alemán Friedrich Nietzsche acerca de la búsqueda de Dios. No olvida mencionar la hipótesis de la Evolución de las Especies de Charles Darwin. Hace referencia a la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y su famosa carta a su colega científico Max Born, Premio Nobel a quien le dice “tú crees en el Dios que juega a los dados” (en el Universo) hasta el descubrimiento de la física cuántica con Max Plank, cuyas investigaciones científicas al presente vienen demostrando que la energía cuántica ayuda a comprender mejor la dimensión espiritual basada en la primacía de la conciencia, así como sobre grandes fenómenos galácticos como el Big Bang y evidencias científicas de la existencia divina por el estudio de las partículas subatómicas.

“En una sociedad tan globalizada y polifacética, el creyente debería estimular mayormente la firmeza de su fe”, dice Castañón y recuerda las palabras del apóstol Pablo: “los frutos del espíritu son el amor, la paz, la armonía”.

MISTERIO DE LA TRANSUBSTANCIACION

En la parroquia de Santa María de Buenos Aire (calle La Plata) ocurrió el primer suceso en 2002 y otro similar en el mismo lugar en 2006. El Dr. Castañón fue autorizado por el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco, a iniciar las investigaciones. “Luego de haber presentado los resultados en marzo de 2006, el Cardenal Bergoglio en una conversación privada, me había alentado a hablar de estos hallazgos donde fuera posible”. En la página 22 se lee: “Más de seis años de aguda investigación definieron que las sustancia era sangre humana con la respectiva presencia de ADN. Los tejidos identificados correspondían a miocardio, ventrículo izquierdo, o sea que, se trataba de corazón. Se identificaron glóbulos blancos intactos. Y el corazón, el instante en el que yo tomaba la muestra, según el médico cardiólogo forense, registraba actividad dinámica, como si se encontrara en un organismo vivo.

En México, los estudios se iniciaron el día 27 de octubre de 2009 y concluyeron el día 25 de febrero de 2013. “Cuando visite la parroquia de San Martín de Tours en Tixtla, la Hostia Consagrada se reservaba en el Tabernáculo de la misma Iglesia”, registra Castañón al nombrar al sacerdote Raymundo Reina Esteban conocido como “Padre Rayito”, en manos de quien sangró la Hostia Consagrada.

“El concilio de Trento, resume la fe católica cuando afirma: Por la consagración del pan y del vino se opera la conversión de toda la substancia del pan en la substancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre; la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio Transubstanciación”.

Según el libro, un 8 de septiembre de 1264, se registró la primera efusión de sangre en una Hostia Consagrada. Su Santidad Urbano IV, entonces estableció la hoy reconocida Fiesta de Corpus Christi.

“El Cristo que Llora” está en una pequeña capilla privada de la calle Belzú, en Cochabamba, adquirida en marzo de 1995 del Bazar Borda por la familia Arébalo-Urquidi. Los primeros hallazgos de sangre en las lágrimas del Cristo fueron evidenciados por el Dr. Castañón a invitación de monseñor René Fernández, entonces Arzobispo de la Arquidiócesis, en 2005, y comprometió una investigación científica.

En su charla con los fieles, el Dr. Castañón, señaló que el “El Cristo sigue llorando hasta hoy. Está sólo y muchos lo han olvidado”. El rostro de Jesucristo es una escultura de yeso común. Aunque parezca paradójico para ateos y agnósticos, los grumos rojizos aparentemente secos en el rostro del Cristo guardarían sangre viva en su interior, lo que en rigor de resultados de investigaciones científicas evidenciarían que es otro “Signo Milagroso”.

En su libro, el autor recuerda: “He estudiado durante 18 años una imagen de Cristo que sangra en Cochabamba-Bolivia, desde marzo de l995. Hasta el presente, se calcula un número de 800 efusiones. Los estudios científicos, también dirigidos por mi persona junto a investigadores del “Grupo Internacional para la Paz”, demostraron la realidad del suceso al identificar sangre y ADN humanos, hemoglobina, glóbulos rojos y mucho más”. Agrega que resulta otra vez curioso, extraño e insinuativo que en distintas fechas del año 2004, la imagen de la Santa Madre que se encuentra en la misma capilla y a lado del “Cristo Sangrante”, empezara a exudar sangre en distintas ocasiones. “Yo no intervine en estas investigaciones, pero sí escuche al Arzobispo en función monseñor Tito Solari declarar a través de medios públicos que en un estudio solicitado por él mismo había identificado la presencia de hemoglobina, aquella Heteroproteina que lleva oxigeno a los tejidos e interviene, en otro, en la eliminación de anhídrido carbónico”. (Ibídem, pág.107)

. Redacción:
Simón Alberto Figueroa Reynaga

Periodista, Editor General de TEMAScbba, Miembro de la Sociedad de Editores y Redactores SER Cochabamba

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