Coco Manto, apoyó con total convicción al presidente izquierdista, Gral. Juan José Torres Gonzales, en 1970 y se fue al exilio el mismo día en que Torres cayó del poder por el cruento golpe de Estado del Cnl. Hugo Banzer, el 21 de agosto de 1971, en alianza con el MNR de Víctor Paz Estenssoro y FSB de Mario Gutierrez.
Ese fatídico día, Jorge Mansilla, jefe de Informaciones de radio Illimani, emisora del Estado (hoy Patria Nueva) permaneció en la cabina de la emisora acompañado de un puñado de radialistas y periodistas consecuentes con el Gral. Torres, con quienes cada instante reportaba el avance de los mineros a La Paz para defender al Presidente y sobre la asonada golpista gestada en Santa Cruz el 19 de agosto y su victoria en Cochabamba el día 20. La COB y la Federación de Mineros, principales organizaciones combativas dentro la Asamblea del Pueblo, declararon huelga general indefinida frente al golpe fascista.
Con voz cada vez más compungida y cerca de las 21.00 horas , los locutores de Illimani informaron sobre obreros y universitarios muertos a balazos en las calles de La Paz y se denunció la traición de dirigentes políticos y sindicales.
Cuando la batalla estaba perdida, se despidieron con un dramático mensaje. Antes de irse, avisaron que el sacerdote oblato Mauricio Lefevbre, conocido en las comunidades eclesiales de base y cura del Tercer Mundo, había sido asesinado por francotiradores al intentar socorrer a un moribundo cerca del edificio de la UMSA.
“Salimos de esta radio, nos vamos para reintegrarnos a las luchas que vienen contra el fascismo en otras trincheras”, proclamó Jorge Mansilla, al abandonar las instalaciones de radio Illimani, para sumergirse después en la clandestinidad.
Jorge, aceptó ser entrevistado en su domicilio particular en la ciudad de Cochabamba para la revista impresa TEMAScbba, edición publicada en octubre de 2019. Me reveló que hablaría sobre el contubernio militar y la traición a Torres y contaría su experiencia como periodista en México, sobre todo, hablar de la amistad personal con un gran revolucionario latinoamericano. Se refería al presidente Andrés Manuel López Obrador.
─Apreciado Jorge, ¿recuerdas como se manejó desde la radio el día 21 de agosto la consigna “Aguilita Voladora, Cien Pies”.
─Mira Simón ─el locutor Gonzalo Otero Mercado, ese día peroró desde el micrófono que el fascismo no pasará y también la consigna “Aguilita voladora cien pies”. Otero, después fue apresado, torturado por el propio ministro Andrés Sélich, y murió al poco tiempo en el exilio, en Caracas.
Sélich, comandó el regimiento Ranger y tomo bajo su control la Universidad Gabriel René Moreno con saldo de heridos, muertos y numerosos estudiantes detenidos.Posteriormente militarizó la capital oriental en apoyo al golpe de Banzer.
─Tú también, Simón, andabas correteado por los fachos, ¿no?” – me preguntó Jorge─a raja tabla, muy dispuesto a recordar los momentos difíciles del 21 de agosto de 1971.
─Tú sabes ─le dije─ muchos periodistas de antes siempre estuvimos a lado de los mineros y varios de los nuestros fueron perseguidos, exiliados y algunos apresados.
Una noche antes del fatídico e inolvidable día, yo estuve a bordo de un jeep cedido por el Sindicato de Mineros de San José, en la ruta Oruro La Paz en una comitiva de dirigentes mineros de Siglo XX elegida en asamblea de emergencia realizada en el río Tagareta para informar a Juan Lechín Oquendo, presidente de la Asamblea Popular, sobre la posición de los mineros de varios distritos concentrados en ese lugar donde debía coordinarse la toma de Oruro. Reconocidos dirigentes de interior mina de Siglo XX, entre ellos, Cirilo Jiménez, Gilberto Bernal y Constancio Apaza, fueron acompañados a pedido de la asamblea por tres periodistas: Marcial Mansilla Torres, jefe de prensa de radio Pio XII, René Ampuero , director de radio La Voz del Minero y Simón Figueroa, jefe de prensa de radio Llallagua.
─Nos engañaron Simón ─declaró Jorge─ “Aguilita Voladora, Cien Pies” fue un señuelo.
─El dirigente Waldo Taquichiri, minero de San José─ agregó Mansilla─ esa tarde estaba en el Comando de Defensa de la Revolución en la plaza del Monolito, frente al estadio de La Paz, y me dijo por teléfono, a gritos, que digamos por la radio que “Aguilita Voladora” caerá al atardecer, que esa era una orden del líder obrero Juan Lechín, porque así le habían dicho, a su vez, los militares aliados de Torres en la Fuerza Aérea Boliviana.
La resistencia en las calles, mineros, universitarios y fabriles escuchaba la emisora Illimani en radios portátiles y suponía que la aviación realizaría vuelos rasantes en demostración de apoyo a Torres.
─Esas palabras─ dice luego Coco─ fueron dictadas a Lechín por el mero comandante de la FAB, Oscar Adriázola, pero los aviones volaron y bombardearon la colina de Laykakota, que estaba ocupada por decenas de universitarios y obreros que sí, tenían armas… Mataron a muchos estudiantes en ese bombardeo.
─La FAB, como la tortilla, se había dado la vuelta en el aire─remató su última expresión.
─¿Y, “Cien Pies”, Coco?
─“Cien pies”, se creía que significaba la participación del regimiento mecanizado Tarapacá ingresando con sus tanquetas artilladas hasta Plaza Murillo para defender al presidente Juan José Torres contra los golpistas. Esa consigna también resultó ser un engaño.
El consecuente periodista, lamentó la traición de los altos mandos de las FF.AA.
Después, supimos que Coco anduvo oculto durante tres meses en domicilios de La Paz antes de asilarse en la embajada de México.
─¿Siempre estuviste a salto de mata?─ le pregunté.
─Sí, pues, mucho tiempo viví a salto de Martha, que así se llama mi mujer ─me responde socarronamente con su característico buen humor. El tiempo de su clandestinidad fue asistido con ropa y alimentos, precisamente, por su esposa Martha.
Jorge Mansilla Torres fue embajador boliviano en México durante el primer gobierno de Evo Morales Ayma y su designación, por cierto, era un premio a su lealtad con el pueblo mexicano tras haber vivido muchos años en capital azteca, pero sobre todo, porque Coco Manto, representaba al nuevo Estado Plurinacional de Bolivia presidido por el primer presidente indígena de América Latina.
Con Andrés López Obrador, había momentos de intimidad y buen humor, según Coco, sus charlas con él siempre fueron sobre soberanía nacional y dignidad.
─¿Recuerdas algunos pasajes?─le pregunté
─Hum….sí, uno, sobre el tema, de cuando López Obrador era el regente (alcalde) del DF, al comenzar el siglo compuse un epigrama que aludía a la manera lenta, ese hablar sin apuros de don Andrés Manuel. Dije algo como que alguna universidad le va a otorgar el doctorado Honoris Pausa.
Mansilla, estuvo más de 20 años cerca a López Obrador realizando cobertura periodística y le alegró su victoria electoral como presidente de México, días antes de nuestra entrevista.
─Será un presidente solvente por su honestidad, virtud que paradójicamente podría traerle problemas porque hay mucha corrupción en los círculos políticos y sociales”.
Mancilla, entonces anticipó que los mayores desafíos para López Obrador serán la corrupción y la oligarquía mexicana que no se siente derrotada electoralmente y que ahora se puso en situación de esperar errores y flaquezas del nuevo gobierno, que los tendrá, para desatarle la guerra sucia por los medios de comunicación que controla.
─Todos los medios están al servicio de los ricos porque son su propiedad y vapulearán a AMLO con la violencia verbal que acostumbran, aquí en Bolivia y en todas partes donde la SIP y la CIA les piden hacerlo─alertó muy indignado.
─La prensa y la televisión reaccionaria mexicana─dice Jorge─ acusan a López Obrador… ¡de ser un viejo de 64 años de edad! Así empiezan, los muy imaginativos y creativos periodistas alquilones─ ironiza.
Ya entonces, puso como antecedente el saqueo que realizan las empresas canadienses de la plata de México. Hay más de diez empresas canadienses que se llevan todo el metal blanco en muy poco tiempo y sin mucho esfuerzo, porque se dotan de maquinaria sofisticada para ello, so pretexto de que invierten en México y pagan regalías.
─Escúchame, Simón─ están vaciando los cerros y yacimientos argentíferos y dejando tierras desechas, cerros desaparecidos, aire y ríos contaminados”, añade el ferviente admirador de AMLO.
Jorge Mansilla Torres, notable periodista, escritor y poeta epigramista utilizando el micrófono y la pluma luchó por la justicia social, soberanía nacional y dignidad humana; un hombre comprometido con los movimientos revolucionarios de los pueblos de América Latina y el Caribe. Así Fue en vida Coco Manto, de quien siento orgulloso de haber compartido gratos momentos en su oficina de jefe de corresponsales extranjeros del legendario diario “Excelsior” en la ciudad de México y también en mi casa compartiendo un buen vino.
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