La primera definición sobre esta entidad fue de Richard Gardner, profesor de psiquiatría infantil de La Universidad de Columbia, que en 1985 formuló el concepto de Síndrome de Alienación Parental (SAP) en el artículo titulado "Tendencias recientes en el divorcio y la litigación por la custodia" , definiéndolo como:
"El síndrome de alienación parental es un trastorno de la infancia que surge casi exclusivamente en el pos-divorcio en el contexto de conflictos de guarda o custodia. Su manifestación primaria es la injustificada campaña de denigración emprendida por el niño contra uno de sus progenitores. Esto resulta de la combinación de una programación (lavado de cerebro) por cuenta del otro progenitor, por una parte, y de las propias contribuciones del niño a la difamación del progenitor alienado, por la otra". Cuando existe abuso y/o negligencia verdadera por parte de este progenitor, la conducta del niño puede estar justificada y el síndrome de alienación parental no es aplicable en este caso.
En los años ochenta, Gardner llevo a observar durante las valuaciones de niños para definir la custodia en los juzgados de su país, el creciente número de hijos que denigraban a uno de sus progenitores, hasta el punto de expresar en ocasiones odio hacia el padre al que una vez amaron. En este estudio, Gardner reconoce a la "Madre" como al progenitor alienador y al "Padre" como el progenitor alienado; reconociendo también que en algunos casos el padre puede suscitar el SAP.
En 1992 en el libro "El Síndrome de Alienación Parental, Gardner afirma:
"...muchos de estos chicos orgullosamente declaran, que la decisión de rechazar a sus padres, es únicamente suya. Ellos niegan cualquier contribución de sus madres.
En realidad sus madres muy a menudo declaran que ellas quieren que sus hijos vean a sus padres, y reconocen incluso la importancia de esta relación. Estos niños aprecian que asumiendo que la decisión es suya, eliminan la culpa de sus madres y las protegen de la crítica. Tales expresiones de pensamiento independiente son apoyadas por la madre quien con frecuencia ensalza a estos chicos por ser la clase de gente que tiene pensamientos propios y son francos y suficientemente valientes como para expresar sus opiniones. Con frecuencia, tales madres exhortan a sus hijos a decirles la verdad mirando si quieren o no ver a sus padres. El chico generalmente apreciará que "la verdad", es la expresión de que ellos odian al padre, y no quieren verle nunca más. Ellos por tanto aportan esa contestación preparada... como "la verdad" que les protegerá de la ira de su madre, si tuvieran que manifestar lo que realmente quieren hacer, que es ver a sus padres".
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