Los medios de comunicación y los periodistas enfrentan en la actualidad una coyuntura en trance de definición por el curso del proceso de cambio instaurado en Bolivia en 2006 por Evo Morales e interrumpido tras su derrocamiento en 2019. La confusa asunción al poder de la senadora Jeanine Añez y la actual reconducción del modelo político y económico del MAS por el presidente del Estado Plurinacional, Luis Arce, coloca al poder mediático en la disyuntiva.
“Estás en contra del proceso de cambio o estás a favor”, dijo a la revista Temas, el periodista y abogado constitucionalista, Julio Veizaga Ovando, al reflexionar sobre la actual situación política caracterizada por una franca polarización. “En esa línea de enorme tensión los colegas y amigos periodistas han tomado su posición porque la coyuntura actual es de abierto enfrentamiento”.
Veizaga, actual Director de la Carrera de Ciencia Política de la Universidad Mayor de San Simón, profesor de Derecho Constitucional, varias veces dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Cochabamba y de la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, es además, analista político, invitado por diferentes medios de comunicación.
Hoy, siendo asesor jurídico de las organizaciones de prensa, Veizaga, asume lo que él llama “posición muy ecléctica” sobre la libertad de prensa, libertad de opinión y derecho a la información. “En términos que son permisibles en democracia estas libertades no están amenazadas y no existe ningún riesgo para la libertad de prensa”.
Según el abogado constitucionalista la coyuntura política cambió en el país. “No podemos hablar de un gobierno con tendencias totalitarias, donde hay excesos en tanto se entiende como autoritarismo porque el poder es así, pero hay libertad de expresión, libertad de prensa y derecho a la información”. Admitió, al igual que otros analistas, la pérdida de influencia y poder de mediación de la prensa, así como de la Iglesia Católica. “Recuerdo que en el pasado el Sindicato de la Prensa de Cochabamba desempeñaba un rol importante, al igual que la Iglesia, para intermediar en la resolución de conflictos sociales porque ambas instituciones gozaban de prestigio reconocido por la sociedad”.
La posición del periodismo sindicalizado siempre fue de orientación y defensa contra toda forma de violencia institucionalizada o desconocimiento a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.
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