EL BICENTENARIO CON DOS VISIONES DE PAIS

Arce defiende las conquistas del proceso de cambio afirmando que en las últimas dos décadas se redujo la pobreza y las grandes mayorías campesinas tuvieron mejores condiciones de salud, educación y fueron incorporados al proceso productivo y económico.

Las leyes contra el racismo y toda forma de discriminación social también ayudaron a fortalecer la inclusión y la dignidad de los campesinos en un contexto de armonía, paz y unidad dentro la diversidad, expresó a su vez el vicepresidente David Choquehuanca

En 200 años hubo gobiernos militares, liberales, republicanos y conservadores dominados por la oligarquía minero feudal coludida con monopolios capitalistas extranjeros. A lo largo de la historia boliviana se registraron más de 190 golpes de Estado, una mayoría de ellos, trágicos y sangrientos.

El Estado Plurinacional hoy está dirigido por un presidente izquierdista con sus propias peculiaridades, contradicciones, debilidades y fortalezas. Enfrenta, como es normal, antagonismos en el marco de una democracia representativa donde ningún sector está excluido.

 Bolivia fue el primer país del continente sudamericano en consumar una verdadera revolución proletaria en 1952 encabezada por obreros y campesinos, nos recuerda el fallecido periodista y escritor argentino Liborio Justo “Quebracho”, en su libro “La Revolución Derrotada”. (Edición, 1967)

Después de 1952, el pueblo vivió un largo ciclo militar (1964-1982), otro proceso de pactos y alianza políticas neoliberales (1985-2003) hasta llegar al Estado Plurinacional (2007-2025). Pero nunca hubo ni hay DOS BOLIVIAS.

 “El propósito del proceso de cambio no es otro que ser anticolonial, antiimperialista, anticapitalista, antineoliberal y anti patriarcal”, sostiene Luis Arce. (Ibidem, El Deber)

Para la oposición radical, llegó a su fin el Estado Plurinacional y fracasó el experimento socialista de economía centralizada. En esta visión fatalista la oposición busca con urgencia el retorno al modelo de Estado republicano moderno y tecnológico con economía de libre mercado, privatización de empresas estatales deficitarias y préstamos internacionales por 12 mil millones de dólares, según el candidato presidencial, Jorge “Tuto” Ramírez

Esta visión de nuevo país toma fuerza ante el debilitamiento del gobierno del MAS, que, en los últimos dos años no logró superar la crisis económica, reflejada en la ausencia de dólares, falta de combustibles y espiral de precios de la canasta familiar cada vez más próximos a la hiperinflación.

Los actuales gobernantes, optimistas frente a la crisis estructural de la economía y la alarmante división partidaria creen en la fortaleza del proceso de cambio y confían en la elevada conciencia política anticolonial y antiimperialista del movimiento campesino.

Pero, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, respetado sindicalista de la central campesina Bulo Bulo, encendió las bujías en su partido y llamó a trabajar por la unidad para enfrentar a la oposición. Existe –dice— riesgo de perder el poder y muchos de sus actuales líderes del MAS quedar presos, desterrados o desaparecidos.

En su intervención en el Foro de Líderes para un nuevo Ciclo realizado en Santa Cruz, Rodríguez, reconoció las dos visiones claramente enfrentadas con extremos ideológicos muy peligrosos para la unidad del país. Unos quieren destruir a la izquierda representada por el MAS y desde el MAS se intenta liquidar a la derecha.

En estas dos visiones —dicen los estudiosos de la ciencia política—hay fanatismo ideológico entre las corrientes de izquierda y derecha, siendo que ambos términos son obsoletos, La lucha de hoy es por preservar estados soberanos frente al capitalismo financiero depredador.  

La ideología no se ve, pero nos maneja—dice la especialista australiana Annabelle Lukin—“La causa del fanatismo es, simplemente, la ausencia de pensamiento crítico. La falta de pensamiento crítico se debe a la ignorancia. Luego, la causa de cualquier fanatismo ideológico ya sea religioso o político, es la ignorancia”. (https://www.unl.edu.ar/news/view/)

Esta visión de nuevo país toma fuerza ante el debilitamiento del gobierno del MAS, que, en los últimos dos años no logró superar la crisis económica, reflejada en la ausencia de dólares, falta de combustibles y espiral de precios de la canasta familiar cada vez más próximos a la hiperinflación.

Los actuales gobernantes, optimistas frente a la crisis estructural de la economía y la alarmante división partidaria creen en la fortaleza del proceso de cambio y confían en la elevada conciencia política anticolonial y antiimperialista del movimiento campesino.

Pero, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, respetado sindicalista de la central campesina Bulo Bulo, encendió las bujías en su partido y llamó a trabajar por la unidad para enfrentar a la oposición. Existe –dice— riesgo de perder el poder y muchos de sus actuales líderes del MAS quedar presos, desterrados o desaparecidos.

En su intervención en el Foro de Líderes para un nuevo Ciclo realizado en Santa Cruz, Rodríguez, reconoció las dos visiones claramente enfrentadas con extremos ideológicos muy peligrosos para la unidad del país. Unos quieren destruir a la izquierda representada por el MAS y desde el MAS se intenta liquidar a la derecha.

En estas dos visiones —dicen los estudiosos de la ciencia política—hay fanatismo ideológico entre las corrientes de izquierda y derecha, siendo que ambos términos son obsoletos, La lucha de hoy es por preservar estados soberanos frente al capitalismo financiero depredador.  

La ideología no se ve, pero nos maneja—dice la especialista australiana Annabelle Lukin—“La causa del fanatismo es, simplemente, la ausencia de pensamiento crítico. La falta de pensamiento crítico se debe a la ignorancia. Luego, la causa de cualquier fanatismo ideológico ya sea religioso o político, es la ignorancia”. (https://www.unl.edu.ar/news/view/)

El avance de partidos de derecha y ultraderecha en la mayoría de los países europeos desplazó a partidos de izquierda de los centros de poder, pero la gobernanza y gobernabilidad interactúan en democracia por encima del modelo de gobierno.

Donald Trump, con su impetuosa política de expansión imperialista otorgó oxígeno a los partidos de derecha en el hemisferio, empero, no logra   romper las reglas del juego democrático donde se antepone la fuerza de los sistemas legislativo y judicial para casos de vulneración a la Constitución.

El antagonismo político es necesario para la supervivencia de la democracia y la lucha de contrarios fortalece el sistema democrático, según la filósofa alemana Hannah Arendt, autora de numerosas obras de crítica al totalitarismo nazi y soviético. (Google).

Según esta visión, los actores políticos deben respetar y darle valor a la coexistencia pacífica entre ideologías y modelos de gobernabilidad y gobernanza para evitar el imperio del totalitarismo que siempre acaba en dictadura y represión.

Los bolivianos sólo esperamos vivir en paz social, estabilidad y crecimiento económico con justicia social; igualdad de oportunidades, políticas coherentes de Estado y respeto a la vigencia de la DEMOCRACIA INCLUYENTE Y FUERTE.

En el caso boliviano, el Estado Plurinacional comienza a diseñarse en 1983 con la Tesis Política del Segundo Congreso de la Confederación Sindical única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB, focalizando su lucha en un solo pensamiento: DESCOLONIZACIÓN.

 “Queremos ser libres en una sociedad sin explotación ni opresión organizada en un Estado Plurinacional que desarrolla nuestras culturas y auténticas formas de gobierno propio”, expresa su proclama.

Por el momento es difícil prever un nuevo destino para Bolivia después de las elecciones de agosto 2025. Sin embargo, hay una VERDAD incuestionable; la democracia en Bolivia es fuerte, participativa y determinante. En definitiva, el VOTO CONSCIENTE ES SECRETO y su poder en las urnas premiará o castigará a quien se lo merece.

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Arce defiende las conquistas del proceso de cambio afirmando que en las últimas dos décadas se redujo la pobreza y las grandes mayorías campesinas tuvieron mejores condiciones de salud, educación y fueron incorporados al proceso productivo y económico.

Las leyes contra el racismo y toda forma de discriminación social también ayudaron a fortalecer la inclusión y la dignidad de los campesinos en un contexto de armonía, paz y unidad dentro la diversidad, expresó a su vez el vicepresidente David Choquehuanca

En 200 años hubo gobiernos militares, liberales, republicanos y conservadores dominados por la oligarquía minero feudal coludida con monopolios capitalistas extranjeros. A lo largo de la historia boliviana se registraron más de 190 golpes de Estado, una mayoría de ellos, trágicos y sangrientos.

El Estado Plurinacional hoy está dirigido por un presidente izquierdista con sus propias peculiaridades, contradicciones, debilidades y fortalezas. Enfrenta, como es normal, antagonismos en el marco de una democracia representativa donde ningún sector está excluido.

 Bolivia fue el primer país del continente sudamericano en consumar una verdadera revolución proletaria en 1952 encabezada por obreros y campesinos, nos recuerda el fallecido periodista y escritor argentino Liborio Justo “Quebracho”, en su libro “La Revolución Derrotada”. (Edición, 1967)

Después de 1952, el pueblo vivió un largo ciclo militar (1964-1982), otro proceso de pactos y alianza políticas neoliberales (1985-2003) hasta llegar al Estado Plurinacional (2007-2025). Pero nunca hubo ni hay DOS BOLIVIAS.

 “El propósito del proceso de cambio no es otro que ser anticolonial, antiimperialista, anticapitalista, antineoliberal y anti patriarcal”, sostiene Luis Arce. (Ibidem, El Deber)

Para la oposición radical, llegó a su fin el Estado Plurinacional y fracasó el experimento socialista de economía centralizada. En esta visión fatalista la oposición busca con urgencia el retorno al modelo de Estado republicano moderno y tecnológico con economía de libre mercado, privatización de empresas estatales deficitarias y préstamos internacionales por 12 mil millones de dólares, según el candidato presidencial, Jorge “Tuto” Ramírez

Esta visión de nuevo país toma fuerza ante el debilitamiento del gobierno del MAS, que, en los últimos dos años no logró superar la crisis económica, reflejada en la ausencia de dólares, falta de combustibles y espiral de precios de la canasta familiar cada vez más próximos a la hiperinflación.

Los actuales gobernantes, optimistas frente a la crisis estructural de la economía y la alarmante división partidaria creen en la fortaleza del proceso de cambio y confían en la elevada conciencia política anticolonial y antiimperialista del movimiento campesino.

Pero, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, respetado sindicalista de la central campesina Bulo Bulo, encendió las bujías en su partido y llamó a trabajar por la unidad para enfrentar a la oposición. Existe –dice— riesgo de perder el poder y muchos de sus actuales líderes del MAS quedar presos, desterrados o desaparecidos.

En su intervención en el Foro de Líderes para un nuevo Ciclo realizado en Santa Cruz, Rodríguez, reconoció las dos visiones claramente enfrentadas con extremos ideológicos muy peligrosos para la unidad del país. Unos quieren destruir a la izquierda representada por el MAS y desde el MAS se intenta liquidar a la derecha.

En estas dos visiones —dicen los estudiosos de la ciencia política—hay fanatismo ideológico entre las corrientes de izquierda y derecha, siendo que ambos términos son obsoletos, La lucha de hoy es por preservar estados soberanos frente al capitalismo financiero depredador.  

La ideología no se ve, pero nos maneja—dice la especialista australiana Annabelle Lukin—“La causa del fanatismo es, simplemente, la ausencia de pensamiento crítico. La falta de pensamiento crítico se debe a la ignorancia. Luego, la causa de cualquier fanatismo ideológico ya sea religioso o político, es la ignorancia”. (https://www.unl.edu.ar/news/view/)

Arce defiende las conquistas del proceso de cambio afirmando que en las últimas dos décadas se redujo la pobreza y las grandes mayorías campesinas tuvieron mejores condiciones de salud, educación y fueron incorporados al proceso productivo y económico.

Las leyes contra el racismo y toda forma de discriminación social también ayudaron a fortalecer la inclusión y la dignidad de los campesinos en un contexto de armonía, paz y unidad dentro la diversidad, expresó a su vez el vicepresidente David Choquehuanca

En 200 años hubo gobiernos militares, liberales, republicanos y conservadores dominados por la oligarquía minero feudal coludida con monopolios capitalistas extranjeros. A lo largo de la historia boliviana se registraron más de 190 golpes de Estado, una mayoría de ellos, trágicos y sangrientos.

El Estado Plurinacional hoy está dirigido por un presidente izquierdista con sus propias peculiaridades, contradicciones, debilidades y fortalezas. Enfrenta, como es normal, antagonismos en el marco de una democracia representativa donde ningún sector está excluido.

 Bolivia fue el primer país del continente sudamericano en consumar una verdadera revolución proletaria en 1952 encabezada por obreros y campesinos, nos recuerda el fallecido periodista y escritor argentino Liborio Justo “Quebracho”, en su libro “La Revolución Derrotada”. (Edición, 1967)

Después de 1952, el pueblo vivió un largo ciclo militar (1964-1982), otro proceso de pactos y alianza políticas neoliberales (1985-2003) hasta llegar al Estado Plurinacional (2007-2025). Pero nunca hubo ni hay DOS BOLIVIAS.

 “El propósito del proceso de cambio no es otro que ser anticolonial, antiimperialista, anticapitalista, antineoliberal y anti patriarcal”, sostiene Luis Arce. (Ibidem, El Deber)

Para la oposición radical, llegó a su fin el Estado Plurinacional y fracasó el experimento socialista de economía centralizada. En esta visión fatalista la oposición busca con urgencia el retorno al modelo de Estado republicano moderno y tecnológico con economía de libre mercado, privatización de empresas estatales deficitarias y préstamos internacionales por 12 mil millones de dólares, según el candidato presidencial, Jorge “Tuto” Ramírez

Esta visión de nuevo país toma fuerza ante el debilitamiento del gobierno del MAS, que, en los últimos dos años no logró superar la crisis económica, reflejada en la ausencia de dólares, falta de combustibles y espiral de precios de la canasta familiar cada vez más próximos a la hiperinflación.

Los actuales gobernantes, optimistas frente a la crisis estructural de la economía y la alarmante división partidaria creen en la fortaleza del proceso de cambio y confían en la elevada conciencia política anticolonial y antiimperialista del movimiento campesino.

Pero, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, respetado sindicalista de la central campesina Bulo Bulo, encendió las bujías en su partido y llamó a trabajar por la unidad para enfrentar a la oposición. Existe –dice— riesgo de perder el poder y muchos de sus actuales líderes del MAS quedar presos, desterrados o desaparecidos.

En su intervención en el Foro de Líderes para un nuevo Ciclo realizado en Santa Cruz, Rodríguez, reconoció las dos visiones claramente enfrentadas con extremos ideológicos muy peligrosos para la unidad del país. Unos quieren destruir a la izquierda representada por el MAS y desde el MAS se intenta liquidar a la derecha.

En estas dos visiones —dicen los estudiosos de la ciencia política—hay fanatismo ideológico entre las corrientes de izquierda y derecha, siendo que ambos términos son obsoletos, La lucha de hoy es por preservar estados soberanos frente al capitalismo financiero depredador.  

La ideología no se ve, pero nos maneja—dice la especialista australiana Annabelle Lukin—“La causa del fanatismo es, simplemente, la ausencia de pensamiento crítico. La falta de pensamiento crítico se debe a la ignorancia. Luego, la causa de cualquier fanatismo ideológico ya sea religioso o político, es la ignorancia”. (https://www.unl.edu.ar/news/view/)

El avance de partidos de derecha y ultraderecha en la mayoría de los países europeos desplazó a partidos de izquierda de los centros de poder, pero la gobernanza y gobernabilidad interactúan en democracia por encima del modelo de gobierno.

Donald Trump, con su impetuosa política de expansión imperialista otorgó oxígeno a los partidos de derecha en el hemisferio, empero, no logra   romper las reglas del juego democrático donde se antepone la fuerza de los sistemas legislativo y judicial para casos de vulneración a la Constitución.

El antagonismo político es necesario para la supervivencia de la democracia y la lucha de contrarios fortalece el sistema democrático, según la filósofa alemana Hannah Arendt, autora de numerosas obras de crítica al totalitarismo nazi y soviético. (Google).

Según esta visión, los actores políticos deben respetar y darle valor a la coexistencia pacífica entre ideologías y modelos de gobernabilidad y gobernanza para evitar el imperio del totalitarismo que siempre acaba en dictadura y represión.

Los bolivianos sólo esperamos vivir en paz social, estabilidad y crecimiento económico con justicia social; igualdad de oportunidades, políticas coherentes de Estado y respeto a la vigencia de la DEMOCRACIA INCLUYENTE Y FUERTE.

En el caso boliviano, el Estado Plurinacional comienza a diseñarse en 1983 con la Tesis Política del Segundo Congreso de la Confederación Sindical única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, CSUTCB, focalizando su lucha en un solo pensamiento: DESCOLONIZACIÓN.

 “Queremos ser libres en una sociedad sin explotación ni opresión organizada en un Estado Plurinacional que desarrolla nuestras culturas y auténticas formas de gobierno propio”, expresa su proclama.

Por el momento es difícil prever un nuevo destino para Bolivia después de las elecciones de agosto 2025. Sin embargo, hay una VERDAD incuestionable; la democracia en Bolivia es fuerte, participativa y determinante. En definitiva, el VOTO CONSCIENTE ES SECRETO y su poder en las urnas premiará o castigará a quien se lo merece.

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Arce defiende las conquistas del proceso de cambio afirmando que en las últimas dos décadas se redujo la pobreza y las grandes mayorías campesinas tuvieron mejores condiciones de salud, educación y fueron incorporados al proceso productivo y económico.

Las leyes contra el racismo y toda forma de discriminación social también ayudaron a fortalecer la inclusión y la dignidad de los campesinos en un contexto de armonía, paz y unidad dentro la diversidad, expresó a su vez el vicepresidente David Choquehuanca

En 200 años hubo gobiernos militares, liberales, republicanos y conservadores dominados por la oligarquía minero feudal coludida con monopolios capitalistas extranjeros. A lo largo de la historia boliviana se registraron más de 190 golpes de Estado, una mayoría de ellos, trágicos y sangrientos.

El Estado Plurinacional hoy está dirigido por un presidente izquierdista con sus propias peculiaridades, contradicciones, debilidades y fortalezas. Enfrenta, como es normal, antagonismos en el marco de una democracia representativa donde ningún sector está excluido.

 Bolivia fue el primer país del continente sudamericano en consumar una verdadera revolución proletaria en 1952 encabezada por obreros y campesinos, nos recuerda el fallecido periodista y escritor argentino Liborio Justo “Quebracho”, en su libro “La Revolución Derrotada”. (Edición, 1967)

Después de 1952, el pueblo vivió un largo ciclo militar (1964-1982), otro proceso de pactos y alianza políticas neoliberales (1985-2003) hasta llegar al Estado Plurinacional (2007-2025). Pero nunca hubo ni hay DOS BOLIVIAS.

 “El propósito del proceso de cambio no es otro que ser anticolonial, antiimperialista, anticapitalista, antineoliberal y anti patriarcal”, sostiene Luis Arce. (Ibidem, El Deber)

Para la oposición radical, llegó a su fin el Estado Plurinacional y fracasó el experimento socialista de economía centralizada. En esta visión fatalista la oposición busca con urgencia el retorno al modelo de Estado republicano moderno y tecnológico con economía de libre mercado, privatización de empresas estatales deficitarias y préstamos internacionales por 12 mil millones de dólares, según el candidato presidencial, Jorge “Tuto” Ramírez

Esta visión de nuevo país toma fuerza ante el debilitamiento del gobierno del MAS, que, en los últimos dos años no logró superar la crisis económica, reflejada en la ausencia de dólares, falta de combustibles y espiral de precios de la canasta familiar cada vez más próximos a la hiperinflación.

Los actuales gobernantes, optimistas frente a la crisis estructural de la economía y la alarmante división partidaria creen en la fortaleza del proceso de cambio y confían en la elevada conciencia política anticolonial y antiimperialista del movimiento campesino.

Pero, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, respetado sindicalista de la central campesina Bulo Bulo, encendió las bujías en su partido y llamó a trabajar por la unidad para enfrentar a la oposición. Existe –dice— riesgo de perder el poder y muchos de sus actuales líderes del MAS quedar presos, desterrados o desaparecidos.

En su intervención en el Foro de Líderes para un nuevo Ciclo realizado en Santa Cruz, Rodríguez, reconoció las dos visiones claramente enfrentadas con extremos ideológicos muy peligrosos para la unidad del país. Unos quieren destruir a la izquierda representada por el MAS y desde el MAS se intenta liquidar a la derecha.

En estas dos visiones —dicen los estudiosos de la ciencia política—hay fanatismo ideológico entre las corrientes de izquierda y derecha, siendo que ambos términos son obsoletos, La lucha de hoy es por preservar estados soberanos frente al capitalismo financiero depredador.  

La ideología no se ve, pero nos maneja—dice la especialista australiana Annabelle Lukin—“La causa del fanatismo es, simplemente, la ausencia de pensamiento crítico. La falta de pensamiento crítico se debe a la ignorancia. Luego, la causa de cualquier fanatismo ideológico ya sea religioso o político, es la ignorancia”. (https://www.unl.edu.ar/news/view/)