El Prof. Dr. Ricardo Castañón Gómez, prolijo investigador internacional de fenómenos místicos y vehemente defensor de la existencia del milagro, es presidente del “Grupo Internacional para la Paz”, miembro del “Discipulado de la Misericordia” y distinguido por NN.UU como mensajero de la paz, habiendo presentado a la fecha 16 libros escritos revelando sus investigaciones científicas.
En su libro “Crónica de un Milagro Eucarístico”, se evidencia que Castañón estudio durante 18 años la inagen del Cristo que sangra en una pequeña capilla del barrio de San Pedro de Cochabamba-Bolivia, habiendo registrado 800 efusiones y exudaciones identificadas como sangre y ADN humanos, hemoglobina, glóbulos rojos y mucho más.
Tuve oportunidad de dialogar con el Dr. Castañón en la Iglesia de San Ildefonso de Quillacollo donde presentó su documental “Historia de un Signo”, revelando investigaciones científicas sobre el “Cristo Sangrante”, sobre cuyo trabajo presentaremos otro artículo.
Pero hoy creo importante reflejar su testimonio revelado en Méxixo sobre un suceso que le tocó vivir en un pueblo de Ecuador donde según él, una mujer que dice ser mensajera de Cristo, le comunica sobre la existencia del Alma y del Espíritu, y cuyo video se difunde en Youtube por redes sociales.
En un pueblo de Ecuador─ cuenta Ricardo ─una mujer de aspecto humilde se acercó a mí y me dijo: “Yo tengo dos mensajes de Jesús para usted. El primero, dice que usted a través de la ciencia debe ayudar a demostrar qué videntes son auténticos y cuales son falsos”
Cuando el Dr. Castaón le preguntó sobre el segundo mensaje,la mujer le responde: “Dice el Señor que usted no sabe qué hacer con su libro “De la Neurona a la Persona”. Castañón aclara que ella no podía saber de esto. “Yo estaba escribiendo en los años 90 el libro y el 92 deje de escribir, porque era un tema, en clave, atea”, comenta.
La mujer mensajera de Jesús, según Castañón, concluyó con lo siguiente: “Y el Señor me ha dicho que le diga, lo que usted no sabe. Me dijo, el alma es la vida. Dios nos da la vida a través de una animación del cuerpo”.
“Lo que anima la vida en un cuerpo es el alma. Por eso el animal, tiene alma animal; por eso la planta tiene alma vegetal porque tiene vida, pero no tienen espíritu. El perro no tiene espíritu, la planta no tienen espíritu”, reflexionó.
Luego, Castañón, dijo que el espíritu es la parte divina que cada hombre tiene en sí; que Dios sopla al hombre en el momento que el hombre concibe con la mujer. El espíritu es la parte divina que tiene cada hombre y se expresa en la vida del hombre, a través de la conducta.
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