OLGA VÁSQUEZ PRESENTÓ SU LIBRO "MI VIDA JUNTO A FILIPPO", Foto: José Avila Uriona
OLGA VÁSQUEZ PRESENTÓ SU LIBRO "MI VIDA JUNTO A FILIPPO", Foto: José Avila Uriona
...
Oscar Olivera, elogió la perseverancia y valentía de la profesora Olga Vásquez, compañera, camarada y esposa de Filemón Escobar, autora del libro “Mi vida junto a Filippo” por revelar momentos cruciales del líder minero reconocido por numerosos historiadores como fecundo pensador de la lucha revolucionaria de los obreros.
Simón Alberto Figueroa Reynaga
22 de junio de 2024
plantilla-3

“OLGA, ES LEALTAD, ES DIGNIDAD…”

El líder de la Guerra del Agua del año 2000, Oscar Olivera, felicitó a la profesora Olga Vásquez por decir la verdad sin prejuicios y escribir sin límites ni ambages su pensamiento y sentimiento sobre la trayectoria sindical y política de Filemón Escobar.

“Olga, es consecuencia, es lealtad, es dignidad…”, dijo muy emocionado una tarde de otoño del 7 de junio de 2024 durante la presentación del libro, ante un auditorio colmado de público en la Federación Sindical de Maestros Urbanos de Cochabamba.

También rindieron su homenaje el consagrado escritor de origen minero, Víctor Montoya y la escritora y abogada Gisela Derpic. 

Olivera, coincidió en más de una oportunidad con Filemón Escobar en manifestaciones de protesta en las calles y en diversos encuentros donde solían analizar el ascenso revolucionario del proletariado boliviano, desde la histórica huelga de hambre de las mujeres mineras de Siglo XX, a finales de 1977, la recuperación de la democracia de manos del militarismo en 1978, hasta la victoria de las masas populares en las elecciones del 18 de diciembre 2005.

De las páginas del libro pareciera emanar una invisible sustancia inteligente envolviendo al lector para compartir y comprender la apasionante vida sindical y política de Filippo. Algo así me sucedió después de leer dos veces el libro, entonces comencé a redactar el presente artículo, destacando numerosos de sus párrafos por su importancia y dimensión histórica.

“Trotsky en Los Andes”, titula el prólogo dedicado por el periodista y sociólogo Rafael Archondo, quién sostiene: “Con o sin lealtad familiar, Filemón Escobar nació y murió trotskista. He aquí nuestra primera tesis, fuelle impetuoso para cualquier debate, sobre todo con quienes consideran que Filippo “se vendió” a la burguesía. Es falso y aquí lo demostraremos” (Pág. 11)

Archondo, analiza cinco ejes para comprender el pensamiento de Filippo, desde la teoría a la práctica, basada en la Revolución Permanente del ideólogo ruso León Trotsky y su aplicación en la lucha de los obreros en la agitada vida política de Bolivia. “Por eso puede ratificarse o decirse de nuevo: El 6 de junio de 2017, Bolivia perdió a uno de sus pensadores obreros más fecundos”. (Pág. 19)

"MI VIDA JUNTO A FILIPPO", OBRA DE OLGA VASQUEZ, Foto: Archivo TEMAScbba

FAMILIA Y COMPROMISO SOCIAL

Olga Vásquez, describe con maestría y profundo conocimiento del lenguaje, cada momento de emoción y sucesos angustiosos vividos en familia a consecuencia de la persecución, apresamiento, encarcelamiento y destierro de Filippo siempre viviendo a salto de mata en la clandestinidad a lo largo de su trayectoria sindical y política.

Me agradó leer un pasaje, donde cuenta que estando soltera y muy joven recordaba la imagen del hombre amado en silencio: “Día que pasaba, comprendía que lo amaba a Filippo, lo extrañaba. Sin que él se dé cuenta, de lejos, lo veía salir de la mina con su traje de minero cubierto de copajira. Parecía estar orgulloso de ser minero, lo veía caminar lentamente por el cansancio y su mirada en un punto fijo, se dirigía su cuarto donde porco a poco llegaban los compañeros que recibían capacitación sindical”. (Pág. 47)

Sublimiza su amistad con Filippo y después la relación sentimental como si fueran dos almas gemelas desde sus primeras miradas furtivas en 1962, encuentros y desencuentros, hasta su boda en 1968, en una celda de la cárcel de San Pedro de La Paz.

Sólo gigantes de espíritu y bondad disfrutan de la sencillez donde se siente la supra conciencia y se encuentra felicidad lejos del ego materialista. Así fue el triunfo del amor de Olga y Filippo.

“Nuestra boda a comparación de otras, fue humilde y Filippo estaba orgulloso indicando que solo había costado 100 bolivianos. El 7 de agosto de 1968 unimos nuestras vidas”. (Pág. 71)

Tiene la delicadeza de respaldar sus afirmaciones con testimonios fehacientes y decenas de cartas escritas por su esposo a ella y a sus hijos. Filippo —dice—nunca olvidó ni descuidó a su familia, tampoco su responsabilidad con la clase obrera.

HOMBRE DE VANGUARDIA

La formación combativa de Filemón Escobar se demostró en su escala más elevada cuando comandó un piquete de mineros en Sora Sora, en noviembre de 1964, intentando cerrar el paso a un tren cargado de soldados armados en dirección a Oruro. Desde los vagones se disparó balas de ametralladora. Allí cayó muerto mi compañero de colegio, Ramón Troncoso, con quién compartíamos una escuela de cuadros del POR en Llallagua, en la casa de Ángel Capari, donde Filippo era nuestro profesor de formación política. Mi agradecimiento a la autora del libro por recordar el nombre de Ramón Troncoso. (Pág. 52)

Después del asesinato del líder minero y militante del POR, Cesar Lora, en proximidades de San Pedro de Buena Vista del norte de Potosí, Filemón Escobar y otro esclarecido dirigente trotskista, Isaac Camacho, fueron designados como máximos dirigentes de los sindicatos clandestinos de Siglo XX y Catavi y comandaron la resistencia desde interior mina al gobierno de René Barrientos Ortuño. En su libro dice: “Después de tres semanas de estadía dentro de la mina, acordaron en reunión, que Filippo salga sigilosamente y se haga presente en los centros urbanos. El aislamiento político conduce a las derrotas.”. (Pág. 59)

Y así fue. Filippo apareció en la Paz después de furtivas escapadas de la persecución y logró solidaridad y movilización de los estudiantes de la UMSA, donde encontró refugió hasta su apresamiento, en febrero de 1967, confinamiento en Puerto Rico, Pando, y prisión en la cárcel de San Pedro hasta diciembre de 1968.

Relata con precisión, sobre la militarización de los centros mineros de Catavi y Siglo XX ordenado por el gobierno del Gral. René Barrientos Ortuño y los trágicos acontecimientos durante y después de la masacre de familias mineras en la Noche de San Juan, el 23 de junio de 1967.

LA FSTMB Y LA COB

Durante los gobiernos de Alfredo Ovando Candia y Juan José Torres Gonzales, Filippo era ya un reconocido dirigente de la gloriosa Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia y de la Central Obrera Boliviana de cuyas organizaciones se sentía parte intrínseca.

Desde la FSTMB y la COB, Escobar fue un articulador clave para el ascenso del proletariado hacia la construcción de un movimiento popular con renovada estrategia para la defender la democracia y el sistema electoral donde debían participar obreros y campesinos como candidatos a los poderes públicos. En ese tiempo, su posición política, filosófica y moral no fue bien comprendida; colisionó con posiciones de la izquierda radical que se inclinaban por la lucha armada desde la Asamblea del Pueblo convertida en Soviet Supremo.

La presencia de Filippo en las cumbres del sindicalismo político alegró a su esposa que siempre respaldó su lucha social y escribe: “En lo personal como compañera de lucha, me causó alegría y satisfacción por Filipo, porque se estaba realizando, quería trabajar para esa otra familia más grande, como decía él, que era la clase trabajadora. Él era consecuente en lo que se proponía, iba a entregarse responsablemente. Era un verdadero luchador social como lo demostró hasta el fin de sus días”. (Pág. 84)

Tras la experiencia socialista de la Asamblea Popular vino el golpe de Estado de Hugo Banzer con sus aliados FSB-MNR en 1971 y Filippo nuevamente se fue al exilio. A su retorno a Bolivia, impulsó la alianza obrero-indígena y en la praxis fue candidato vicepresidencial del líder katarista Genaro Flores.

Filippo, vivió para ser útil a los demás y en su libro Olga dice: “He tenido mucha suerte en encontrar un hombre como él tan sensible ante la miseria humana, tan comprensivo con la gente sobre todo conmigo que pacientemente ha esperado tantos años hasta que yo acepte casarme con él”. (Pág. 159)

DEL IPSP AL SENADO

Después del 21060, impuesto por el gobierno del MNR, miles de mineros fueron relocalizados de COMIBOL. Decenas de ellos tomaron como nuevo destino el Chapare tropical donde volcaron su experiencia sindical para fortalecer las centrales campesinas de productores de coca, de donde nacería el nuevo poder político histórico con fuerte presencia indígena.

El libro refleja un acierto: “Con este trabajo permanente y consecuente se llegó a forjar el instrumento político con los fundamentos ideológicos de la civilización andina amazónica en la que la unidad dual está en la complementariedad de los opuestos y el tercero incluido. Uno de los aspectos que se logró destapar fue la inclinación que tenían los chapareños en la lucha armada”. (Pág. 165).

Como periodista, conocía a Filemón Escobar y sabía de su tenaz labor de formación sindical y política de nuevos líderes en el Chapare. En algunas ocasiones, coincidíamos en la Terminal de Buses de Cochabamba para abordar el mismo bus de flota “Bolívar” rumbo a La Paz, donde mi persona cumplía funciones en la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia.  

Finalmente se logró organizar el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, IPSP, que, con la sigla del MAS, Filippo fue senador entre 2002 y 2004, aunque él ya tenía experiencia parlamentaria como diputado por Izquierda Unida entre los años 1989 y 1993.

DIRECTO Y DE PALABRA DURA, ASÍ FUE FILEMÓN ESCOBAR, Foto: Freddy Barragán
DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO

VEHEMENTE FISCALIZADOR

Vehemente fiscalizador en la Asamblea Legislativa, polémico y hasta intransigente en sus posiciones, Filippo, en algún momento incluso se vio enfrentado con parlamentarios de su misma bancada y obviamente con el jefe del partido. Después, los entresijos del poder optaron por su alejamiento del MAS.

En el libro se revela lo siguiente: “Durante el tiempo que estuvo como senador, las relaciones nunca fueron buenas con Evo Morales porque éste tenía complejo de inferioridad frente a Filippo; y se mostraba prepotente, arrogante y soberbio con sus compañeros” (Pág. 169)

“Y así fraguaron la vil calumnia que recibió 400 mil dólares y repartió a 50 mil a cada uno de los senadores del MAS para aceptar la inmunidad de militares norteamericanos en territorio boliviano. Ese momento los senadores en cuestión, manifestaron su rechazo a la calumnia; y posteriormente, a cambio de favores, se callaron, el único que lo apoyó a Filipo hasta el final fue Carlos Sandi senador de Oruro”. (Pág. 170)

Cita también sobre este episodio al escritor Juan Claudio Lechín, hijo de Juan Lechín Oquendo, que en un artículo publicado el 7 de julio de 2004 con el título “Filemón y el caudillo Narciso”, concluye lo siguiente: “¿Equivocado? Puede estar y muchas veces lo estado, pero no es inconsecuente ni muchísimo menos un traidor”. (Pág. 170)

“En los últimos meses (de su vida) había integrado el colectivo “No es No”, en rechazo a la corriente que impulsaba la reelección del presidente, pero ayer simplemente le llegó la hora del descanso, según relata César Escobar (su hijo) mientras preparaba las exequias”, escribe el periodista Luis Fernando Avendaño. https://www.lostiempos.com/.

Olga Vásquez, refleja su sentimiento más profundo: “Compartimos las dichas y las desdichas, yo le he dado mi apoyo y también he recibido su apoyo. El amor no solo se expresa con palabras sino todo con actos. He tenido la suerte de tenerlo a mi lado el resto de su vida”.  (Pág. 183)

FAMILIA Y COMPROMISO SOCIAL

Olga Vásquez, describe con maestría y profundo conocimiento del lenguaje, cada momento de emoción y sucesos angustiosos vividos en familia a consecuencia de la persecución, apresamiento, encarcelamiento y destierro de Filippo siempre viviendo a salto de mata en la clandestinidad a lo largo de su trayectoria sindical y política.

Me agradó leer un pasaje, donde cuenta que estando soltera y muy joven recordaba la imagen del hombre amado en silencio: “Día que pasaba, comprendía que lo amaba a Filippo, lo extrañaba. Sin que él se dé cuenta, de lejos, lo veía salir de la mina con su traje de minero cubierto de copajira. Parecía estar orgulloso de ser minero, lo veía caminar lentamente por el cansancio y su mirada en un punto fijo, se dirigía su cuarto donde porco a poco llegaban los compañeros que recibían capacitación sindical”. (Pág. 47)

Sublimiza su amistad con Filippo y después la relación sentimental como si fueran dos almas gemelas desde sus primeras miradas furtivas en 1962, encuentros y desencuentros, hasta su boda en 1968, en una celda de la cárcel de San Pedro de La Paz.

Sólo gigantes de espíritu y bondad disfrutan de la sencillez donde se siente la supra conciencia y se encuentra felicidad lejos del ego materialista. Así fue el triunfo del amor de Olga y Filippo.

“Nuestra boda a comparación de otras, fue humilde y Filippo estaba orgulloso indicando que solo había costado 100 bolivianos. El 7 de agosto de 1968 unimos nuestras vidas”. (Pág. 71)

Tiene la delicadeza de respaldar sus afirmaciones con testimonios fehacientes y decenas de cartas escritas por su esposo a ella y a sus hijos. Filippo —dice—nunca olvidó ni descuidó a su familia, tampoco su responsabilidad con la clase obrera.

La formación combativa de Filemón Escobar se demostró en su escala más elevada cuando comandó un piquete de mineros en Sora Sora, en noviembre de 1964, intentando cerrar el paso a un tren cargado de soldados armados en dirección a Oruro. Desde los vagones se disparó balas de ametralladora. Allí cayó muerto mi compañero de colegio, Ramón Troncoso, con quién compartíamos una escuela de cuadros del POR en Llallagua, en la casa de Ángel Capari, donde Filippo era nuestro profesor de formación política. Mi agradecimiento a la autora del libro por recordar el nombre de Ramón Troncoso. (Pág. 52)

Después del asesinato del líder minero y militante del POR, Cesar Lora, en proximidades de San Pedro de Buena Vista del norte de Potosí, Filemón Escobar y otro esclarecido dirigente trotskista, Isaac Camacho, fueron designados como máximos dirigentes de los sindicatos clandestinos de Siglo XX y Catavi y comandaron la resistencia desde interior mina al gobierno de René Barrientos Ortuño. En su libro dice: “Después de tres semanas de estadía dentro de la mina, acordaron en reunión, que Filippo salga sigilosamente y se haga presente en los centros urbanos. El aislamiento político conduce a las derrotas.”. (Pág. 59)

Y así fue. Filippo apareció en la Paz después de furtivas escapadas de la persecución y logró solidaridad y movilización de los estudiantes de la UMSA, donde encontró refugió hasta su apresamiento, en febrero de 1967, confinamiento en Puerto Rico, Pando, y prisión en la cárcel de San Pedro hasta diciembre de 1968.

Relata con precisión, sobre la militarización de los centros mineros de Catavi y Siglo XX ordenado por el gobierno del Gral. René Barrientos Ortuño y los trágicos acontecimientos durante y después de la masacre de familias mineras en la Noche de San Juan, el 23 de junio de 1967.

LA FSTMB Y LA COB

Durante los gobiernos de Alfredo Ovando Candia y Juan José Torres Gonzales, Filippo era ya un reconocido dirigente de la gloriosa Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia y de la Central Obrera Boliviana de cuyas organizaciones se sentía parte intrínseca.

Desde la FSTMB y la COB, Escobar fue un articulador clave para el ascenso del proletariado hacia la construcción de un movimiento popular con renovada estrategia para la defender la democracia y el sistema electoral donde debían participar obreros y campesinos como candidatos a los poderes públicos. En ese tiempo, su posición política, filosófica y moral no fue bien comprendida; colisionó con posiciones de la izquierda radical que se inclinaban por la lucha armada desde la Asamblea del Pueblo convertida en Soviet Supremo.

La presencia de Filippo en las cumbres del sindicalismo político alegró a su esposa que siempre respaldó su lucha social y escribe: “En lo personal como compañera de lucha, me causó alegría y satisfacción por Filipo, porque se estaba realizando, quería trabajar para esa otra familia más grande, como decía él, que era la clase trabajadora. Él era consecuente en lo que se proponía, iba a entregarse responsablemente. Era un verdadero luchador social como lo demostró hasta el fin de sus días”. (Pág. 84)

Tras la experiencia socialista de la Asamblea Popular vino el golpe de Estado de Hugo Banzer con sus aliados FSB-MNR en 1971 y Filippo nuevamente se fue al exilio. A su retorno a Bolivia, impulsó la alianza obrero-indígena y en la praxis fue candidato vicepresidencial del líder katarista Genaro Flores.

Filippo, vivió para ser útil a los demás y en su libro Olga dice: “He tenido mucha suerte en encontrar un hombre como él tan sensible ante la miseria humana, tan comprensivo con la gente sobre todo conmigo que pacientemente ha esperado tantos años hasta que yo acepte casarme con él”. (Pág. 159)

HOMBRE DE VANGUARDIA

DEL IPSP AL SENADO

Después del 21060, impuesto por el gobierno del MNR, miles de mineros fueron relocalizados de COMIBOL. Decenas de ellos tomaron como nuevo destino el Chapare tropical donde volcaron su experiencia sindical para fortalecer las centrales campesinas de productores de coca, de donde nacería el nuevo poder político histórico con fuerte presencia indígena.

El libro refleja un acierto: “Con este trabajo permanente y consecuente se llegó a forjar el instrumento político con los fundamentos ideológicos de la civilización andina amazónica en la que la unidad dual está en la complementariedad de los opuestos y el tercero incluido. Uno de los aspectos que se logró destapar fue la inclinación que tenían los chapareños en la lucha armada”. (Pág. 165).

Como periodista, conocía a Filemón Escobar y sabía de su tenaz labor de formación sindical y política de nuevos líderes en el Chapare. En algunas ocasiones, coincidíamos en la Terminal de Buses de Cochabamba para abordar el mismo bus de flota “Bolívar” rumbo a La Paz, donde mi persona cumplía funciones en la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia.  

Finalmente se logró organizar el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, IPSP, que, con la sigla del MAS, Filippo fue senador entre 2002 y 2004, aunque él ya tenía experiencia parlamentaria como diputado por Izquierda Unida entre los años 1989 y 1993.

VEHEMENTE FISCALIZADOR

Vehemente fiscalizador en la Asamblea Legislativa, polémico y hasta intransigente en sus posiciones, Filippo, en algún momento incluso se vio enfrentado con parlamentarios de su misma bancada y obviamente con el jefe del partido. Después, los entresijos del poder optaron por su alejamiento del MAS.

En el libro se revela lo siguiente: “Durante el tiempo que estuvo como senador, las relaciones nunca fueron buenas con Evo Morales porque éste tenía complejo de inferioridad frente a Filippo; y se mostraba prepotente, arrogante y soberbio con sus compañeros” (Pág. 169)

“Y así fraguaron la vil calumnia que recibió 400 mil dólares y repartió a 50 mil a cada uno de los senadores del MAS para aceptar la inmunidad de militares norteamericanos en territorio boliviano. Ese momento los senadores en cuestión, manifestaron su rechazo a la calumnia; y posteriormente, a cambio de favores, se callaron, el único que lo apoyó a Filipo hasta el final fue Carlos Sandi senador de Oruro”. (Pág. 170)

Cita también sobre este episodio al escritor Juan Claudio Lechín, hijo de Juan Lechín Oquendo, que en un artículo publicado el 7 de julio de 2004 con el título “Filemón y el caudillo Narciso”, concluye lo siguiente: “¿Equivocado? Puede estar y muchas veces lo estado, pero no es inconsecuente ni muchísimo menos un traidor”. (Pág. 170)

“En los últimos meses (de su vida) había integrado el colectivo “No es No”, en rechazo a la corriente que impulsaba la reelección del presidente, pero ayer simplemente le llegó la hora del descanso, según relata César Escobar (su hijo) mientras preparaba las exequias”, escribe el periodista Luis Fernando Avendaño. https://www.lostiempos.com/.

Olga Vásquez, refleja su sentimiento más profundo: “Compartimos las dichas y las desdichas, yo le he dado mi apoyo y también he recibido su apoyo. El amor no solo se expresa con palabras sino todo con actos. He tenido la suerte de tenerlo a mi lado el resto de su vida”.  (Pág. 183)

El sociólogo Ricardo Calla, recuerda por su lado: “Desde la sacrificada lucha contra las dictaduras militares de la COB y la FSTMB, seguramente Filemón Escobar fue el dirigente sindical y político de izquierda que más y mejor comprendió y asumió el valor de la democracia y el Estado de Derecho para la vida de la Bolivia en los siglos XX y XXI.  ¡Que fortuna haberlo conocido! ¡Que honor haber sido su amigo!”  (Pág. 234)

La agencia de noticias española EFE, desde La Paz, el 7 junio, publicó así: “El líder sindical boliviano, exlegislador, mentor político del presidente Evo Morales y después crítico de su liderazgo, Filemón Escobar, falleció anoche a los 82 años enfermo de cáncer de pulmón y aquejado de una pulmonía”. https://www.lavanguardia.com/

La escritora, investigadora y abogada Gisela Derpic, amiga personal de Filippo, testimonia su lucha: “Sí. El militante trotskista se concibe así mismo como un soldado del ejército de un mesías que encabeza la lucha revolucionaria. Es un combatiente que apuesta ciegamente al triunfo de la revolución como el destino ineluctable de la humanidad, concibiendo a ésta, a la revolución, en el sentido de un proceso interrumpido, la “revolución permanente”; por tanto, es portador de una visión determinista que define la historia como un único camino con una sola dirección pase lo que pase”.  (Pág. 242)

Y el escritor Víctor Montoya, refleja la personalidad de Filemón Escobar con esta frase: “Con todo,  el Filippo intelectual será el que permanecerá entre nosotros a través de sus obras, puesto que no necesitó de intermediarios ni plumas prestadas para escribir,  con su puño y letra, algunas de las tesis políticas fundamentales del movimiento obrero boliviano, como no necesitó de voces prestados ni correctores de pruebas para escribir su historia personal, desde el “Testimonio de un militante obrero” hasta su libro “Semblanzas” que con sus aciertos o desaciertos, resultó ser la historia de todo un pueblo. En esto radica probablemente la importancia de llamarse FILIPPO, con mayúscula”. (Pág. 252)

ENTIERRO DEL ÚLTIMO HÉROE

El ensayista y escritor Guillermo Mariaca Iturri, también dejó su testimonio, con una certeza muy delicada: “El entierro del último héroe”. Según Mariaca, Filippo, ciertamente, fue un hombre de fe y para él, había limites, por supuesto. No limites ideológicos sino éticos. “Por eso un trotskista, un comunista, un nacionalista, un indigenista podían estar juntos. Por eso Filippo actuaba con obreros, con campesinos con comunarios con vecinos con profesionales. Lo límites éticos fueron eso: allá quedaban los interesados en sí mismo, los ensimismados; acá con él, los que compartían, los que trabajaban, los que luchaban por el bien común”. (Pág. 253)

"Sonia Montaño dice que el Filippo no es solamente un extraordinario político, sino que es también un buen esposo y un excelente padre", describe por su lado, Carlos Toranzo Roca.(Pág. 250)

Hay otros destacados homenajes de sus amigos como René Ansoleaga, Jaime Romero, René Poppe, Julio Rolando Peñaranda, Iván Arias, Eduardo Acevedo, Sonia Montaño, Rafael Puente y Javier Medina. En el epílogo hay testimonios de otros intelectuales y periodistas como Carlos D. Mesa Gisbert, Gabriela Canedo Vásquez, Juan Carlos Salazar del Barrio y Ernesto Miranda.

Filippo, el trotskista boliviano, tuvo la audacia o quizá el privilegio de sentarse en el escritorio del mismo León Trotsky, en Coyoacán-México, donde el ideólogo ruso exiliado fue asesinado a sangre fría. En el libro se muestra una foto, en uno de sus viajes a ese país. (Pág. 193)

Como periodista sólo puedo expresar mi admiración a la profesora Olga Vásquez Velazco por su atinada decisión de contar en su libro, la apasionada vida sindical y política de Filemón Escobar, el revolucionario de todos los tiempos, que, sin duda, dejó a la posteridad ejemplo de valentía, dignidad y honestidad.

"MI VIDA JUNTO A FILIPPO", OBRA DE OLGA VASQUEZ, Foto: Archivo TEMAScbba
DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO
DIRECTO Y DE PALABRA DURA, ASÍ FUE FILEMÓN ESCOBAR, Foto: Freddy Barragán

FAMILIA Y COMPROMISO SOCIAL

Olga Vásquez, describe con maestría y profundo conocimiento del lenguaje, cada momento de emoción y sucesos angustiosos vividos en familia a consecuencia de la persecución, apresamiento, encarcelamiento y destierro de Filippo siempre viviendo a salto de mata en la clandestinidad a lo largo de su trayectoria sindical y política.

Me agradó leer un pasaje, donde cuenta que estando soltera y muy joven recordaba la imagen del hombre amado en silencio: “Día que pasaba, comprendía que lo amaba a Filippo, lo extrañaba. Sin que él se dé cuenta, de lejos, lo veía salir de la mina con su traje de minero cubierto de copajira. Parecía estar orgulloso de ser minero, lo veía caminar lentamente por el cansancio y su mirada en un punto fijo, se dirigía su cuarto donde porco a poco llegaban los compañeros que recibían capacitación sindical”. (Pág. 47)

Sublimiza su amistad con Filippo y después la relación sentimental como si fueran dos almas gemelas desde sus primeras miradas furtivas en 1962, encuentros y desencuentros, hasta su boda en 1968, en una celda de la cárcel de San Pedro de La Paz.

Sólo gigantes de espíritu y bondad disfrutan de la sencillez donde se siente la supra conciencia y se encuentra felicidad lejos del ego materialista. Así fue el triunfo del amor de Olga y Filippo.

“Nuestra boda a comparación de otras, fue humilde y Filippo estaba orgulloso indicando que solo había costado 100 bolivianos. El 7 de agosto de 1968 unimos nuestras vidas”. (Pág. 71)

Tiene la delicadeza de respaldar sus afirmaciones con testimonios fehacientes y decenas de cartas escritas por su esposo a ella y a sus hijos. Filippo —dice—nunca olvidó ni descuidó a su familia, tampoco su responsabilidad con la clase obrera.

HOMBRE DE VANGUARDIA
"MI VIDA JUNTO A FILIPPO", OBRA DE OLGA VASQUEZ, Foto: Archivo TEMAScbba

La formación combativa de Filemón Escobar se demostró en su escala más elevada cuando comandó un piquete de mineros en Sora Sora, en noviembre de 1964, intentando cerrar el paso a un tren cargado de soldados armados en dirección a Oruro. Desde los vagones se disparó balas de ametralladora. Allí cayó muerto mi compañero de colegio, Ramón Troncoso, con quién compartíamos una escuela de cuadros del POR en Llallagua, en la casa de Ángel Capari, donde Filippo era nuestro profesor de formación política. Mi agradecimiento a la autora del libro por recordar el nombre de Ramón Troncoso. (Pág. 52)

Después del asesinato del líder minero y militante del POR, Cesar Lora, en proximidades de San Pedro de Buena Vista del norte de Potosí, Filemón Escobar y otro esclarecido dirigente trotskista, Isaac Camacho, fueron designados como máximos dirigentes de los sindicatos clandestinos de Siglo XX y Catavi y comandaron la resistencia desde interior mina al gobierno de René Barrientos Ortuño. En su libro dice: “Después de tres semanas de estadía dentro de la mina, acordaron en reunión, que Filippo salga sigilosamente y se haga presente en los centros urbanos. El aislamiento político conduce a las derrotas.”. (Pág. 59)

Y así fue. Filippo apareció en la Paz después de furtivas escapadas de la persecución y logró solidaridad y movilización de los estudiantes de la UMSA, donde encontró refugió hasta su apresamiento, en febrero de 1967, confinamiento en Puerto Rico, Pando, y prisión en la cárcel de San Pedro hasta diciembre de 1968.

Relata con precisión, sobre la militarización de los centros mineros de Catavi y Siglo XX ordenado por el gobierno del Gral. René Barrientos Ortuño y los trágicos acontecimientos durante y después de la masacre de familias mineras en la Noche de San Juan, el 23 de junio de 1967.

LA FSTMB Y LA COB

Durante los gobiernos de Alfredo Ovando Candia y Juan José Torres Gonzales, Filippo era ya un reconocido dirigente de la gloriosa Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia y de la Central Obrera Boliviana de cuyas organizaciones se sentía parte intrínseca.

Desde la FSTMB y la COB, Escobar fue un articulador clave para el ascenso del proletariado hacia la construcción de un movimiento popular con renovada estrategia para la defender la democracia y el sistema electoral donde debían participar obreros y campesinos como candidatos a los poderes públicos. En ese tiempo, su posición política, filosófica y moral no fue bien comprendida; colisionó con posiciones de la izquierda radical que se inclinaban por la lucha armada desde la Asamblea del Pueblo convertida en Soviet Supremo.

La presencia de Filippo en las cumbres del sindicalismo político alegró a su esposa que siempre respaldó su lucha social y escribe: “En lo personal como compañera de lucha, me causó alegría y satisfacción por Filipo, porque se estaba realizando, quería trabajar para esa otra familia más grande, como decía él, que era la clase trabajadora. Él era consecuente en lo que se proponía, iba a entregarse responsablemente. Era un verdadero luchador social como lo demostró hasta el fin de sus días”. (Pág. 84)

Tras la experiencia socialista de la Asamblea Popular vino el golpe de Estado de Hugo Banzer con sus aliados FSB-MNR en 1971 y Filippo nuevamente se fue al exilio. A su retorno a Bolivia, impulsó la alianza obrero-indígena y en la praxis fue candidato vicepresidencial del líder katarista Genaro Flores.

Filippo, vivió para ser útil a los demás y en su libro Olga dice: “He tenido mucha suerte en encontrar un hombre como él tan sensible ante la miseria humana, tan comprensivo con la gente sobre todo conmigo que pacientemente ha esperado tantos años hasta que yo acepte casarme con él”. (Pág. 159)

DEL IPSP AL SENADO

Después del 21060, impuesto por el gobierno del MNR, miles de mineros fueron relocalizados de COMIBOL. Decenas de ellos tomaron como nuevo destino el Chapare tropical donde volcaron su experiencia sindical para fortalecer las centrales campesinas de productores de coca, de donde nacería el nuevo poder político histórico con fuerte presencia indígena.

El libro refleja un acierto: “Con este trabajo permanente y consecuente se llegó a forjar el instrumento político con los fundamentos ideológicos de la civilización andina amazónica en la que la unidad dual está en la complementariedad de los opuestos y el tercero incluido. Uno de los aspectos que se logró destapar fue la inclinación que tenían los chapareños en la lucha armada”. (Pág. 165).

Como periodista, conocía a Filemón Escobar y sabía de su tenaz labor de formación sindical y política de nuevos líderes en el Chapare. En algunas ocasiones, coincidíamos en la Terminal de Buses de Cochabamba para abordar el mismo bus de flota “Bolívar” rumbo a La Paz, donde mi persona cumplía funciones en la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia.  

Finalmente se logró organizar el Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, IPSP, que, con la sigla del MAS, Filippo fue senador entre 2002 y 2004, aunque él ya tenía experiencia parlamentaria como diputado por Izquierda Unida entre los años 1989 y 1993.

VEHEMENTE FISCALIZADOR

Vehemente fiscalizador en la Asamblea Legislativa, polémico y hasta intransigente en sus posiciones, Filippo, en algún momento incluso se vio enfrentado con parlamentarios de su misma bancada y obviamente con el jefe del partido. Después, los entresijos del poder optaron por su alejamiento del MAS.

En el libro se revela lo siguiente: “Durante el tiempo que estuvo como senador, las relaciones nunca fueron buenas con Evo Morales porque éste tenía complejo de inferioridad frente a Filippo; y se mostraba prepotente, arrogante y soberbio con sus compañeros” (Pág. 169)

“Y así fraguaron la vil calumnia que recibió 400 mil dólares y repartió a 50 mil a cada uno de los senadores del MAS para aceptar la inmunidad de militares norteamericanos en territorio boliviano. Ese momento los senadores en cuestión, manifestaron su rechazo a la calumnia; y posteriormente, a cambio de favores, se callaron, el único que lo apoyó a Filipo hasta el final fue Carlos Sandi senador de Oruro”. (Pág. 170)

Cita también sobre este episodio al escritor Juan Claudio Lechín, hijo de Juan Lechín Oquendo, que en un artículo publicado el 7 de julio de 2004 con el título “Filemón y el caudillo Narciso”, concluye lo siguiente: “¿Equivocado? Puede estar y muchas veces lo estado, pero no es inconsecuente ni muchísimo menos un traidor”. (Pág. 170)

“En los últimos meses (de su vida) había integrado el colectivo “No es No”, en rechazo a la corriente que impulsaba la reelección del presidente, pero ayer simplemente le llegó la hora del descanso, según relata César Escobar (su hijo) mientras preparaba las exequias”, escribe el periodista Luis Fernando Avendaño. https://www.lostiempos.com/.

Olga Vásquez, refleja su sentimiento más profundo: “Compartimos las dichas y las desdichas, yo le he dado mi apoyo y también he recibido su apoyo. El amor no solo se expresa con palabras sino todo con actos. He tenido la suerte de tenerlo a mi lado el resto de su vida”.  (Pág. 183)

DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO
DIRECTO Y DE PALABRA DURA, ASÍ FUE FILEMÓN ESCOBAR, Foto: Freddy Barragán

El sociólogo Ricardo Calla, recuerda por su lado: “Desde la sacrificada lucha contra las dictaduras militares de la COB y la FSTMB, seguramente Filemón Escobar fue el dirigente sindical y político de izquierda que más y mejor comprendió y asumió el valor de la democracia y el Estado de Derecho para la vida de la Bolivia en los siglos XX y XXI.  ¡Que fortuna haberlo conocido! ¡Que honor haber sido su amigo!”  (Pág. 234)

La agencia de noticias española EFE, desde La Paz, el 7 junio, publicó así: “El líder sindical boliviano, exlegislador, mentor político del presidente Evo Morales y después crítico de su liderazgo, Filemón Escobar, falleció anoche a los 82 años enfermo de cáncer de pulmón y aquejado de una pulmonía”. https://www.lavanguardia.com/

La escritora, investigadora y abogada Gisela Derpic, amiga personal de Filippo, testimonia su lucha: “Sí. El militante trotskista se concibe así mismo como un soldado del ejército de un mesías que encabeza la lucha revolucionaria. Es un combatiente que apuesta ciegamente al triunfo de la revolución como el destino ineluctable de la humanidad, concibiendo a ésta, a la revolución, en el sentido de un proceso interrumpido, la “revolución permanente”; por tanto, es portador de una visión determinista que define la historia como un único camino con una sola dirección pase lo que pase”.  (Pág. 242)

Y el escritor Víctor Montoya, refleja la personalidad de Filemón Escobar con esta frase: “Con todo,  el Filippo intelectual será el que permanecerá entre nosotros a través de sus obras, puesto que no necesitó de intermediarios ni plumas prestadas para escribir,  con su puño y letra, algunas de las tesis políticas fundamentales del movimiento obrero boliviano, como no necesitó de voces prestados ni correctores de pruebas para escribir su historia personal, desde el “Testimonio de un militante obrero” hasta su libro “Semblanzas” que con sus aciertos o desaciertos, resultó ser la historia de todo un pueblo. En esto radica probablemente la importancia de llamarse FILIPPO, con mayúscula”. (Pág. 252)

ENTIERRO DEL ÚLTIMO HÉROE

El ensayista y escritor Guillermo Mariaca Iturri, también dejó su testimonio, con una certeza muy delicada: “El entierro del último héroe”. Según Mariaca, Filippo, ciertamente, fue un hombre de fe y para él, había limites, por supuesto. No limites ideológicos sino éticos. “Por eso un trotskista, un comunista, un nacionalista, un indigenista podían estar juntos. Por eso Filippo actuaba con obreros, con campesinos con comunarios con vecinos con profesionales. Lo límites éticos fueron eso: allá quedaban los interesados en sí mismo, los ensimismados; acá con él, los que compartían, los que trabajaban, los que luchaban por el bien común”. (Pág. 253)

"Sonia Montaño dice que el Filippo no es solamente un extraordinario político, sino que es también un buen esposo y un excelente padre", describe por su lado, Carlos Toranzo Roca.(Pág. 250)

Hay otros destacados homenajes de sus amigos como René Ansoleaga, Jaime Romero, René Poppe, Julio Rolando Peñaranda, Iván Arias, Eduardo Acevedo, Sonia Montaño, Rafael Puente y Javier Medina. En el epílogo hay testimonios de otros intelectuales y periodistas como Carlos D. Mesa Gisbert, Gabriela Canedo Vásquez, Juan Carlos Salazar del Barrio y Ernesto Miranda.

Filippo, el trotskista boliviano, tuvo la audacia o quizá el privilegio de sentarse en el escritorio del mismo León Trotsky, en Coyoacán-México, donde el ideólogo ruso exiliado fue asesinado a sangre fría. En el libro se muestra una foto, en uno de sus viajes a ese país. (Pág. 193)

Como periodista sólo puedo expresar mi admiración a la profesora Olga Vásquez Velazco por su atinada decisión de contar en su libro, la apasionada vida sindical y política de Filemón Escobar, el revolucionario de todos los tiempos, que, sin duda, dejó a la posteridad ejemplo de valentía, dignidad y honestidad.

"MI VIDA JUNTO A FILIPPO", OBRA DE OLGA VASQUEZ, Foto: Archivo TEMAScbba
HOMBRE DE VANGUARDIA

FAMILIA Y COMPROMISO SOCIAL

Olga Vásquez, describe con maestría y profundo conocimiento del lenguaje, cada momento de emoción y sucesos angustiosos vividos en familia a consecuencia de la persecución, apresamiento, encarcelamiento y destierro de Filippo siempre viviendo a salto de mata en la clandestinidad a lo largo de su trayectoria sindical y política.

Me agradó leer un pasaje, donde cuenta que estando soltera y muy joven recordaba la imagen del hombre amado en silencio: “Día que pasaba, comprendía que lo amaba a Filippo, lo extrañaba. Sin que él se dé cuenta, de lejos, lo veía salir de la mina con su traje de minero cubierto de copajira. Parecía estar orgulloso de ser minero, lo veía caminar lentamente por el cansancio y su mirada en un punto fijo, se dirigía su cuarto donde porco a poco llegaban los compañeros que recibían capacitación sindical”. (Pág. 47)

Sublimiza su amistad con Filippo y después la relación sentimental como si fueran dos almas gemelas desde sus primeras miradas furtivas en 1962, encuentros y desencuentros, hasta su boda en 1968, en una celda de la cárcel de San Pedro de La Paz.

Sólo gigantes de espíritu y bondad disfrutan de la sencillez donde se siente la supra conciencia y se encuentra felicidad lejos del ego materialista. Así fue el triunfo del amor de Olga y Filippo.

“Nuestra boda a comparación de otras, fue humilde y Filippo estaba orgulloso indicando que solo había costado 100 bolivianos. El 7 de agosto de 1968 unimos nuestras vidas”. (Pág. 71)

Tiene la delicadeza de respaldar sus afirmaciones con testimonios fehacientes y decenas de cartas escritas por su esposo a ella y a sus hijos. Filippo —dice—nunca olvidó ni descuidó a su familia, tampoco su responsabilidad con la clase obrera.

DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO
DIRECTO Y DE PALABRA DURA, ASÍ FUE FILEMÓN ESCOBAR, Foto: Freddy Barragán

La formación combativa de Filemón Escobar se demostró en su escala más elevada cuando comandó un piquete de mineros en Sora Sora, en noviembre de 1964, intentando cerrar el paso a un tren cargado de soldados armados en dirección a Oruro. Desde los vagones se disparó balas de ametralladora. Allí cayó muerto mi compañero de colegio, Ramón Troncoso, con quién compartíamos una escuela de cuadros del POR en Llallagua, en la casa de Ángel Capari, donde Filippo era nuestro profesor de formación política. Mi agradecimiento a la autora del libro por recordar el nombre de Ramón Troncoso. (Pág. 52)

Después del asesinato del líder minero y militante del POR, Cesar Lora, en proximidades de San Pedro de Buena Vista del norte de Potosí, Filemón Escobar y otro esclarecido dirigente trotskista, Isaac Camacho, fueron designados como máximos dirigentes de los sindicatos clandestinos de Siglo XX y Catavi y comandaron la resistencia desde interior mina al gobierno de René Barrientos Ortuño. En su libro dice: “Después de tres semanas de estadía dentro de la mina, acordaron en reunión, que Filippo salga sigilosamente y se haga presente en los centros urbanos. El aislamiento político conduce a las derrotas.”. (Pág. 59)

Y así fue. Filippo apareció en la Paz después de furtivas escapadas de la persecución y logró solidaridad y movilización de los estudiantes de la UMSA, donde encontró refugió hasta su apresamiento, en febrero de 1967, confinamiento en Puerto Rico, Pando, y prisión en la cárcel de San Pedro hasta diciembre de 1968.

Relata con precisión, sobre la militarización de los centros mineros de Catavi y Siglo XX ordenado por el gobierno del Gral. René Barrientos Ortuño y los trágicos acontecimientos durante y después de la masacre de familias mineras en la Noche de San Juan, el 23 de junio de 1967.

LA FSTMB Y LA COB

Durante los gobiernos de Alfredo Ovando Candia y Juan José Torres Gonzales, Filippo era ya un reconocido dirigente de la gloriosa Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia y de la Central Obrera Boliviana de cuyas organizaciones se sentía parte intrínseca.

Desde la FSTMB y la COB, Escobar fue un articulador clave para el ascenso del proletariado hacia la construcción de un movimiento popular con renovada estrategia para la defender la democracia y el sistema electoral donde debían participar obreros y campesinos como candidatos a los poderes públicos. En ese tiempo, su posición política, filosófica y moral no fue bien comprendida; colisionó con posiciones de la izquierda radical que se inclinaban por la lucha armada desde la Asamblea del Pueblo convertida en Soviet Supremo.

La presencia de Filippo en las cumbres del sindicalismo político alegró a su esposa que siempre respaldó su lucha social y escribe: “En lo personal como compañera de lucha, me causó alegría y satisfacción por Filipo, porque se estaba realizando, quería trabajar para esa otra familia más grande, como decía él, que era la clase trabajadora. Él era consecuente en lo que se proponía, iba a entregarse responsablemente. Era un verdadero luchador social como lo demostró hasta el fin de sus días”. (Pág. 84)

Tras la experiencia socialista de la Asamblea Popular vino el golpe de Estado de Hugo Banzer con sus aliados FSB-MNR en 1971 y Filippo nuevamente se fue al exilio. A su retorno a Bolivia, impulsó la alianza obrero-indígena y en la praxis fue candidato vicepresidencial del líder katarista Genaro Flores.

Filippo, vivió para ser útil a los demás y en su libro Olga dice: “He tenido mucha suerte en encontrar un hombre como él tan sensible ante la miseria humana, tan comprensivo con la gente sobre todo conmigo que pacientemente ha esperado tantos años hasta que yo acepte casarme con él”. (Pág. 159)

"MI VIDA JUNTO A FILIPPO", OBRA DE OLGA VASQUEZ, Foto: Archivo TEMAScbba
DIRECTO Y DE PALABRA DURA, ASÍ FUE FILEMÓN ESCOBAR, Foto: Freddy Barragán
HOMBRE DE VANGUARDIA
"MI VIDA JUNTO A FILIPPO", OBRA DE OLGA VASQUEZ, Foto: Archivo TEMAScbba

FAMILIA Y COMPROMISO SOCIAL

Olga Vásquez, describe con maestría y profundo conocimiento del lenguaje, cada momento de emoción y sucesos angustiosos vividos en familia a consecuencia de la persecución, apresamiento, encarcelamiento y destierro de Filippo siempre viviendo a salto de mata en la clandestinidad a lo largo de su trayectoria sindical y política.

Me agradó leer un pasaje, donde cuenta que estando soltera y muy joven recordaba la imagen del hombre amado en silencio: “Día que pasaba, comprendía que lo amaba a Filippo, lo extrañaba. Sin que él se dé cuenta, de lejos, lo veía salir de la mina con su traje de minero cubierto de copajira. Parecía estar orgulloso de ser minero, lo veía caminar lentamente por el cansancio y su mirada en un punto fijo, se dirigía su cuarto donde porco a poco llegaban los compañeros que recibían capacitación sindical”. (Pág. 47)

Sublimiza su amistad con Filippo y después la relación sentimental como si fueran dos almas gemelas desde sus primeras miradas furtivas en 1962, encuentros y desencuentros, hasta su boda en 1968, en una celda de la cárcel de San Pedro de La Paz.

Sólo gigantes de espíritu y bondad disfrutan de la sencillez donde se siente la supra conciencia y se encuentra felicidad lejos del ego materialista. Así fue el triunfo del amor de Olga y Filippo.

“Nuestra boda a comparación de otras, fue humilde y Filippo estaba orgulloso indicando que solo había costado 100 bolivianos. El 7 de agosto de 1968 unimos nuestras vidas”. (Pág. 71)

Tiene la delicadeza de respaldar sus afirmaciones con testimonios fehacientes y decenas de cartas escritas por su esposo a ella y a sus hijos. Filippo —dice—nunca olvidó ni descuidó a su familia, tampoco su responsabilidad con la clase obrera.

La formación combativa de Filemón Escobar se demostró en su escala más elevada cuando comandó un piquete de mineros en Sora Sora, en noviembre de 1964, intentando cerrar el paso a un tren cargado de soldados armados en dirección a Oruro. Desde los vagones se disparó balas de ametralladora. Allí cayó muerto mi compañero de colegio, Ramón Troncoso, con quién compartíamos una escuela de cuadros del POR en Llallagua, en la casa de Ángel Capari, donde Filippo era nuestro profesor de formación política. Mi agradecimiento a la autora del libro por recordar el nombre de Ramón Troncoso. (Pág. 52)

Después del asesinato del líder minero y militante del POR, Cesar Lora, en proximidades de San Pedro de Buena Vista del norte de Potosí, Filemón Escobar y otro esclarecido dirigente trotskista, Isaac Camacho, fueron designados como máximos dirigentes de los sindicatos clandestinos de Siglo XX y Catavi y comandaron la resistencia desde interior mina al gobierno de René Barrientos Ortuño. En su libro dice: “Después de tres semanas de estadía dentro de la mina, acordaron en reunión, que Filippo salga sigilosamente y se haga presente en los centros urbanos. El aislamiento político conduce a las derrotas.”. (Pág. 59)

Y así fue. Filippo apareció en la Paz después de furtivas escapadas de la persecución y logró solidaridad y movilización de los estudiantes de la UMSA, donde encontró refugió hasta su apresamiento, en febrero de 1967, confinamiento en Puerto Rico, Pando, y prisión en la cárcel de San Pedro hasta diciembre de 1968.

Relata con precisión, sobre la militarización de los centros mineros de Catavi y Siglo XX ordenado por el gobierno del Gral. René Barrientos Ortuño y los trágicos acontecimientos durante y después de la masacre de familias mineras en la Noche de San Juan, el 23 de junio de 1967.

. Redacción:
Simón Alberto Figueroa Reynaga

Periodista, Editor General de TEMAScbba, Miembro de la Sociedad de Editores y Redactores SER Cochabamba

- Leído: 610 veces -

1 Comentario

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

También te puede interesar…

Loading...