Después de la renuncia del presidente Evo Morales, 10 de noviembre 2019, el Pacto de Unidad conformado por organizaciones obreras, campesinas y vecinales (bloque nacional popular) respondió con movilizaciones de protesta en El Alto, Yapacani, Chapare y el Altiplano y un contundente bloqueo de carreteras troncales paralizó de nuevo el país. No había temor ni sumisión a los nuevos dueños del poder político. Evo ya no estaba en Bolivia y era de suponer un desbande de las fuerzas de izquierda lejos de su histórico líder, pero, el voto soberano permite el retorno de un MAS-IPSP fortalecido, renovado y en expansión.
“Un mes después del golpe, el Pacto de Unidad realizó un ampliado nacional en el Coliseo de la Coronilla donde definió los nombres de David Choquehuanca y Andrónico Rodríguez como candidatos del MAS-IPSP, decisión surgida desde las bases”, señala a la revista TEMAS el director del Centro de Estudios Superiores Universitarios, CESU, Dr. Fernando Mayorga, consultado sobre las recientes elecciones.
Mayorga, sociólogo de profesión y articulista del diario La Razón, expresa que el MAS no es un partido político, “es una coalición de organizaciones y movimientos sociales aglutinados en el Pacto de Unidad con presencia en todo el territorio nacional”. Afirma que este factor fue determinante para su crecimiento político y su victoria. “El MAS-IPSP volvió con más fuerza”, agregó.
Otros analistas políticos reconocen el triunfo de Arce y responsabilizan a la desastrosa gestión del gobierno de transición, dispersión del bloque conservador sin capacidad de articular un frente único. A última hora, el voto indeciso y cautivo se volcó a favor de Arce ante la despiadada campaña de desprestigio contra Evo Morales. Arce ya había recuperado la confianza de la clase media y sectores pudientes prometiendo un futuro gobierno con seguridad económica.
“Los opositores pensaron que el MAS sin Evo estaba muerto”, dice Mayorga. Los opositores se equivocaron, Evo no era ya determinante para la campaña electoral cuando el Pacto de Unidad por mandato de un ampliado nacional realizado en el Coliseo de la Coronilla impuso el nombre de David Choquehuanca en contraposición a la decisión del propio Morales, explica.
“Arce es un ganador legítimo y fuerte con grandes desafíos al frente, pero hay confianza en su capacidad de profesional economista para enfrentar la crisis. Tiene fortaleza y su mayor desafío será frenar la desaceleración económica y restituir el poder de las empresas debilitadas”. Recomendó aplicar un programa progresivo de recuperación para superar la crisis económica. Significa, señala Mayorga, adoptar medidas pertinentes y adecuadas. “No es conveniente planes de shock inmediato”.
Habló también sobre la necesidad de restablecer el proyecto estatal de industrialización del litio en el Salar de Uyuni. El nuevo gobierno debe reconducir los acuerdos establecidos por Evo con una empresa alemana, proyecto postergado por presión y huelga de hambre de dirigentes del Comité Cívico Potosinista, CONCIPO, entonces, presidido por Marco Antonio Pumari antes del golpe. Alemania ofrecía mejores ventajas a Bolivia para la producción de baterías de litio respecto de las ofertas de empresas de Corea y China, señala.
0 comentarios