REESCRIBIENDO LA HISTORIA. Años 1974 -1975 -1976.
El Abrazo de Charaña en febrero de 1975 entre Banzer y Pinochet, tuvo el verdadero propósito por parte de Chile, de evitar la toma militar de Arica por parte del Perú y el trueque territorial con Bolivia en favor de Chile, por sus recursos de yacimientos minerales en Potosí.
La República del Perú, desde 1968, estaba al mando del presidente Gral. Juan Velasco Alvarado, que orientó su política militar con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, potenciando su ejército con material bélico de la ex URSS.
El Gral. Velasco en 1974, estaba decidido con su ejército a recuperar su antiguo territorio de Arica y Antofagasta y devolverle a Bolivia ese territorio, incluso la intervención militar tenía fecha: 6 de Agosto de 1975.
Alertado de esta situación el Presidente Gerald Ford de Estados Unidos por sus servicios de Inteligencia, mediante su Secretario de Estado Henry Kissinger, hizo una visita relámpago a Lima, Santiago (Chile) y Bolivia para entrevistarse con Velasco, Pinochet y Banzer.
En Lima, los estrategas militares peruanos trataron de convencer a Kissinger sobre los derechos territoriales del Perú sobre Arica. Kissinger no conocía a detalle sobre los tratados emergentes de la Guerra del Pacífico.
En Santiago, Kissinger con Pinochet acordaron que era urgente un acercamiento de Chile con Bolivia y restablecer relaciones diplomáticas para impedir cualquier adhesión boliviana a esa intención inminente peruana.
En Bolivia (Santa Cruz) Kissinger convenció a Banzer de volver a retomar las relaciones diplomáticas y un eventual “arreglo marítimo” a su mediterraneidad.
El abrazo de Charaña entre Banzer y Pinochet, de febrero de 1975 logró restablecer las relaciones diplomáticas con Bolivia, pero además Chile, pretendió devolver un corredor marítimo y costa marítima a Bolivia de 10 km2 inservibles técnicamente, a cambio de un trueque territorial sobre parte del Salar de Uyuni. Esto trascendió negativamente en algunos círculos en Bolivia. En Cochabamba la presidenta del Comité pro- Mar Boliviano, Gaby de la Reza, se opuso rotundamente a cualquier trueque. En marzo de 1975 el flamante embajador de Bolivia en Santiago, Adalberto Violand, cuando llegó a La Paz, lleno de optimismo, después de presentar sus cartas credenciales a Pinochet, dijo a los periodistas: “humildemente tengo que decirles que traigo el Mar para Bolivia en mi maletín”.
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