El Altar Mayor de la Iglesia de San Salvador, era también motivo de preocupación de parte de las señoras devotas y el párroco; el arreglo y decorado se realizaba en la víspera con mucha imaginación y creatividad logrando un impacto visual de carácter espiritual.
A horas 10:00 comenzaba la Santa Misa, que se celebraba junto al Altar Mayor, con asistencia de las autoridades, los escolares y el pueblo en general ataviados con sus mejores vestiduras. Posteriormente se realizaba la procesión del Santísimo expuesto en una Custodia de oro, que era llevada con mucho misticismo por el sacerdote que vestía las mejoras galas diseñadas para la ocasión, como el alba de color blanco, la casulla bordada con hilos de plata, la capa pluvial con hermosos bordados, la estola y el paño humeral para coger la Custodia, el color predominante era el blanco porque simboliza la pureza y la resurrección de Cristo.
El Palio era otro elemento importante confeccionado con tapiz de damasco, sujeto por 6 columnas de aluminio cromado, que protegía al Santísimo durante el recorrido, el cual era llevado por las autoridades y caballeros que sobresalían por su educación y moral; acompañada de oraciones, canticos, cuetes y campanas a rebato e incienso que inundaba el ambiente con el humo oloroso y que simboliza la oración a Dios y que es signo de alabanza.
El humo que despedía tanto de los altares como del turíbulo o incensario que cuelga de 4 cadenas de un metro de longitud, para que pueda balancearse de un lado a otro; la naveta, el recipiente que contiene el incienso y una cucharilla, el acetre que es el recipiente que contiene el agua bendita, el hisopo que sirve para rociar con el agua bendita durante la bendición. La procesión recorría las 4 esquinas en las que se hallaban los monumentos y terminar el recorrido en el atrio del Templo junto a otro altar imponente.
La luz, que era representada por las velas y lámparas, el blanco por las flores, los tules, las sedas y la vestidura del sacerdote, los rosquetes las lamp’aqanas, el pan de leche, el maní, el q’upuru, la chirimoya; se complementaba con la primera comunión que realizaban las niñas vestidas de blanco, con coronas, una vela decorada muy coquetamente, el librito de oraciones, el Santo Rosario, los guantes, las estampitas etc. reforzaban el carácter festivo de la celebración y la presencia de los ángeles.
Sin embargo, ahora se ha generalizado la elaboración de alfombras florales con motivos de Corpus Christi por los estudiantes de las unidades educativas.
Gracias Rosa Elena. Que bella descripción de Corpus Cristi en Totora que refleja las tradiciones , costumbres y riqueza cultural y espiritual de su pueblo.