El líder de la Guerra del Agua del año 2000, Oscar Olivera, felicitó a la profesora Olga Vásquez por decir la verdad sin prejuicios y escribir sin límites ni ambages su pensamiento y sentimiento sobre la trayectoria sindical y política de Filemón Escobar.
“Olga, es consecuencia, es lealtad, es dignidad…”, dijo muy emocionado una tarde de otoño del 7 de junio de 2024 durante la presentación del libro, ante un auditorio colmado de público en la Federación Sindical de Maestros Urbanos de Cochabamba.
También rindieron su homenaje el consagrado escritor de origen minero, Víctor Montoya y la escritora y abogada Gisela Derpic.
Olivera, coincidió en más de una oportunidad con Filemón Escobar en manifestaciones de protesta en las calles y en diversos encuentros donde solían analizar el ascenso revolucionario del proletariado boliviano, desde la histórica huelga de hambre de las mujeres mineras de Siglo XX, a finales de 1977, la recuperación de la democracia de manos del militarismo en 1978, hasta la victoria de las masas populares en las elecciones del 18 de diciembre 2005.
De las páginas del libro pareciera emanar una invisible sustancia inteligente envolviendo al lector para compartir y comprender la apasionante vida sindical y política de Filippo. Algo así me sucedió después de leer dos veces el libro, entonces comencé a redactar el presente artículo, destacando numerosos de sus párrafos por su importancia y dimensión histórica.
“Trotsky en Los Andes”, titula el prólogo dedicado por el periodista y sociólogo Rafael Archondo, quién sostiene: “Con o sin lealtad familiar, Filemón Escobar nació y murió trotskista. He aquí nuestra primera tesis, fuelle impetuoso para cualquier debate, sobre todo con quienes consideran que Filippo “se vendió” a la burguesía. Es falso y aquí lo demostraremos” (Pág. 11)
Archondo, analiza cinco ejes para comprender el pensamiento de Filippo, desde la teoría a la práctica, basada en la Revolución Permanente del ideólogo ruso León Trotsky y su aplicación en la lucha de los obreros en la agitada vida política de Bolivia. “Por eso puede ratificarse o decirse de nuevo: El 6 de junio de 2017, Bolivia perdió a uno de sus pensadores obreros más fecundos”. (Pág. 19)
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