Estabilidad política, mayor inclusión social, equidad y crecimiento económico, son indicadores innegables que respaldan al presidente Evo Morales que acaba de cumplir 13 años de gestión con múltiples episodios sangrientos a lo largo de su mandato y una enconada oposición política en camino hacia las elecciones generales del 27 octubre día en que se impactará un adiós al líder indígena o su ratificación por otro cinco años.
Morales destaca sus logros enumerando cifras del crecimiento sostenido de la economía respaldadas por organismos financieros internacionales y obras de infraestructura vial con carreteras asfaltadas de doble vía, dotación de viviendas sociales y acceso al agua potable a favor de familias campesinas –afirmando que gracias a su política- Bolivia reduce su pobreza dándoles mejores condiciones de vida. “Para un pueblo unido nada es imposible”, dijo durante el acto de posesión de su gabinete ministerial y agregó: “el crecimiento económico es patrimonio del pueblo” que debe ser precautelado.
“Fue un discurso electoralista y con excesivas mentiras”, sintetiza Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente de Bolivia y candidato a la presidencia por UCS. Los cuestionamientos al discurso del mandatario también vienen de parte de los opositores Óscar Ortiz (Bolivia dice NO) y Virginio Lema (MNR) que consideran que no se tocaron temas como la justicia y el narcotráfico. (El Deber, 22-1-19).
Gabriela Montaño, nueva ministra de Salud, con larga carrera parlamentaria, admirada y repudiada por su posición radical destaca el informe presidencial: “en 13 años se avanzó más que en 150 años”. Sólo en el campo educativo se duplicó el número de mujeres que logró el bachillerato y se profesionalizaron en las universidades lo que demuestra –dice- que la equidad y la participación de las mujeres son una realidad en tiempos de Evo. “Hoy las mujeres tienen mejores condiciones de vida”, enfatiza en una entrevista telefónica con radio Panamericana en la mañana del 22.
Montaño asume su nuevo cargo convencida que será una difícil gestión para consolidar el Sistema Único de Salud, SUS, teniendo al frente al sector médico –intransigente en su posición- que se mostró contrario al plan gubernamental acusándole de proponer salud gratuita sin contar con sustento económico. Montaño es médica de profesión, pero una hábil política dispuesta -no a vencer- sino a convencer a los galenos que la salud gratuita es un derecho humano, tan igual como el derecho a la vida y el respeto a la dignidad, afirman sus seguidores.
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