De acuerdo a la tradición de la racionalidad tecnológica, los profesionales actúan como mediadores entre la ciencia y la sociedad y convierten la investigación científica en progreso social. Sin embargo, hoy en día se puede constatar una crisis de confianza en los profesionales y un declive de la imagen de los profesionales. Esta situación parece tener raíces en un creciente escepticismo sobre la verdadera contribución de los profesionales al bienestar de la sociedad y en una falta de adecuación del conocimiento profesional a las verdaderas necesidades y problemas de la comunidad.
Probablemente una de las causas del atraso en que vivimos es, por una parte, la abundancia de acciones sin ideas, que es el vicio de los que hacen política y de los que manipulan a los movimientos populares; y, por otra parte, de ideas sin acción que es pecado de los profesionales e intelectuales Es hora ya de que los gremios profesionales se expresen, propongan sugerencias, ejerciten control y tengan influencia en las decisiones que afectan al progreso y desarrollo del país y al mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Tendencia al desgaste
La anomia y el efecto entrópico (tendencia al desgaste) en que han caído los gremios profesionales, los ha llevado a una actitud de simples espectadores allá donde hace falta criterio técnico para resolver los problemas técnicos, dejando que los llamados movimientos populares, opinen sobre lo que no saben o no entienden, en una prueba de la inversión de valores que nos toca vivir. Como dice un proverbio (máxima breve de uso popular) “los caballos y los burros andan sueltos como importantes personas, empujando por los caminos a quienes no les ceden el paso…”
De un modo general los gremios profesionales se sustentan en dos pilares fundamentales: a). El servicio a los profesionales del gremio, y b). El servicio a la comunidad. El servicio a los profesionales del gremio, se sustenta a su vez en dos líneas de fuerza: Generar posibilidades de capacitación y actualización profesional, promoviendo seminarios, estimulando la producción científica y de investigación, publicando trabajos y proyectos de bien social., complementadas con actividades culturales, artísticas y de camaradería. La otra línea de fuerza del servicio a los profesionales del gremio es la de estimular el bienestar personal y familiar y de conjunto (bolsas de trabajo, asistencia médica, seguro, etc.). El servicio a la comunidad tiene, también, dos líneas de fuerza: El seguimiento y análisis de los problemas regionales y nacionales; y, la orientación a la opinión pública evitando que caiga en el engaño y la mistificación. El seguimiento y análisis de la problemática regional y nacional, por una parte, obliga a resumir / revisar / controlar que todo lo que se haga sea en beneficio de la comunidad, para lo que deberá coordinarse con las autoridades y otras instituciones. La orientación a la opinión pública se dará tanto por pronunciamientos que esclarezcan los problemas y orienten a la población, como por contactos con las organizaciones populares para detectar las necesidades emergentes y las aspiraciones insurgentes. Los profesionales en general tenemos una deuda con la sociedad que de manera directa o indirecta ha contribuido a nuestro proceso de formación. Esta deuda, debe ser pagada con el servicio a la comunidad, asumiendo que el nuevo rol de los profesionales, tenga como objetivo teleológico el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Compromiso ético
Los profesionales en general, debemos asumir- por compromiso ético – el rol de orientar a la población en temas de nuestra competencia, abandonando la indiferencia y asumiendo una acción de compromiso con la comunidad que haga posible el cambio de profesionales sin compromiso social, por profesionales capaces de generar una corriente de opinión que se traduzca en una acción mancomunada orientada a recuperar los espacios perdidos, dando a nuestro accionar una connotación de servicio
Definitivamente creemos que los profesionales debemos superar la anomia en que hemos caído y no dejar que las dificultades presentes nos empujen a la resignación y al conformismo. Para organizar el futuro, necesitamos modificar nuestra actitud ante el presente y asumir un compromiso ético entendido como el valor moral de hacer lo que es correcto y no hacer lo que sabemos es incorrecto. Por otra parte, no debemos ser exclusivamente críticos ex post de hechos sucedidos y debemos adentrarnos al análisis de las causas y no solo especular con los efectos.
En general los gremios profesionales han mantenido hasta ahora una actitud de simples espectadores de lo que acontece en la región y el país, dejando que la interpelación de la sociedad civil a las autoridades de gobierno se dé por vías no institucionales (marchas, bloqueos, huelgas de hambre). Por otra parte, existe un uso manipulador y engañoso de la información que distorsiona la realidad y mantiene a la población desorientada y confundida. En efecto, el mensaje de los medios de comunicación sólo da una versión parcial e interesada de los hechos. La opinión pública es, en verdad, la “opinión publicitada” de los medios de comunicación.
Es necesario, por eso, que los gremios profesionales recuperen el rol de servicio a la comunidad mediante la labor de seguimiento y análisis de los problemas regionales y nacionales, y de orientación a la opinión pública. A este fin, los profesionales deben comprometerse a participar en procesos de educación popular que debe entenderse como una concepción que propicie modelos de ruptura, de transformación de mentalidades y costumbres, que propicien el desarrollo de un pensamiento crítico a partir de la práctica sistemática de la reflexión y el debate, de modo que en base a la orientación de la población y el respeto al prójimo, se encuentre la vía para romper los esquemas de una sociedad vaciada de valores.
Definitivamente es tiempo de revertir el efecto entrópico de los gremios profesionales y potenciar el efecto homeostático (equilibrio, regulación) con una acción de compromiso con la comunidad, lo que será el insumo psíquico que haga posible el cambio de gremios profesionales sin compromiso social, por gremios profesionales capaces de generar una corriente de opinión que se traduzca en una acción mancomunada, orientada a recuperar los espacios perdidos, dando a su accionar una connotación de servicio.
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