OBISPOS ASUMEN PONDERABLE POSICIÓN
OBISPOS ASUMEN PONDERABLE POSICIÓN
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La Iglesia Católica sigue siendo la institución con mayor credibilidad y respeto en el país. Su palabra hoy es mensaje de esperanza frente a las elecciones nacionales.
Simón Alberto Figueroa Reynaga
10 de mayo de 2019
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OBISPOS ASUMEN PONDERABLE POSICIÓN

La Conferencia Episcopal Boliviana, CEB, reunida en Casa Clemente Maurer de Coña Coña, Cochabamba, para analizar la situación social, económica y política del país, asumió una ponderable posición sobre el proceso electoral y su mensaje a la nación profundamente reflexivo es digno de encomio cuando afrontamos temperaturas de alta tensión y beligerancia.

La Asamblea Anual de Obispos, hizo bien al invocar respeto y juego limpio en los comicios presidenciales del 20 de octubre: “No se puede aceptar el control o la manipulación de los votos como instrumento de poder; sólo una auténtica libertad, exenta de presión, puede garantizar el ejercicio efectivo de los derechos humanos”, resume el documento de la CEB, la edición impresa de La Razón de fecha 8 del presente.

Los obispos igualmente recordaron al presidente Evo Morales y al Tribunal Supremo Electoral respetar los resultados del referendo de 21 de febrero de 2016, pero, aunque parezca paradójico, no insisten en su riguroso cumplimiento, contrariamente exhortan a concurrir a las elecciones presidenciales para fortalecer la democracia: una “verdadera democracia da legitimidad al Gobierno que surge de un proceso electoral transparente y del respeto inviolable de la decisión del Pueblo soberano. Con estos criterios podremos afrontar con serenidad el proceso electoral y echar las bases para una convivencia justa, pacífica y fraterna”. (Ibídem 08/05/2019)

Sin duda, los obispos al igual que la mayoría de los bolivianos esperan elecciones transparentes, honestas y de ejemplo democrático donde el sufragio que ejerce el soberano sea limpio sin vicios de fraude por abuso de poder. Ideal sería que un candidato determinado alcance una votación que visibilice mayoría con claridad meridiana que evite toda sospecha de manipulación o escamoteo del voto. La mayoría de la población que no tiene partido político pero concurrirá a las urnas en acatamiento a la ley, debido a que la asistencia es obligatoria, no soportaría resultados fraudulentos.

Los obispos que también analizaron otros temas de candente actualidad inherentes a su labor pastoral tomaron en cuenta la exhortación del papa Francisco sobre casos de pederastia dentro la Iglesia Católica y anunciaron trabajar en consonancia con los postulados del Vaticano para suprimir toda forma de angustia derivada de abusos contra niños. No podía ser de otra manera, el Pontífice bien llamado Papa de los pobres está purgando vicios ancestrales pidiendo perdón a la humanidad. Una lucha heroica, una cruzada apostólica que debe merecer el respaldo sin claudicaciones del mundo católico y cristiano.

Con su mensaje “¡Cristo vive y quiere que vivas!”, la Iglesia Católica una vez más asume su deber y misión para guiar a su pueblo frente a hechos históricos de envergadura como representan hoy las elecciones presidenciales. Así como adoptó una posición firme de solidaridad con las plataformas ciudadanas que exigen respeto al 21F y logró conjurar el 2017 el proyecto sobre la ley del aborto, hoy exhorta a los gobernantes a garantizar elecciones en “libertad y exenta de presiones” Un llamado oportuno. Los bolivianos tenemos hoy madurez política y alta conciencia cívica como para rechazar con indignación cualquier resultado si fuera una pantomima electoral.

Y es grato percibir que Bolivia sigue contando con obispos que aceptan los desafíos sin comprometer su independencia frente al espectro político partidario, no obstante de algunos poderes mediáticos que tildan de izquierdista o comunista al buen papa Francisco. Él está muy cerca del Cristo que vive en nosotros, del Cristo que en su tiempo también fue atacado por los sumos sacerdotes del Sanedrín por ser amigo de los pobres, por curarlos y llenarlos de esperanza frente al poder. Quizá, por ello mismo, no es malo que el Cardenal boliviano se declare amigo del Presidente. Al fin y al cabo parece operarse una transformación espiritual en el Presidente que durante un acto público de entrega de la refacción de la Iglesia “Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción” en Uriondo, Tarija, destacó la fe religiosa y el cristianismo en la recuperación de valores y se declaró admirador de la Teología de la Liberación. Participó de la Eucaristía y recibió la ostia consagrada que representa el Cuerpo y Sangre de Cristo. El poder del Señor Jesucristo siempre busca la transformación espiritual de las personas, quizá por ello, es irrelevante saber si el Presidente se mostró sincero en su acto personal de contrición Todo mortal en su sano juicio sabe que Dios desecha el mal que es el pecado y exalta la virtud que significa el bien.

La Iglesia Católica desempeñó su labor pastoral de orientación y solidaridad con los perseguidos políticos en el pasado (década del 70 y principios de 1980) frente al poder militar y coadyuvó en la formación del Movimiento Justicia y Paz que junto al pueblo trabajador logró recuperar la democracia, en l983. Sacerdotes como Mauricio Lefevbre (1971) y Luis Espinal, (1980) fueron cruelmente asesinados por paramilitares. Prelados como Mons. Jorge Manrique, Mons. Julio Terrazas, asumieron la opción por los pobres. Los padres Julio Tumiri, Federico Aguiló, Gregorio Iriarte, Pastor Montero, los párrocos Eduardo Fogarty y Gerardo Müller en Cochabamba siempre encaminaron su misión religiosa contra las injusticias y la defensa de los derechos humanos durante los períodos dictatoriales y no se debe olvidar a monseñor Tito Solari que estuvo junto al pueblo en la “Guerra por el Agua”. Ellos están presentes en la historia de una Iglesia Católica que tiene sus propios mártires y héroes que honraron con su sacrificio el Evangelio de amor, paz y justicia que enseñó Jesús.

Por esta dimensión diáfana de profunda fe que siempre representó la Iglesia Católica, hoy su palabra es un verdadero llamado a la unidad y al respeto mutuo entre los protagonistas que buscan la Presidencia y una exhortación a los responsables de conducir los comicios de octubre para garantizar la limpieza de las elecciones. El llamado de los obispos en un momento crucial para el fortalecimiento de la democracia es un vigoroso mensaje de fraternidad y amor entre bolivianos y tiene un alto contenido moral frente a cualquier síntoma de desorientación. No olvidemos que la Iglesia Católica es la institución con mayor credibilidad y respeto en el país.

. Redacción:
Simón Alberto Figueroa Reynaga

Periodista, Editor General de TEMAScbba, Miembro de la Sociedad de Editores y Redactores SER Cochabamba

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